Hacer reír y si es posible reflexionar. Con esas dos premisas la protagonista de esta nota llegó a los escenarios de buena parte de la Argentina, Latinoamérica y España. Cuenta historias que casi al instante encuentran un espejo en quienes la escuchan.

Desde hace una década que María Virginia «Bimbo» Godoy busca ese efecto y para lograrlo nada mejor que diversificarse. Cuando sube a un escenario como comediante elige hacerlo en espacios no masivos para llegar a su público con un discurso directo que aborda temas como el feminismo, la gordofobia y el aborto. En Futuröck FM despliega las mismas convicciones. Por estos días en Dos gordas y una judía (junto a Noelia Custodio y Danila Saiegh, de lunes a viernes de 14 a 17) y en Furia bebé, el programa que junto a Malena Pichot llegará en febrero a su cuarto año consecutivo.

Por estos días, la Señorita Bimbo vive todo ese torbellino de actividades. Que incluyen desde la radio a sus espectáculos de stand up, pasando por su agite permanente en las redes y, claro, su vida personal. Parece no haber tema al que ella quiera escaparle: «Tengo 39 años y no siempre me fue así de bien: primero tuve que sembrar público para después cosecharlo. Ese es el bien más preciado que tengo», afirma entusiasmada. «Mi laburo radial en 2020 arranca con Dos gordas y una judía, un programa veraniego bien clásico, y en febrero arrancaremos una nueva temporada de Furia bebé. El único objetivo que tenemos con Malena es delirar juntas al aire», dice Bimbo en su encuentro con Tiempo.

Su alegría actual tiene mucho que ver con la radio. «Es un medio que llega a todos lados y permite que te conozcan en muchos espacios. Hace poco fui a España: estuve en Madrid y Barcelona haciendo funciones, y había oyentes españoles y argentines. A mí no me interesa trabajar sola, y por eso lo hago con Noelia. Eso que es colectivo también pasa en la radio, porque la gente que te escucha sabe mucho de vos. Recuerdo que durante un programa me salió contar que me besé con una nena en 5° grado. Hablar con mucha gente de eso me permitió comprender mejor de qué se trataba. La radio ayuda a reflexionar y construye vínculos».

Para muchos, gente como Malena Pichot o la protagonista de esta nota generaron con su exposición mediática otra concepción del humor. Bimbo no está muy de acuerdo con esa mirada: «No sé si es tan así. En la Argentina hay grandes antecedentes del humor con contenido, por ejemplo humor político. No soy yo solamente, tampoco Malena, son en realidad las chicas de Persona y varias comediantes más que en un momento nos animamos a hablar sobre lo que no se hablaba. Nos pareció importante rosquear sobre el aborto cuando no estaba el pañuelo verde, por ejemplo. Realmente uno hace lo que hace porque te ayudan otros con las ideas. Se trata de un proceso colectivo, porque las ideas de este momento son de muchas personas, y uno las baja a tierra con el humor, otro lo hace desde lo académico, otros desde el periodismo. Nosotres logramos tener visibilidad, pero en realidad lo que hacemos es un pantallazo del momento que pasó antes de nosotres. Nos surgieron cosas que se volvieron masivas, por ejemplo la temática del aborto».

Lo cierto es que el humor de temática feminista toma cada vez más fuerza. «Nuestra visibilidad todavía se da en otros ámbitos, como las redes, y aunque cada vez se acepta más, lo que hacemos no llega a estar en el mainstream. Por ejemplo, yo elegí no estar más en Comedy Central porque lo pasaba Telefe. No me interesa estar ahí porque elijo no estar en la tele:  no me interesa estar disponible para todo el mundo. Me interesa que vayan cien personas a verme porque me eligieron, no ser un contenido más en el contexto de un programa con todo mezclado. Cuando comencé a hacer stand up, decían que yo era políticamente incorrecta porque decía guarangadas, pero hoy no soy popular. Lamentablemente, el humor popular y el que recauda sigue siendo el humor que lastima a las minorías. El humor de mierda sigue llenando los grandes teatros», puntualiza Bimbo.

En muchos sentidos, el stand up y sus herramientas favorecieron que el humor de Bimbo y el de otras chicas pudiese emerger, algo con lo que ella no puede estar más de acuerdo. «Hoy siento que hubo y hay un montón de personas que querían otra cosa, entonces comenzaron a ver stand up, porque la persona que estaba arriba del escenario no se reía de los que estaban abajo por ser gordos, putos o trans. En el teatro de revistas que se hace en el verano, el puto sigue siendo un chiste y los trans también. En lo personal no podría llamar a lo mío como stand up feminista, porque además de feminista soy peronista, vegana y además hablo de muchas cosas. De todas formas, siento que últimamente hay muchas chicas que hacen stand up donde los chistes son una bajada de línea literal y eso no es nada gracioso. Si no es chistoso y se trata sólo de una bajada feminista, a mí no me interesa».

El concepto de «gordofobia» siempre fue enarbolado por Bimbo como forma de dar a conocer una problemática que la afectó de manera directa. Tal vez por eso, aún recuerda la primera vez que se sintió segregada por ser una chica de talla grande: «Llegué a la idea de la gordofobia por medio de Laura Contreras y Nico Cuello, que hicieron un compilado de textos que se llamó Cuerpos sin patrones. A partir de eso me di cuenta de que había un nombre, que se trataba de un problema colectivo y que había un grupo de personas a las que se las violentaba de mil maneras, entonces dejó de ser un problema mío para darme cuenta de que era el problema de un montón de gente. Sentí la violencia para con mi cuerpo gordo desde que me acuerdo o tengo uso de razón. Tomar conciencia de que es un problema social me permitió repensarlo y manejarme de otra manera».


Stand up

Enero: sábado 25, Berlín Pub, Rosario. Febrero: sábado 8, Casa Brandon, CABA. Viernes 14, Sala Roxy Melany, Mar del Plata. Sábado 15, Beatflow, CABA. Sábado 22: Casa Brandon, CABA. Viernes 28, Sala Roxy Melany, Mar del Plata.

Resistencia creativa y un futuro con esperanza

Todo en la Señorita Bimbo parece ser apasionado. Desde su humor hasta su profunda veta peronista, algo que no esconde nunca y que le agrada dejar en claro ante cualquier público. «El día que ganó Alberto Fernández pensé mucho en 2015 y todo lo que me pasó después, porque en ese tiempo me echaron de la radio y todos nos quedamos sin laburo. Me acuerdo de que en Twitter tiré un comentario donde decía que íbamos a hacer una resistencia creativa, y entonces me criticaron todos los trolls. Pero la verdad es que fuimos una resistencia hermosa, cada uno desde su lugar. Nunca vi tanta gente haciendo cosas: radio, fanzines, stand up, fiestas, festivales. La gente bancó, Y más allá de que nos caigan bien las ideas del nuevo gobierno, sabemos que el enemigo sigue siendo el mismo. Vivimos en un sistema espantoso y los malos del mundo siguen siendo los mismos. Pero sí, ¡sobreviví al macrismo!» (risas).
–¿Ahora tenés esperanzas?
–Siempre estoy esperanzada. Durante estos años tuve a compañeros que me mostraron que valía la pena estar esperanzada, porque siempre se pueden hacer cosas para evitar lo nefasto de ciertos gobernantes. Pero lo que vendrá será difícil, de eso no tengo dudas.