Máximo Geres de 11 años fue asesinado de, al menos, un tiro en la espalda en la madrugada del domingo en el barrio Empalme Graneros, en el noroeste de Rosario. Además, otros tres niños –de 2, 13 y 14 años- también resultaron heridos luego de ser baleados por un hombre que disparó hacia un grupo de personas que estaban frente a un kiosco. Se trata del mismo barrio donde, la semana pasada, fue atacado el supermercado de la familia paterna de Antonela Roccuzzo, la esposa de Lionel Messi.

La violencia llegó a las infancias hace tiempo en Rosario. No es una novedad. Pero se acrecienta. Ayer mismo por la noche, desconocidos abrieron fuego contra la escuela Nº 6430 “Isabel La Católica”, ubicada en la esquina de Grandoli y Ayolas de la ciudad rosarina. En el lugar se encontró una nota de la que trascendió un mensaje a integrantes de la banda de Los Monos con predicamento en barrio Tablada. No se registraron heridos.

Menores asesinados en Rosario

El crimen de Máximo Geres es el número 61 en lo que va del año en Rosario: de hecho hubo otros tres asesinatos durante el pasado fin de semana. Según publicó El Ciudadano, el año 2022 tuvo su pico máximo de homicidios. Fueron 288 crímenes de los cuales, el 70% se inscriben en narcocriminalidad y el 89% fueron cometidos con armas de fuego, según los datos difundidos por el Observatorio de la Seguridad Pública (OSP) de Santa Fe.

Pero a diferencia de lo que venía ocurriendo en años de anteriores, esta cifra incluye un aumento de victimas mujeres y niños. Se registraron 33 muertes violentas de niñas, niños y adolescentes, de los cuales 29 fueron a balazos. Al menos en 26 casos, las balas fueron atribuidas a contextos de narcocriminalidad. Es decir, más del 10% de los crímenes del último año fueron cometidos en contra de las infancias, 9 de cada 10 niños murieron por la bala del narco.

Balacera en la puerta del kiosco

Según indicó Télam, el ataque en el que Geres fue asesinado ocurrió cerca de las 2 de la madrugada cuando un hombre que aún no fue identificado comenzó a disparar hacia los que se encontraban en la vereda de un kiosco, al frente de la canchita de fútbol. Se trataba de un grupo de adultos y de niños, primos entre sí, que habían ido a realizar una compra.

Tras la balacera, el niño Máximo Geres, con un disparo en la espalda, fue trasladado por familiares y vecinos hasta el Hospital de Niños Zona Norte, donde llegó sin signos vitales. En tanto, otros tres niños alcanzados por las balas también fueron llevados al hospital. Uno de los niños de 14 años -de quien se reserva su identidad por ser menor de edad- fue operado de una herida de bala en el pecho, mientras que el otro niño de 13 de la misma edad recibió un disparo en la boca. Por su parte, la niña de 2 años recibió un impacto en un brazo, por lo que fue intervenida.

Mientras se inhumaban los restos de Geres en el club del barrio, Los Pumitas, la directora del Hospital de Niños Zona Norte de Rosario, Mónica Jurado, informó al canal TN que los “dos niños están en sala de internación conjunta, con sus familiares, evolucionando. La niña de dos años tiene una lesión y una fractura del humero proximal. El de catorce está con una lesión en la boca, en el labio superior, que lesionó partes blandas, pero que no provocó lesión ósea”. Sobre el niño de 13 años, la directora declaróque “está en la sala de cuidados intensivos, en estado reservado, pero con buena evolución, sin asistencia respiratoria” por lo que “permanece con la bala alojada en la zona paravertebral sin lesión ósea de la médula espinal. Fue un milagro”.

«Hoy ya no»

El fiscal de turno de la Unidad Fiscal Especial de Homicidios Dolosos, Adrián Spelta, aseguró a la prensa que “la presencia de niños era generalmente un obstáculo o un código para evitar este tipo de ataques, hoy ya no. Se corrieron todos los límites”. Sobre el marco en el que se registró el ataque, el funcionario judicial -perteneciente a la Unidad de Homicidios Dolosos en turno- planteó a La Capital: “Evidentemente, hay un conflicto con una banda particular en ese punto neurálgico de la ciudad, un conflicto que desencadenó una balacera que ya no tiene límites, porque se corrieron todos los límites”.

El fiscal recordó que “en hechos anteriores personas amenazadas iban con sus hijos al lado y bajaban ventanilla porque la presencia del chico al lado evitaban ataques, pero hoy ya no es un elemento valorado para evitar un ataque”. En cuanto a la banda que se presume es responsable de la balacera, aclaró: “No llevo adelante la investigación de esta banda en particular. Son nombres conocidos, nombres donde tal vez sus referentes sean los conocidos porque participaron en otros hechos de esta naturaleza y donde estamos investigando. Hasta la propia justicia federal debe estar investigando porque atrás de todo esto hay un negocio narco que es el motor de todos estos ataques”.

“Basta de matar a nuestros alumnos”

La Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafé), que representa a los maestros de las escuelas públicas de la provincia, se pronunció ante el crimen de Máximo Geres y exigió a las autoridades acciones reales para defender a las escuelas como territorios de paz. “Basta de matar a nuestros alumnos”, indica un documento difundido por el gremio. “Repudiamos el avance de la violencia y la narcocriminalidad que se lleva todos los días las vidas de jóvenes y de niños de nuestras escuelas”, añade el texto, que señala que de la muerte es de lo único que no se puede volver.

Amsafé consideró que “el dolor por el asesinato de Máximo, de 11 años, alumno de la escuela 1344 Taigoye, se hace inconmensurable y se expande en cada escuela que perdió un/a estudiante, pero también en cada una de nuestras escuelas que teme por ello”. Asimismo, agregó que “es necesario y se impone que, por ellos y por todos nuestros/as estudiantes que la violencia narcocriminal se está llevando, exigir a los poderes políticos y judiciales acciones reales para defender nuestros territorios de tanta indiferencia y complicidad con estos hechos tan graves”. Por último, expresó la necesidad de “justicia y el esclarecimiento de cada uno de estos hechos que durante estos años se llevaron la vida de tantos niños y jóvenes. Por escuelas como territorios de paz”.