A poco más de un mes de haber recuperado la libertad en carácter condicional, Patricio Santos Fontanet, ex cantante de Callejeros, comenzó este jueves el primero de los diez shows con los que volverá a presentarse en vivo con su proyecto conocido como Don Osvaldo.

Luego de haber cumplido la mitad de su sentencia en el penal de Ezeiza como uno de los responsables de la tragedia de Cromañón, el cantante encontró refugio en Córdoba -provincia en la que actualmente vive- para realizar esta serie de conciertos que se extenderán hasta el 1 de julio inclusive. Todos los shows se desarrollarán en Plaza de la música, un espacio de conciertos con capacidad para seis mil personas y serán producidos por José Palazzo, amigo personal de Fontanet que usualmente produce todos los años el festival Cosquín Rock.

El regreso del ex Callejeros a los escenarios no estuvo libre de demandas y de controversias. A poco más de 24 horas de estar en libertad el músico anunció que cinco serían las fechas con las que volvería a presentarse en vivo, aunque posteriormente esa cantidad de conciertos se duplicaría. “La vuelta de Fontanet no hace otra cosa que hacernos sentir mal por todo lo que reaviva a todos los que fuimos marcados por la tragedia. Parece que todavía hay quienes a los que hay que hacerles acordar el papel que tuvo Callejeros, y no olvidemos que antes de todo lo que pasó era el mismísimo Fontanet el que hablaba de realizar fiestas de bengalas cuando tocaba con su banda”, afirma en dialogo con Tiempo la docente Silvia Bignami, miembro del colectivo de sobrevivientes, familiares y amigos de las victimas de Cromañón que recientemente lanzaron un documento crítico en el marco de los shows que ofrecerá Don Osvaldo en Córdoba. Y continúa: “Resulta que ahora él habla de que tuvo que pasar un mar de oscuras adversidades, cuando nosotros fuimos los que perdimos a nuestros pibes. En este caso él sigue como si nada hubiese pasado y hasta invierte el valor de las culpas”, sostiene Bignami, que perdió a su hijo Julián Rozengardt de 18 años el 30 de diciembre de 2004.

Fontanet fue el último de los implicados en la causa Cromañón en quedar en libertad, en su caso condicional, luego de ser beneficiado por la reducción de la condena de siete años por su relación con la tragedia. Antes que él quedaron libres todos los miembros de Callejeros, funcionarios del gobierno de la ciudad, el gerente del local, el fallecido Omar Chabán y Raúl Villarreal, su colaborador más cercano. Por su parte, el baterista Eduardo Vázquez sigue preso, por el femicidio de Wanda Taddei.