Frío, sol y cumbia en una de esas esquinas que también son puerta de entrada. Invitadas por la Asamblea Feminista de la Villa 31 y 31 bis allí se encontraron el último sábado cientos de militantes, activistas y familiares de víctimas de la violencia machista para participar de la segunda reunión organizativa camino al próximo Ni Una Menos.

Fue la primera vez que una asamblea de Ni Una Menos se realiza en un barrio popular y todo fue celebración. Se resolvió que la convocatoria del próximo 3 de junio sea en el Congreso de la Nación a partir de las 14 horas donde se leerá el documento con los principales reclamos de este año y un cierre musical a cargo de Sudor Marika.

La asamblea expresó su solidaridad con Milagros Sala y pidió por la libertad de las cuatro mujeres mapuche que se encuentran detenidas desde el año pasado luego de un violento desalojo en la comunidad Lafken Winkul Mapu, en la zona de Villa Mascardi provincia de Río Negro. Los ejes centrales del debate fueron la violencia económica, el avance de la justicia machista, la necesidad de poner en agenda el reconocimiento económico del trabajo comunitario y se expuso el sentido político de las tareas de cuidado, tanto dentro de los hogares como en la comunidad destacando la experiencia de quienes sostienen familias monomarentales.

Mujeres y diversidades debatieron los ejes para la marcha de Ni Una Menos.
Foto: Soledad Quiroga

Una agenda inclusiva

La segunda asamblea de cara al próximo 3J concentró el debate en pensar una agenda que exprese los reclamos de las mujeres y diversidades de manera transversal. “Queremos que la asamblea esté en movimiento y presente en distintas realidades” dijo al inicio Luci Cavallero, integrante de Ni Una Menos.

También estuvo presente a través de las voces de hijxs y madres de víctimas de femicidio el reclamo por una reforma judicial que incorpore una mirada de género. “Estoy dispuesta a luchar por mi hija, pero también por todas las que esperan justicia” dijo en el inicio la mamá de Micaela Rascovsky, una joven que murió la noche en que contó que sufría agresiones de su pareja. “Reclamamos que se cambie la carátula de su causa, que habla de abandono de persona. Queremos que se dejen de tapar los femicidios poniendo otras carátulas. Ella no es la única víctima a la que le ponen un cartelito para cerrar una causa” dijo a Tiempo Argentino su tía Paula Ortiz.

Ni Una Menos: Patricia, la mamá de Micaela Rascovsky pidió justicia por su hija.
Foto: Soledad Quiroga

“Quienes la pasamos peor somos nosotras, las mujeres”

La bienvenida a cargo de las referentas de la Asamblea de la Villa 31 marcó la cancha de entrada: la presencia de feministas populares que se organizan en los barrios para garantizar la vida de sus comunidades, más aún en contextos de crisis, es indiscutible.

Ellas contaron las distintas problemáticas en las que intervienen: desde el reclamo por una urbanización real y con mirada de género que contemple, por ejemplo, la reapertura del Centro Integral de la Mujer hasta la lucha que llevan adelante buscando justicia para vecinas víctimas de femicidio. “Las promotoras de género conocemos el barrio y garantizamos el acceso a los derechos de las mujeres más humildes, mientras vemos cómo algunos sectores nos discriminan o invisibilizan” contó a Tiempo Argentino María Muñoz, una de las anfitrionas de la jornada.

“Acá estamos algunas de las que fuimos parte de la toma Fuerza de Mujeres y a un año de haber sido desalojadas seguimos sin respuestas y en la calle” contó una de las integrantes en alusión a la toma que protagonizaron el año pasado un grupo de personas, en su mayoría mujeres, quienes ocuparon tierras que habían sido un basural hasta que llegaron ellxs.

“¿Ven que el Ministerio de Educación está construido con ladrillos mientras que las viviendas sociales que están enfrente son todas de chapa?” preguntaron en clara alusión a las políticas habitacionales que lleva adelante el Gobierno de la Ciudad, comparando los dos edificios que rodeaban la vereda donde se desarrolló el encuentro. “No sólo nos dan casas en esas condiciones, sino que esas casas de chapa nos endeudan por 30 años y ya sabemos que quienes la pasamos peor somos nosotras, las mujeres” ampliaron.

Lo personal es político

Como sucede en cada ronda feminista, lo personal se vuelve político y los testimonios le ponen cuerpo a la variedad de violencias que afectan a mujeres y diversidades cotidianamente. En ese sentido, la participación de la Red Nacional de Familias Monoparentales puso el acento en que el movimiento feminista incorpore las demandas de las mujeres que maternan. “Lo que hacemos cuidando y educando a nuestrxs hijxs es muy importante y no todas tenemos acceso a los mismos derechos para hacerlo. Si el feminismo no nos abraza no tenemos otro lugar donde ir” dijo Paola Urquizo, integrante de la red.

Sostuvieron que “maternar es político” y que hacerlo atravesadas por las violencias que implican sostener un hogar con progenitores que incumplen la cuota alimentaria, la justicia y el Estado que en muchos casos no las reconoce como jefas de hogar es agobiante más aún en un contexto de crisis económica. “Es muy lindo hablar de redes, pero no todas las tenemos y eso afecta directamente nuestra salud mental. Nosotras apostamos a que los varones asuman sus co responsabilidades pero también queremos una sociedad corresponsable de los cuidados” reflexionó Paola. 

“Parece que estamos en un Encuentro Nacional” se escuchó en la columna que serpenteaba por las veredas finitas esquivando los carros, los autos y la vida mañanera de un sábado como cualquiera en un barrio popular cualquiera.

Hacia un 3J masivo

Entre los debates de la jornada estuvo presente la necesidad de recuperar la masividad inicial de los 3J y para eso se propuso generar un documento claro, conciso y que exprese los reclamos de los distintos sectores sociales que conforman al movimiento de mujeres.

También hubo planteos vinculados a incorporar a la consigna de “Vivas, Libres y Desendeudadas” un llamado a estar en las calles. “Es el lugar donde pudimos sintetizar y sostener nuestras luchas” expresó Mona Córdoba de Marea Feminismo Popular. En ese sentido, Ramona Albornoz de la Garganta Poderosa reafirmó la necesidad de que “el pacto feminista este en las calles”.

La asamblea reunió a decenas de organizaciones sociales, políticas, sindicales, estudiantiles y familiares de víctimas de femicidio. En el cierre se fijó como temas a tratar en la tercera asamblea del miércoles próximo en Constitución la redacción del documento, la agenda de actividades que se integrarán a la jornada en la Plaza Congreso, como el “Tendedero de deudores alimentarios” que propusieron las integrantes de Familias Monoparentales a realizarse en Tribunales y las características de la movilización: algunas organizaciones proponen un recorrido previo a la concentración.

Las voces del Ni Una Menos

Una reflexión coral para pensar los desafíos de Ni Una Menos en un año marcado por la crisis económica, la agenda electoral y el avance de las derechas. 

“Queremos convocar a distintos sectores de la sociedad de manera transversal y poder realizar una manifestación masiva. Vamos a posicionarnos de manera muy fuerte en un momento de avance de las derechas y de los discursos de odio, que se suman al impacto de la crisis económica en las vidas de las mujeres y por eso es importante poner en agenda que esto es un impedimento concreto para que las mujeres puedan salir de las situaciones de violencia. Otro de los ejes importantes es el tema de la justicia que es en sí misma patriarcal, es racista y tiene, por ejemplo, presas a las militantes mapuches y asegura la impunidad en el intento de magnicidio de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Todo esto no queremos hablarlo solo entre nosotras, sino que queremos compartir el diagnóstico que hacemos con el resto de la sociedad. Encontrarnos en la Villa 31 es caminar en ese sentido y estar acá es acompañarlas a ellas en las distintas problemáticas que vienen afrontando enviando a su vez el mensaje de que el feminismo es popular, que el movimiento quiere ser transversal y que su agenda está en movimiento”

Luci Cavallero, socióloga y activista integrante del colectivo Ni Una Menos


Ni Una Menos es la consigna de todas las feministas que sabemos que sin feminismo no se puede construir una sociedad igualitaria, desde lo social, lo político y lo económico. El capitalismo y el patriarcado nos agobian y por eso hay que seguir construyendo unidad feminista porque así vamos a construir un mundo mejor” 

Nina Brugo, referenta histórica de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto legal, Seguro y Gratuito

“Los feminismos populares encontramos fuerza en las calles. Tenemos el desafío de seguir exigiendo una reforma judicial feminista y de seguir insistiendo en la necesidad de una redistribución de la riqueza porque la deuda es con nosotres. Necesitamos seguir ocupando las calles porque es el lugar que tenemos para luchar contra las injusticias que nos atraviesan” 

Luli Moreno, Corriente La Colectiva.

 

“Si hablamos de un feminismo transversal e interseccional, es importante tener en cuenta que no todas tenemos acceso a la misma educación, a conocer nuestros derechos, a la salud y a las redes de sostén. Celebramos que este año la Asamblea Ni Una Menos nos dé un lugar para exponer la realidad de las mujeres que maternamos. Nosotras trabajamos doble o triple jornada, porque también trabajamos dentro de nuestros hogares. No todas las familias monoparentales cuentan con redes de apoyo e incluso muchas aún no podemos lograr el reconocimiento del Estado, que ante la presencia de un progenitor con ingresos altos quedamos fuera de la posibilidad de cobrar la Asignación Universal por Hijo. Necesitamos que se avance con las leyes presentadas en el Congreso que proponen políticas que reconocen y protegen la tarea de quienes cuidamos y criamos”

Paola Urquizo, Red Nacional de Familias Monoparentales.

 

“Este año tenemos el desafío de articular las agendas de los transfeminismos que conformamos distintos sectores. Particularmente desde la Economía Popular nos parece muy necesario darle relevancia al reclamo por un reconocimiento a quienes desarrollan tareas de cuidado, sobre todo asistiendo a quienes sufren violencias en sus barrios”

Mona Córdoba, Marea Feminismo Popular