La filmografía de Francis Ford Coppola es más que rica en obras del séptimo arte. Títulos como Apocalypse Now, El Padrino o La Conversación son sólo una pequeña parte de la extensa y vasta filmografía de un director que nunca se ató a las convenciones de Hollywood. En el apartado reservado para la experimentación es que Coppola filmó Tetro, en Buenos Aires en 2008 y revolucionó a la escena local por las marchas, contramarchas y controversias que despertó su realización.

Protagonizado por Vincent Gallo, Alden Ehrenreich, Maribel Verdú, incluye roles secundarios de actores argentinos (Rodrigo de la Serna, Leticia Brédice, Mike Amigorena, Sofía Gala y Érica Rivas, entre otros), narra la vida de Tetro, un joven que rompe cualquier lazo con su familia (interpretado por Gallo) y decide intempestivamente exiliarse en Argentina. Eso en lo formal, porque en el aspecto de la realización la película surcó muchos contratiempos, el alimento diario de los medios de la época: el robo de equipos al director, un paro de actores o la gresca entre Gallo y Rodrigo de la Serna, le sumaron condimentos caóticos a una producción de la que todavía se habla puertas adentro en el ámbito del cine.

Como parte del equipo estético del film, Charly Carnota (director de arte que divide su tiempo entre el cine y el asiento de baterista en Massacre) trabajó en las filmaciones que llevaron unos siete meses de intenso rodaje. Sostiene: “Haber participado de esa película fue uno de los grandes momentos de mi vida. Coppola vino a Buenos Aires para unas reuniones de producción previas, en 2007 y la filmación se desarrolló un año más tarde. Tuve la suerte de vivir todo lo que significó Tetro. No se trató de una gran película de Hollywood, con un súper derroche de presupuesto y de despliegue, pero tenía nada más ni nada menos que a Francis Ford Coppola detrás de las cámaras y eso era suficiente para todos. Verlo trabajar, moverse, hablar con todos en el set ya era tremendo. Desde chico yo era fan de Apocalypse Now y más tarde me fanaticé con su versión de Drácula. Significó mucho en su momento y todavía lo sigue siendo”.

A la distancia, a Tetro se la considera una película caótica. La situación de robo que sufrió Coppola en su casa de Palermo fue sólo uno de los problemas que enfrentó estoicamente durante su estancia local. “Hubo varios problemas durante la filmación. Pero cuando lo vi más preocupado fue con el famoso robo. Según él, había perdido muchas más cosas que los materiales. Coppola había comprado en Palermo, un petit hotel. Una noche entraron tres ladrones y se llevaron computadoras, equipos, fotos, muchas cosas de laburo. Inclusive apuñalaron alguien  del staff que estaba en la casa lo llegaron a apuñalar”, rememora Carnota.

¿Cómo lo tomó Coppola? “Su reacción fue tranquila. Decía que ese tipo de cosas sucedían en todas partes», aunque lamentó la pérdida de muchos guiones en los que estuvo trabajando durante años, ideas valiosas y fotos. Siempre decía que lo que había pasado no le haría cambiar su amor por Argentina, «su gran vida nocturna y la bohemia, que tanto lo entusiasmaba”.

Sobre el paro de actores, la versión de Carnota difiere con respecto a lo que comunicó entonces. “Me enteré por los medios. Muchas revistas decían que los actores locales de Tetro se habían adherido, pero eso no fue así. Una vez estábamos grabando lejos del centro de Buenos Aires: me llama mi madre para preguntarme qué pasaba con el paro por lo que tele estaban dando. Todos nosotros estábamos laburando lo más bien, con Coppola sentado, mirando las escenas y dando indicaciones”.

Otra de las grandes historias que surgieron alrededor de la filmación fue la pelea entre Vincent Gallo y Rodrigo de la Serna. “Rodrigo lo dijo en un programa de TV. Gallo era un tipo talentoso en el set aunque a veces en la filmación tiraba puteadas xenófobas No sé si  hubo una pelea. En las escenas en que ellos dos estaban juntos los vi reírse mucho y tirarse chistes todo el tiempo”.

La experiencia resultó determinante para Carnota: “Haber sido parte del equipo de filmación de Tetro fue un grandes momentos. Coppola es uno de esos directores que dejaron una huella profunda en el cine. Alguien sencillo, sin divismos, que sabe lo que quiere y cómo lograrlo. Alguien que habló de su pasado sin aires de nada, como quien no hizo grandes películas de la historia del cine”.    «

Massacre, Obras y los anteojos del ilustre director

La visita de Coppola a un show de Massacre no es una leyenda urbana. Sucedió en el camino a la cima de la banda, algo que Charly Carnota se encarga de rememorar: “Fue terrible. Cuando ya se estaba filmando la película y estaba todo el crew local e internacional en el país, yo tenía que tocar con Massacre. Era el 2008 y con la banda hacíamos nuestro primer Obras. Yo estaba nervioso. Unos días antes me avisan que Roman Coppola, el hijo de Francis, y alguien del crew querían dos entradas para ir al show. Lógicamente se las dimos. Pero 20 minutos antes de salir al escenario, me avisan que también quería venir Francis. No lo podíamos creer. Me acuerdo que cuando estaba tocando, giro mi cabeza y lo veo ahí, mirando el show con los anteojos de director con los que se ven las tomas en una filmación, a un costado del escenario. Fue algo terrible. Terminado el show las cámaras lo captaron enseguida…  Él dijo que le había gustado mucho la banda porque tocaba un gran baterista… Y se largó a reí. No me lo voy a olvidar jamás”.