El Equipo de la Primera D del Club Social y Deportivo Central Ballester estrenó su camiseta social con la inscripción del Ni una Menos, a días del Paro Internacional de Mujeres, el próximo 8 de marzo.

Los dirigentes más jóvenes encararon la iniciativa, en continuidad con un esfuerzo ejercido desde hace tiempo, imprimiendo en sus camisetas, incluso en los pantalones, el reclamo social contra las violencias a mujeres, a la que se les suman otras estampas con consignas sociales. Uno de sus dirigentes confirma que “es parte de un trabajo profundo en contacto con compañeras que trabajan con mirada de género”. En otras oportunidades, homenajeraron a los sobrevivientes de José León Suárez, de su localidad, y han encarado otras con una edición de los pañuelos de las Madres de Plaza de Mayo y otras con carteles con el rostro de Santiago Maldonado. 

Hecha a pulmón y conciencia, esta movida fue encarada con un compromiso tenaz y sin fondos. Es más, el Club Social y Deportivo Central Ballestar carece de cancha propia, pero invirtió en esta campaña el escaso dinero con el que cuenta. “Nadie cobra un mango”, los viáticos son irrisorios, pero es una necesidad total hacer esto”, confirma Ezequiel Rodríguez, ideólogo de la campaña y diseñador de la flamante camiseta, quien está al frente de un almacén natural en Villa Delina, pero destina los fines de semana a la organización de una milonga en Barracas, llamada la Domilonga.

Hace unos días, en su espacio de entrenamiento y con motivo de la intervención #NiunaMenos, los jugadores tomaron una extensa formación de una jornada a cargo de una especialista en género del Municipio de San Martín para entender los fundamentos, a días del Paro Internacional de Mujeres, este #8M y para reflexionar el porqué de salir a la cancha con estas camisetas, revisar los casos de violencia mediáticos en el fútbol y los femicidios sucedidos en la zona en donde juegan.

El joven dirigente Rodríguez, quien la organizó dispara su gol a media cancha: “Esto fue impresionante, fue un click para los jugadores y es muy bueno que se trabaje a ese nivel tan profundo».

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-¿Qué rol ocupás en el club?

Ezequiel Rodríguez: -Soy el ideólogo de la camiseta, hincha y trabajo como diseñador de la ropa del club. Hace un tiempo decidimos dar contenidos a la camiseta para llamar la atención al municipio. Los jugadores entrenan en el Parque San Martín y en Hurligham, pero en junio vamos a poder inaugurar la cancha y se nos va a hacer un poco más fácil. Y los que trabajamos en la comisión somos vecinos con injerencia en el club porque a pesar de que durante 22 años no tiene cancha, ahora jugamos de locales en Colegiales. Hay un arraigo con el club abstracto.

-Específicamente, ¿cuáles son los mensajes de las camisetas?

ER: -Las consignas salen de las problemáticas del barrio. En Jose León Suárez apareció el cuerpo de Melina Romero. A Araceli Fulles la encontraron a 30 cuadras de donde entrenamos. La otra chica que la asesinó el novio también, es imposible no sensibilizarse con eso. Nosotros somos victimarios de violencia de género en otra escala cotidiana. Con los hinchas del club tenemos la mejor, son amigos nuestros. Es muy difícil bancar todo, ponemos de nuestro bolsillo. Y simplemente contamos cosas que pasan.

-¿Y qué implica sobre la vida de los mismos jugadores que se pongan esta camiseta?

ER: -Queremos que la camiseta del Ni una Menos cuando la vea un pibe del club pregunte por qué. Y cuando llegue a la casa con una escena de violencia que le haga ruido. Es la manera que tenemos, es muy humilde el club.

-¿No tuvieron resistencia al Ni una Menos?

ER: -En la comisión directiva hubo algunas negativas por una cuestión generacional, la gente mayor pensaba los colores y la tradición. Después se consensuó y se les explicó a todos. Los jugadores son amateurs. Les expliqué la campaña y coordiné una charla con la Dirección de Género de San Martín. 

-Qué difícil y qué garra.

ER: -No tenemos espacio físico. Cuando hicimos la camiseta en contra de la violencia institucional homenajeando a los sobrevivientes de José León Suárez nos permitió un poquito saldar la deuda social. Fuimos a la Unsam y dimos charlas en las escuelas de San Martín. Muchas cosas dan miedo, en el nicho del fútbol, porque dar un mensaje así es muy fuerte.

-¿Y cuándo se vuelven a poner la camiseta?

ER: -El otro día la estrenamos en la cancha de Lugano. Me preocupaba que les dijeran algo a los jugadores. Íbamos ganando 3-1 y nos empezaron a cargar por las camisetas.

-¿Cómo los burlaban? ¿Qué les dijeron?

-ER: -Nos hacían señas a la camiseta y quebraran la muñeca. Pero vamos a seguir y a meterle distribución. Hoy juegan con el puntero de la división en Munro, en la cancha de Colegiales. Están segundos, a dos puntos. Si les ganamos, somos primeros y todo cierra con la camiseta.

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