El avance de la crisis climática a nivel global, ya incuestionable, tiene su correlato en las preocupaciones ambientales a nivel local. En la Ciudad de Buenos Aires, un reclamo viene en aumento: en defensa del arbolado, en contra de la tala y la poda indiscriminada. A grupos vecinales organizados hace largo tiempo con este fin se van sumando otros, que buscan concientizar sobre la importancia de cuidar cada ejemplar e intentan frenar que la lógica inmobiliaria se los lleve puestos, en una ciudad donde el verde escasea.

Bárbara Nascimento integra la agrupación Árboles de San Telmo, conformada hace apenas un mes, que debutó en el espacio público la semana pasada, con un abrazo a los árboles que quedaban en pie de la traza del Metrobús del Bajo, y tras denunciar la tala de más de 70 ejemplares añosos en el marco de esa obra.

“El reclamo sigue y va a seguir. Vamos a ser una especie de veedores de lo que esté sucediendo. Esto no se termina con el Metrobús”, dijo la mujer. “Somos vecinas que veníamos viendo lo que pasaba en la Avenida 9 de julio. Empezamos siendo tres y ahora somos como 20 en menos de un mes. Nuestro compromiso es comunicar esto, advertir, alertar. Que la gente se pregunte qué onda, que tenga información para discutir”, planteó.

Una política pública del descuido ambiental

La denuncia por la tala de unos 70 árboles sobre Paseo Colón se sumó a otras previas que advertían sobre la muerte de casi mil árboles plantados por el Gobierno de la Ciudad en Costanera Sur, Parque Tres de Febrero y Paseo del Bajo entre 2019 y 2021. Así fue difundido a fines de enero por las organizaciones sociales Basta de Mutilar y Casco Histórico Protege.

Desde el Ejecutivo porteño, la respuesta ante las críticas por la tala de 70 árboles fue que junto con las obras del Metrobús del Bajo “la ciudad proyecta plantar 257 árboles para compensar las extracciones que permitirán dinamizar el tránsito del bajo porteño. Además se trasplantarán 85 ejemplares”.

“No nos están diciendo dónde, qué clase de árboles. Y el trasplante no va a suceder, porque como ya vimos los matan o se mueren, ya lo vimos en la 9 de julio”, lamentó Nascimento. Y cuestionó la falta de cuidados sobre canteros y árboles nuevos que se vio en otros puntos de la Ciudad. “Que hayan sacado arboles de 80 años afecta a las personas vivas ahora, a las que vengan después y a las que vengan de acá a 60 años, lo que tardan los nuevos árboles en crecer”, señaló. Remarcó, además, los beneficios ambientales del arbolado urbano, que excede lo estético y tiene que ver con su función de absorber dióxido de carbono y contribuir a la regulación térmica, en un marco de calentamiento global.

“Nuestros movimientos surgen a la par de otros que tienen que ver con las fumigaciones, con la alimentación. En ciudades, pueblos, terrazas, se está haciendo una movida de concientización masiva”, analiza la vecina de Árboles San Telmo.

Por su parte Angélica Di Giacomo, referenta del tema desde hace años por parte de Basta de Mutilar, coincide en que “es realmente importante el incremento en interés y consultas de los últimos dos años. Creemos que ha habido una sinergia entre la conciencia del deterioro ambiental y sus consecuencias en las condiciones de vida actual y futura y la concientización que llevamos adelante desde las organizaciones ciudadanas sobre la importancia del arbolado desde el punto de vista ambiental y sanitario y al mismo tiempo la visualización del destrozo irremediable de nuestro patrimonio arbóreo. Me parece que nuestro granito de arena ha sido enseñar a observar a los árboles como seres vivos víctimas de la agresión constante”.

Un fallo judicial desoído

Di Giacomo alertó además sobre la continuidad de “podas excesivas y extracciones que no tendrían que hacerlas por el fallo del juez Guillermo Scheibler”, que ordenaba suspender podas y extracciones hasta que no se cumpla con lo dispuesto por la Ley 3263, incluyendo el acceso total de la ciudadanía a los datos sobre arbolado. “El problema es que seguimos sin tener información previa. Sigue habiendo extracciones y para la poda usan excusas como despeje de luminarias, que no está contemplada en la ley y que evidencia que las luminarias fueron colocadas sin tener en cuenta el arbolado. Me atrevería a decir que en todas las comunas la situación es similar”, señaló la referenta de Basta de Mutilar.

Las iniciativas generadas desde esos espacios confluyeron con otros planteos concretos realizados desde distintas áreas del Estado al Ejecutivo local. El lunes último, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires envió a la Comuna 1, a la Agencia de Protección Ambiental y la Dirección General de Espacios Verdes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (CABA) un reclamo por la extracción de árboles en la avenida Paseo Colón. Días antes, en la primera sesión ordinaria del año en la Legislatura porteña, se había sancionado un pedido de informes al Ejecutivo local para conocer el criterio que determinó la tala de árboles en la zona del Bajo. El pedido fue aprobado en base a dos proyectos presentados por las legisladoras del Frente de Todos Maia Daer y Laura Velasco.