El 31 de marzo tomó estado público una fuerte polémica entre la comisión interna del gremio de la Sanidad del Hospital Italiano y el directorio de la entidad.

Es que, por entonces, se había comprobado el contagio de cinco trabajadores del nosocomio privado y los delegados advertían que los mismos resultaban de la “negligencia” de las autoridades a la hora de evitar el aislamiento preventivo de diferentes empleados que, habiendo regresado del exterior, no habían sido confinados por las autoridades.

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Al mismo tiempo señalaban que, una vez comprobados los primeros casos no se habían dispuesto las medidas necesarias para su propagación y pronosticaban que, la actitud del Director Marcelo Marchetti, provocaría la propagación del virus entre los empleados encargados, a su vez, de preservar la salud de los pacientes.

En ese momento, tal como publicó Tiempo Argentino, el propio Director del Hospital había enviado un audio dirigido a los empleados del sanatorio en el que insistía en que la entidad había acatado las resoluciones oficiales y que “las modificaciones de las medidas se adaptan a las necesidades de cada momento”.

Sin embargo, hoy se conoció que, al menos, ya son 19 los trabajadores de la salud infectados. Son cuatro médicos, un empleado de farmacia, 7 enfermeras de terapia intensiva y 5 empleados administrativos de laboratorio.

César Latorre, delegado de la comisión interna, señaló que “el 40% de los contagios registrados en el Hospital son de trabajadores de la entidad. Siempre estuvimos detrás de las medidas del gobierno”. El dirigente explicó que “el primer contagio fue por una compañera que vino de afuera y siguió trabajando a pesar de nuestras advertencias. Los protocolos internos vienen por detrás de lo que fue decretando el gobierno. En su momento pedimos bajas preventivas que no fueron aceptadas por las autoridades que fueron las que produjeron el foco.”

Además, Latorre señaló que “el día 13 tuvimos una reunión con medicina laboral y recursos humanos donde se subestimó lo que dijimos. Advertimos antes que había que aislar a los casos importados y luego cuando llegaron los de contagio local pedimos más insumos para prevenir”.

Por último, el delegado general insitió en que “venimos diciendo hace rato que el comité de crisis debiera ser integrado por los trabajadores que estamos en el día a día y podemos ver mejor las cosas pero no lo aceptan. Tampoco aceptan nuestro reclamo de un testeo masivo de trabajadores”.

La situación en el Italiano es apenas una muestra de un fenómeno más general que, a escala de los sanatorios privados también se refleja en los 12 casos de la clínica privada Centro de Salud Norte de Vicente López o los 34 de la Clínica privada La Providencia en CABA.

El sector público tampoco está exento. En el Hospital Belgrano de la localidad bonaerense de San Martín se registraron 17 casos positivos entre médicos y enfermeros y el aislamiento de unos 50 profesionales.

De hecho, según un relevamiento de la Federación de Sindicatos de Profesionales de la Salud ya se registran más de 200 positivos de trabajadores de la salud distribuidos en 14 provincias. Representa una tasa de contagio del 10% con relación al total de la población infectada. Similar a la tasa de contagio que se registra en países como España e Italia, aunque, claro, en este caso es  una grave señal de alerta en un cuadro en el que todavía no se registra una saturación del sistema.

Alertado sobre la situación, el Dr. Héctor Garín, Secretario General de la Asociación de Médicos de la Actividad Privada (AMAP) envió un comunicado en el que sugestivamente se pregunta “¿Es obligatorio el suicidio?”.

Allí el dirigente denuncia que “muchos empleadores del sector privado de la salud no proveen a los trabajadores de los elementos de protección personal. Y entonces, hoy, somos testigos estupefactos de casos de contagio masivo en algunas clínicas, hospitales y sanatorios, producto de la negligencia patronal”.

Para el dirigente y a la vez especialista “no es imposible” evitar el contagio. Es que “nos hemos formado para evitar contagiarnos, sabemos manipular insumos y estamos muy bien formados para asistir siempre a pacientes infectocontagiosos. Pero si no contamos con estos elementos, si se nos obliga a trabajar sin respetar protocolos, si no escuchan nuestros reclamos ni toman en cuenta nuestra voz, nos volvemos absolutamente vulnerables”.

El dirigente concluye señalando que “los empleadores y el Estado no están cumpliendo con su obligación de proteger a sus trabajadores de salud y en el interior del país el problema se eleva a la enésima potencia”.

Para Garín, la negligencia patronal y la desidia estatal “hoy han puesto al médico ante una disyuntiva importante ¿hasta dónde llega su obligación ética de arriesgar su vida y las de su familia si no les dan los recursos y elementos de protección personal que corresponden? Un tema es atender, pero otro muy distinto suicidarse”.