El excapitán de la policía bonaerense Rubén Alberto García, uno de los cuatro acusados por la denominada «Masacre de Monte», en la que cuatro chicos murieron tras una persecución policial y posterior choque, dijo esta mañana, al declarar en el juicio por jurados que se lleva adelante por el caso, que quiso identificar al auto en el que viajaban las víctimas porque vio «un chico con gorrita» y que, al ver que no se detenía, disparó porque pensó que le «iban a tirar»

«Leandro Ecilapé (otro de los policías acusados) me muestra a un pibe de gorra blanca en un Fiat 147 que no saludó al patrullero. Decidimos identificarlo pero siguió. Alcanzo a ver la puerta del acompañante del 147 abriéndose. Ahí me jugaba que me iban a tirar. Extraigo mi arma reglamentaria, le tiro de costado para que detenga», sostuvo García esta mañana ante el jurado popular y la presidenta del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de La Plata, Carolina Crispiani, quien modera el debate.

En esta causa están siendo juzgados los oficiales Leandro Ecilapé, Manuel Monreal y Mariano Ibañez y al excapitán Rubén Alberto García. Todos ellos están acusados de ser autores de los homicidios de Danilo Sansone (13), Gonzalo Domínguez (14), Aníbal Sansone (22) y Camila López (22), y de herir gravemente a Rocío Quagliariello (17), de entonces 13 años.

En la jornada del lunes, los policías Monreal e Ibañez pidieron declarar y sostuvieron que las víctimas quisieron «matar» y «atropellar» con el auto a uno de ellos, en un intento por deslindar sus responsabilidades en lo sucedido.

Monreal fue el único de los dos policías que admitió haber disparado contra el auto Fiat 147 en el que iban las víctimas.

«El Fiat 147, haciendo caso omiso a mi alerta, me quiere matar. Intenté tirarme para atrás y efectúo dos disparos hacia las ruedas. Jamás quise lastimar a alguien y lamento lo que pasó», relató.

Antes de Monreal, Ibañez, visiblemente nervioso, contó su versión de lo sucedido ese día, cuando manejaba un móvil policial y otros agentes le pidieron apoyo para detener el Fiat 147.

«Los cruzamos y se da a la fuga el auto. Cuando vienen hacia mí, freno y veo que vienen a 50 metros. Se baja Monreal, los quiere detener y veo que nos quieren chocar. Atino a atajarme, pensé que me va a chocar a mí. Mi trabajo fue hacer un cerrojo y nada más», aclaró Ibañez, quien agregó que «nunca se bajó del móvil», que no se hizo el «superhéroe» y que «jamás» efectuó un disparo contra el Fiat 147.

Anteriormente, habían declarado en la audiencia el perito balístico Lucas Basanta, el perito informático Jose Luis Sánchez y la médica Karina Cinquegrani, que atendió a Rocío Quagliarello, la única sobreviviente del hecho, en el hospital El Cruce de Florencio Varela.

El testimonio de Basanta, que hizo foco en la bala nueve milímetros hallada en el muslo izquierdo de Domínguez, abrió la sexta audiencia y complicó a los policías acusados al contradecir la teoría del caso del abogado defensor Baqué, quien sostenía que los agentes habían efectuado disparos en dirección al piso.

Se espera que el miércoles, tras la exposición de las partes, el jurado pueda arribar a un veredicto y declarar a los policías culpables o no culpables de los delitos de «homicidio agravado por abuso de función como miembro de las fuerzas policiales calificado por el empleo de armas de fuego, y violación de los deberes de funcionario público».

El inicio del juicio

El juicio se inició el pasado 8 de mayo con la elección del jurado popular y los lineamientos de la acusación, en los cuales el fiscal Sibuet sostuvo que los policías imputados cometieron un «acto atroz», que actuaron de manera «inmotivada» y afirmó que las víctimas, «al verse rodeadas», vivieron momentos de «terror, angustia y miedo», por lo que le solicitó al jurado popular que «emitan un dictamen justo para hacer honor a la justicia».

La denominada «Masacre de Monte» ocurrió la madrugada del 20 de mayo de 2019, cuando efectivos de la comisaría local persiguieron a lo largo de la colectora de la ruta 3 a un Fiat 147 en el que viajaban cuatro adolescentes, tres de 13 años y uno de 14, junto a un joven de 22.

Los cinco chicos escuchaban música cuando los oficiales comenzaron a perseguirlos sin motivos y, de acuerdo con los registros de las cámaras de seguridad del municipio, a dispararles, ya que se observó a un efectivo en el lugar del acompañante de la patrulla, con medio cuerpo afuera y en actitud de disparo, mientras que uno de los adolescentes resultó herido de bala en una de sus piernas.

A raíz de ello, el auto en el que iban los jóvenes chocó contra el acoplado de un camión que estaba detenido en la ruta y cuatro de los cinco ocupantes murieron en el acto.