La litigiosidad es uno de los caballitos de batalla que tienen las Prepagas para justificar “el mal momento del sector”, sin especificar de qué tratan esos casos. Tal vez, la lucha de Caterina Freire pueda servir como ejemplo.

Caterina tiene tres años y medio. Nació a las 29 semanas y pesó un kilo. Vive con internación domiciliaria, tiene una traqueostomía, se alimenta por medio de un botón gástrico, es electrodependiente y debe usar un respirador.

Su madre, Mariela Duarte, tenía un plan OSDE 450, por el cual llegó a pagar unos $ 24 mil por mes. Sin embargo, la nena no tiene cobertura. “Presentamos un amparo en los tribunales federales de San Martín, hace un mes, por un estudio genético molecular. No sería el más caro o completo, sino el más específico. Este tratamiento salva vidas. No es un capricho”, contó a Tiempo Mariela, quien en su momento fue impulsora de la Ley de Electrodependientes.

Según Mariela, desde OSDE responden que “no está en el PMO y que el resultado de ese estudio no solucionaría los problemas de la nena. Está pedido por tres neurólogos, pero ellos no lo quieren pagar. No se hacen cargo”.

No sólo ese estudio no está cubierto por OSDE, sino que “tampoco le cubren un tratamiento de fonoaudiología que necesita para poder hablar. El médico ordenó que Caterina reciba sesiones de fonoaudiología en neurolingüística y en la cartilla no hay disponibilidad de prestadores. Agoté todas las instancias administrativas, sugiriendo que busquen profesionales. Me hacen una lista, llamo y no tienen disponibilidad o capacidad técnica para tratar a Caterina. Así, hace un año y medio que la nena no recibe la terapia. Una vez que encuentro una profesional, no me aceptan el presupuesto completo. Sólo me quieren cubrir una parte y no lo podemos pagar”, explica Mariela.

El miércoles pasado, Mariela inició una campaña enla web Change.org, para visibilizar el caso. Allí, colocó las direcciones de mails de los máximos responsables de OSDE. “Les estallaron los mails y llamaron para acordar, quités los mails de la publicación y no volvieron a comunicarse nunca más”, advierte.

En lugar de colocar todo su esfuerzo y atención en una nena tan particular como Caterina, Mariela debe luchar contra las burocracias de las compañías. Primero, fueron las eléctricas, hasta que logró la sanción de la Ley de Electrodependientes, el año pasado. Ahora, contra las Prepagas, que pese a los grandes aranceles que perciben, se niegan a brindar la atención requerida por los pacientes.