Un gran operativo policial durante la madrugada desalojó de manera sorpresiva 475 manteros, puesteros y vendedores ambulantes en la zona de Liniers, como ya había ocurrido en Once y Flores.

Por orden de la Fiscalía de la Ciudad, unos 300 agentes de la Policía de la Ciudad, junto a personal de los ministerios de Ambiente y Espacio Público realizaron varios operativos para avanzar sobre los puestos entre la avenida Rivadavia, Carhúe, Ventura Bosch y la colectora de la avenida General Paz.

La medida comenzó cerca de las 6.30, e incluyó la destrucción con moladoras de los puestos de chapa instalados sobre las veredas, entre ellos los de venta de flores y plantas y los de comida que se encuentran ubicados en los alrededores de la estación de trenes de Liniers.

Alrededor de las 10 de la mañana, los vendedores comenzaron a agruparse al grito de “queremos trabajar” y con carteles que decían «No somos mafia». Luego, rodeados de efectivos de infantería de la policía porteña, adelantaron que cortarán la avenida Rivadavia si no son recibidos por el gobierno de la Ciudad.

«No hubo negociaciones con los manteros. La gran mayoría es gente que es explotada por organizaciones dedicadas al tráfico de inmigrantes, como es el caso de los senegaleses, o son traídos de Perú o de Bolivia. Son traídos no como migrantes naturales que vienen a trabajar de manera legal sino para trabajar en la clandestinidad. Les suministran la mercadería, les asignan el lugar, manejan situaciones de corrupción para esto», sostuvo de manera genérica el fiscal general de la Ciudad Luis Cevasco en diálogo con el canal TN.

«Aquellos que quieren insertarse en el comercio regular pueden ser contratados por organizaciones como la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) o similares. Se los capacita para trabajar en materia textil o como vendedores. Hasta donde sé, todavía no se les ha ofrecido un lugar, de eso debe encargarse el Gobierno de la Ciudad», agregó.

Según difundió la fiscalía, de los 475 manteros, 239 son puestos de comida y 236 vendedores de calle. Señalaron que vendía bijouterie (47%), frutas y verduras (38%), comida elaborada (13%) e indumentaria (2%).