Una de cada tres mujeres muere por enfermedades cardiovasculares en Argentina y los trastornos hipertensivos son la principal causa de mortalidad materna directamente vinculada con el embarazo en el país. Más allá de la contundencia de estos datos, se suele asociar el riesgo cardiovascular a la población masculina. Para derribar mitos e instar a controles y cuidados sobre todo entre personas gestantes, la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) adhiere este miércoles a la campaña internacional “Día de las Panzas”.

El #BumpDay, como se lo denomina en inglés, busca “llamar la atención acerca del exceso de mortalidad materna durante el embarazo, convocar a los profesionales de la salud que asisten a mujeres en edad fértil y embarazadas para difundir un mensaje sobre medidas de prevención cardiovascular, e instar a la comunidad para apropiarse de este mensaje”, según difundió la SAC.

“El lema nuestro –más allá de la campaña internacional- es ‘cuidar dos corazones’. Pensamos esto como cuidar el corazón de la madre y cuidar el del bebé también. Porque los hijos de madres con complicaciones en general tienen retardo en el crecimiento uterino, riesgo de prematurez, bajo peso. Los bebés de madres con hipertensión tienen más riesgo a largo plazo de ser ellos también hipertensos”, advirtió la cardióloga Verónica Crosa, Directora del Área Corazón y Mujer ‘Dra. Liliana Grinfeld’ de la SAC, en diálogo con Tiempo.

Las afecciones cardiovasculares pueden complicar el embarazo y el puerperio de mujeres con enfermedad cardiovascular o sin ella. Según las estadísticas vitales, en Argentina se encuentran dentro de las principales causas directas de muerte materna: 4.1 por cada 10.000 nacidos vivos. A nivel mundial, la morbimortalidad materna por enfermedad cardiovascular varía por regiones y va del 0,2 al 4% de los embarazos.

Los factores de riesgo en el embarazo

“En los últimos años, las tasas de natalidad en Argentina han descendido de 17.9/1000 habitantes en 2013 a 11.6/1000 habitantes en 2021 y este descenso se ha visto asociado a una modificación del perfil de mujeres gestantes. Alrededor de un 10% de los embarazos se presenta en menores de 19 años, la mayoría nulíparas (que no han dado a luz ningún hijo) y con embarazos no planificados, con mayor riesgo de preeclampsia”, dijo Crosa. Al mismo tiempo, “hay muchas mujeres que postergan la maternidad por proyectos personales y cuando van a encarar un embarazo tienen más de 35, ya eso es un factor de riesgo”, sostuvo.

De hecho, hasta un 20% de los embarazos registrados en 2020 correspondió a madres por encima de los 35 años. “Estas mujeres muchas veces logran la gestación luego de años de tratamientos fallidos, de abortos espontáneos a repetición y de condiciones de riesgo como la trombofilia. Estos embarazos suelen asociarse a mayor riesgo de complicaciones como la preeclampsia, el parto prematuro y el retardo del crecimiento intraútero en el bebé”, alertó Analía Aquieri, también cardióloga de la SAC.

Pero además, hay otros motivos para que haya más personas con capacidad de gestar que presenten factores de riesgo cardiovascular. “Antes las nenas que nacían con cardiopatía congénita se morían; hoy llegan a edad fértil, son embarazos de más riesgo. Lo mismo ocurre con la mejoría en las tasas de tratamientos oncológicos. Como mujeres que se curan de su cáncer de mama. Esos tratamientos tienen impacto cardiovascular, buscamos que se tome conciencia de su riesgo y que se hagan los controles”, apuntó Crosa.

Las mujeres, sub-representadas

Un tercio de las mujeres adultas que mueren en Argentina tienen enfermedades cardiovasculares. “Es muy alto el porcentaje. Es el mismo que entre los varones, pero las mujeres no lo pensamos de la misma manera”, lamentó la directora del Área Corazón y Mujer de la SAC. ¿Por qué? Porque “las mujeres estamos sub-representadas en todas las líneas de investigación. Cuando revisás los estudios, vas a encontrar que alrededor de 25-30 por ciento de las poblaciones investigadas son mujeres, entonces la mayor parte de las conclusiones representan a la población masculina, no a la femenina”.

Para intentar transformar este panorama, ingresó al Senado un proyecto de ley para declarar el 9 de octubre como Día Nacional de la Concientización de la Enfermedad Cardiovascular en la Mujer, y promover una campaña sobre el tema a nivel nacional. Entró a la Cámara Alta en mayo último y fue presentado por el radical Eduardo Vischi, de Corrientes.

La iniciativa se presentará formalmente el primero de agosto, mediante conferencia de prensa. “Buscamos que se instituya en la agenda nacional un día de concientización, que haya que hacer actividades y campañas ese día, no sólo por parte de la SAC. Un día de toma de conciencia para empezar a conocer lo que nos está pasando”, propuso Crosa.

Tanto en el marco del Día de las Panzas como en el proyecto de concientización se apunta a lograr cambios también en las instancias de formación de profesionales de la salud. “Cuando en la facultad se enseñan los síntomas de enfermedades cardiovasculares en la mujer, se enseñan como algo atípico. Pero no es que somos atípicas, sino que expresamos de otra manera la enfermedad. El tema es que los síntomas se enseñan de acuerdo al patrón masculino”, cuestionó la cardióloga.

Pese al alto grado de conocimiento acerca de enfermedades cardiovasculares que existe en la población argentina, comparado a otros países de la región, Crosa recordó que en 2006 se realizó desde la SAC una encuesta sobre cuál se creía que era la principal causa de muerte entre las mujeres. “La mayoría respondía tumores de mama u ovario. En 2021 los números que encontramos fueron parecidos. Más del 50% pensaba lo mismo, no en enfermedades cardiovasculares. Por eso pensamos que si logramos que se instituya un día podemos llegar un poco más allá. Cuando implementás una política sanitaria, simplemente con informar cambia el factor de riesgo. Pero todavía falta bastante”.

Las medidas que recomienda la SAC para un embarazo saludable

  • Planificarlo, para disminuir el riesgo de complicaciones en general.
  • En las mujeres que reciben medicaciones crónicas cardiovasculares, realizar un control cardiológico previo a la concepción para modificar las medicaciones que pueden dañar al bebé.
  • Estimular a la mujer para chequear sus valores de glucemia, peso y tensión arterial previos al embarazo y así disminuir el riesgo de diabetes gestacional, preeclampsia y parto prematuro.
  • No fumar durante el embarazo y lactancia y abandonar definitivamente el tabaquismo.
  • Sostener una dieta saludable, reducir el consumo excesivo de sal y alimentos ultra procesados y favorecer el consumo de vegetales, frutas y cereales.
  • Sostener un plan de actividad física regular.
  • En quienes han tenido embarazos con complicaciones como diabetes gestacional, trastornos hipertensivos, embarazos perdidos por aborto o muerte fetal y parto prematuro, realizar chequeos cardiológicos preventivos.
  • Instalar en la agenda médica de la mujer el control cardiológico anual, en especial si ha tenido complicaciones durante sus embarazos.