Mientras el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, recorre la Argentina en medio de su campaña electoral, cientos de pacientes de diferentes hospitales públicos de la Ciudad padecen la desidia de una gestión ausente. En el Hospital Ramos Mejía, hace más de diez días que el sistema de aire acondicionado dejó de funcionar en todas las salas de internación de clínica médica y cirugía. Así lo denuncian los trabajadores y trabajadoras de ese nosocomio que, por estas horas, debaten si tomarán alguna medida de fuerza en los próximos días. Ante esta situación, familiares de los pacientes internados, llevan sus propios ventiladores para que no sufran las altas temperaturas y, evitar en muchos casos, que empeore el cuadro. La situación se suma a lo que ocurre en los hospitales Durand y el Oftalmológico Pedro Lagleyze que, desde la semana pasada, suspenden alrededor de 25 cirugías diarias por falta de funcionamiento del sistema de aire acondicionado.

El personal de la salud asegura que no es un tema menor y que no debe tomarse a la ligera. “La falta de aire acondicionado puede empeorar la situación de algunos pacientes. Por ejemplo en aquellos que tienen meningitis o neumonía. A muchos de ellos les sube la temperatura, pero no es por su patología ni porque estén infectados, sino por no tener el ambiente refrigerado en condiciones”, cuenta a Tiempo Luis Ledesma, Licenciado en Enfermería y delegado del Ramos Mejía. Prácticamente todo el hospital se encuentra en la misma situación, “en la sala de espera de la guardia, por ejemplo, tampoco funciona la ventilación. Eso pone de muy mal humor a los pacientes que llegan con diferentes lesiones o infecciones que, sumados al calor, nosotros tenemos que salir a poner paños fríos para bajar los ánimos de quienes se ponen efusivos y se crean algunos conflictos en el lugar”, agrega Ledesma.

En las salas de clínica médica se encuentran pacientes de complejidad media con problemas respiratorios, neurológicos, infecciones renales y demás. En planta baja, primer y segundo piso hay alrededor de 120 pacientes. Los pacientes internados en cirugía, incluso padecen la falta de ventilación natural porque en muchas salas las ventanas están selladas. “Para poner un ejemplo, en una sala puede haber veinte pacientes que actualmente tienen dos ventiladores que no ventilan nada porque tiran aire caliente. Al ver esto las familias traen sus ventiladores de pie o portátiles, pero tampoco ayuda al estado de nuestros pacientes”, suma Ledesma, al mismo tiempo que destaca que ante esta situación, “muchos internados se tienen que bañar más de una vez por día con el agravante de que tenemos muy poco personal de salud”.

Falta de respuesta del ministro de Salud

Los trabajadores del hospital aseguran que hace varios días que vienen comunicando la ausencia de ventilación central y la falta de funcionamiento del sistema de aire acondicionado. “Advertimos en varias ocasiones que si no solucionaban el problemas íbamos a tomar medidas, pero el gobierno porteño es totalmente indiferente a los reclamos. No siquiera se comprometieron a conformar una mesa de diálogo para ver de qué manera solucionamos esta problemática”, explica Ledesma. Entre jueves y viernes de esta semana, los trabajadores y trabajadoras de hospitales porteños evalúan tomar alguna medida de fuerza si todo sigue igual.

La situación en el Durand y Lagleyze

El viernes de la semana pasada,, personal de la salud de ambos hospitales, denunciaron la suspensión de alrededor de 25 cirugías diarias, por falta de funcionamiento del sistema de aire acondicionados en los quirófanos. Es a raíz de las diferentes situaciones ocasionadas como: pacientes descompensados, médicos deshidratados y con mareos; generadas al interior de las salas quirúrgicas cuando la falta de ventilación provoca el sofocamiento de trabajadores y pacientes. “Hace meses que no funciona el aire acondicionado ni en el quirófano grande, ni en el más chico. En noviembre y diciembre, a medida que iba aumentando la temperatura, se realizaron igualmente las operaciones, pero últimamente no pudimos avanzar porque se descompensan los pacientes y hasta nuestros compañeros”, cuntó a Tiempo Myriam Murúa, Técnica en Cardiología y delegada del Hospital Lagleyze. El promedio anual de cirugías realizadas en ese nosocomio, se acerca a las 30 operaciones diarias, pero estos últimos días estuvieron realizando entre tres y cuatro intervenciones en cada jornada. “No podemos arriesgar la salud de los pacientes que necesitan estar en condiciones seguras en la sala de operaciones, pero tampoco podemos arriesgar la salud de los compañeros y compañeras de trabajo”, agrega.