Disney+ anunció para el próximo 5 de abril el estreno de una nueva versión de Viaje al centro de la Tierra, que no será una remake, ni tendrá el formato de película. Se trata de una serie de producción mexicana con un elenco internacional, de 8 capítulos de 30 minutos cada uno, en los que se contará, una vez más, cómo un grupo de púberes adolescentes acompañados por un par de adultos, en un previsible campamento, descubren un portal que los transporta a una dimensión paralela. Con la dirección de José Manuel Craviotto y la participación del español Óscar Jaenada (como Pompilio Calderón), Margarita Rosa de Francisco (Pola), Mauricio «El Diablito» Barrientos (la voz de Claudio), el argentino Gabriel Goity (como Julio Verne) y Sebastián García y Yankel Stevan, la apuesta, claro, será aggiornar a los temas y preocupaciones de hoy la aventura imaginada por Julio Verne hace ya más de 150 años.

Los motivos por los que la industria audiovisual sigue abrevando en Verne antes que en una supuesta pereza o en una inversión sin riesgo, hay que buscarlos en la fantástica (nunca mejor aplicado el adjetivo) imaginación de un autor que vio en los inventos que presagiaban los descubrimientos de su tiempo (1828 – 1905), la resignificación de casi todo lo conocido por lo humanidad hasta esa fecha. Adaptaciones de obras del escritor francés hay prácticamente el doble de toda su obra escrita. Esto es, 185 según el sitio IMDB. Aunque eso no significa que todas sus obras hayan tenido alguna adaptación al formato audiovisual. Incluso siendo un hombre del siglo XIX, su primera producción en ese invento fechado en 1895 llamado cine es Viaje a la Luna, el cortometraje de 1902 a cargo del gran Georges Méliès: no debe haber muchos más con tales méritos, si es que los hay. Y su primera historia llevada al cine fuera de Francia fue en Estados Unidos: 20 mil leguas de viaje submarino (1916), dirigida por Stuart Paton.

Según fueron pasando los años y el siglo XX mostraba los monstruos y sueños que desataban los inventos pergeñados en el siglo anterior, diversos autores y especialistas vieron en la obra Verne la síntesis de ese “nuevo mundo”. Incluso en el tono de aventura en el que se desenvolvía cada historia. Todos los descubrimientos y desarrollos tecnológicos del siglo que lo tuvo a Verne como protagonista fueron los que posibilitaron esa gran explosión que aún se está viviendo. Desde el telégrafo que dio por primera vez a la humanidad la posibilidad de contar en tiempo real hechos que estaban sucediendo en un lugar distante (luego profundizado por el teléfono, la televisión, Internet, por nombrar los más icónicos), hasta el tren que rompía las fronteras del planeta, pasando por la posibilidad de descubrir el fondo del mar, todo está en la obra de Verne: Verne vivía en tiempo real esos cambios. Para dar idea de la dimensión del cambio que por vivir aún en él tenemos tan internalizado, hasta la Revolución Bolchevique de 1917 (poco más de cien años, nada en la historia del Homo Sapiens) el mundo no tuvo el mismo calendario en todo el planeta (por algo la Revolución de Octubre fue en noviembre); el meridiano de Greenwich que unificó -por convención- el horario del planeta (fundamental para la precisión que necesitaba la logística comercial internacional) fue adoptado en 1884. Como se suele decir, Verne es hijo (y acaso el más embelesado cronista) del siglo que dio vuelta la historia como una media.

Para conocer un poquito más el genio del considerado padre de la ciencia ficción, aquí un puñado de films que lo honran. Primero la mencionada Viaje a la Luna de Georges Méliès, una mezcla de De la Tierra a la Luna, de Verne, y Los primeros hombres en la Luna, de H. G. Wells, que está considerada la primera película de ciencia ficción, y se puede ver gratis en YouTube.

Foto: Prensa

Luego, Tajemství hrady v Karpatech (1981), una joyita del este europeo (sí, a Verne también lo querían y adoraban en el bloque comunista durante la Guerra Fría). Se trata de un film checo en el que el autor francés da cuenta del lado más oscuro y tenebroso del desarrollo tecnológico y de lo que éste produce en las relaciones humanas (tal vez el Verne menos conocido). El profesor Orfanik, en un oscuro castillo, experimenta con algunas invenciones novedosas como una cámara de cine y la televisión, y los resultados no son agradables. En este caso también está disponible, de forma gratuita, en YouTube.

Sigue la versión de La isla misteriosa de Cy Endfield (1961), porque es una de las mejores hechas sobre esta obra de Verne, y porque está disponible en Qubit.tv (al que se accede por suscripción). Cuenta cómo un grupo de soldados de la Unión, durante la Guerra de Secesión, escapa de prisión y termina varado en una isla del Pacífico en la que se encontrarán criaturas jamás vistas.

Por último, la 20.000 leguas de viaje submarino de 1954, el film que de la mano de Disney hizo las delicias de millones de niños y niñas en el planeta. Se trata de la fabulosa historia del Capitán Nemo, el comandante del Nautilus, el submarino confundido con un monstruo marino. Fue también, aunque sin saberlo (y menos proponiéndoselo), un film primero precursor y luego de culto del movimiento beatnik. Y que puede verse, justamente, en la plataforma de la compañía que la produjo, Disney+.

Foto: Prensa