En medio del debate sobre la necesidad de modificar y aggiornar la formación de las fuerzas de seguridad, en el marco de los casos de gatillo fácil, aparece otra cuestión de fondo que hace hincapié en la mala gestión respecto a políticas públicas que lleva adelante el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Esto sale a la luz a través de un profundo relevamiento diseñado por el Instituto para Políticas Públicas de la Ciudad de Buenos Aires, que tiene como objetivo instalar el debate en distintas problemáticas.

De acuerdo al segundo informe en materia de seguridad pública realizado por el organismo, los barrios de Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Montserrat y Constitución, que integran la Comuna 1, están primeros “en cantidad de homicidios dolosos entre 2016 y 2020”. Esto ocurre pese a que esa comuna concentra la mayor cantidad de comisarías (un total de diez destacamentos policiales),  mientras que “la Comuna 2 con solo 2 comisarías”, agrega “una de las tasas más baja de asesinatos en el mismo período”.

“Estas cifras yo las asocio a factores socio-económicos, porque este trabajo lo hicimos en relación a otros índices como son el ingreso per cápita, la escolaridad y la mortalidad infantil y el hacinamiento, que es la correlación más fuerte que se da, y todos esos son datos muy negativos en la comuna 1”, analiza en diálogo con Tiempo Luis Duacastella, director del área de Seguridad Pública del instituto.

Entre algunos datos relevados que aparecen en el informe se destacan que, la comuna 1, concentra una tasa de 12.8 homicidios dolosos cada 100.000 habitantes, una cifra que triplica el promedio de toda la ciudad para 2020. Al mismo tiempo destaca que en los barrios vulnerables, esa tasa asciende a 28 homicidios por cada 100.000 habitantes.

“Esto sin lugar a dudas tiene que ver con la falta de una política social que redistribuya los beneficios de la Ciudad para evitar que haya una distribución desigual de la violencia”, agrega Duacastella. La contracara de lo que ocurre en los barrios más vulnerables es la comuna 14 compuesta por el barrio de Palermo, que tiene muy alto nivel de ingresos, posee “muchos robos y hurtos, pero muy bajo nivel de homicidios. Es decir, uno puede atribuirle al robo y hurto el margen de ganancia de la ‘empresa criminal’. Van a robar a una casa de alto nivel o a personas de esos barrios que están en un bar o un restaurante. Pero no en la comuna 1 donde las mayorías son pobres, lo que se puede decir es que hay robos y homicidios de pobres contra pobres”, suma el especialista.

Entre otros puntos importantes, el informe resalta que en el 2020, se produjo una importante disminución de las sustracciones en general, atribuible al período de aislamiento social preventivo obligatorio (ASPO) que se extendió desde marzo a diciembre. Así, en ese año, sólo se registraron 60.124 robos y hurtos, es decir 52.000 hechos menos que el año anterior, lo que representa un 46 % menos de denuncias. “Este ejemplo es claro, en 2019 hubo 122 mil delitos de robos y hurtos y esa cifra bajó en 2020 a la mitad, cuando nos encontrábamos en medio del confinamiento, entonces quiere decir que la mitad de los robos y hurtos se generan en la vía pública, cuando no hay circulación en las calles los delitos bajan drásticamente”, remata Duacastella, quien además es el autor del informe que se puede ver completo en este link.

La falta de datos oficiales sobre los delitos en CABA

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no cumple con el artículo 63 de la Ley Integral de Seguridad Pública porteña que ordena: “El Ministerio de Justicia y Seguridad realiza anualmente una encuesta de victimización en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. Esta situación pone en jaque a los datos oficiales que difunde el ejecutivo porteño, ya que no tiene en cuenta a todas las víctimas de diferentes hechos delictivos. “Esto es importante que se conozca, porque necesitamos saber quiénes fueron víctimas más allá de que hayan denunciado o no el hecho. Esto se conoce como la ‘cifra negra’. En la comuna 8 hay una altísima tasa de homicidios pero tiene una bajísima tasa de robos y hurtos, es decir, esos vecinos no acceden a la policía por diferentes razones que pueden ser culturales, por grandes distancias o por ausencia de comisarías, o porque no tiene confianza en las fuerzas de seguridad y consideran que denunciando pueden lograr algo”, termina el titular de seguridad del Instituto porteño y agrega: “Con esta encuesta de victimología sabríamos si los delitos ocurren porque no hay policías u ocurren a pesar de que haya agentes, lo que hablaría de la ineficiencia del sistema”.

La inseguridad en materia de género y los femicidios

El informe también destaca la participación de víctimas mujeres respecto del total de homicidios ocurridos. Éste aumentó al 18%, 3 puntos por arriba del 15% registrado en 2018. Casi dos de cada diez homicidios dolosos fueron víctimas mujeres.

El 60% de los casos de femicidios ocurrieron en las comunas 1, 4  y 8. 6 de cada 10 casos ocurren en comunas con barrios vulnerados.