Nosotras en Guatemala nos unimos al Paro para que la Voz de las mujeres que habitamos en este territorio se escuche aquí y en el mundo, junto a otras miles y millones que estamos en condiciones precarias de vida y sobrevivimos a las violencias estructurales y cotidianas. Nosotras paramos porque anualmente son más de 700 las mujeres asesinadas y miles de niñas abusadas sexualmente y forzadas a ser madres.

Paramos para que se respete nuestro derecho al trabajo y no seamos perseguidas si hacemos una venta informal en las calles. Para que haya un reconocimiento al trabajo de cuidado, a su aporte a la economía y para que se comparta en el hogar. Nos sumamos porque desde siempre hemos sido parte de los movimientos sociales que buscan construir un país para mujeres y hombres en igualdad de condiciones y de oportunidades.

Paramos para acabar con el racismo internalizado en nuestros pensamientos, deseos y actitudes. Para que el colonialismo nacional e internacional deje de explotar a los Pueblos Indígenas y expoliar los territorios en donde han vivido históricamente. Para que cese la militarización, persecución y represión armada y judicial contra líderes, comunitarias y comunitarios que defienden los bienes de la naturaleza.

Somos sobrevivientes y luchadoras; niñas, jóvenes, adultas y ancianas; mayas, garífunas, xinkas y mestizas. Somos mujeres organizadas y ciudadanas activas y propositivas. Somos las brujas, las putas, las peleoneras, disonantes, irreverentes y soñadoras. Somos las que somos, las que hemos contribuido a construir institucionalidad, las que hemos contribuido a construir propuesta, a soñar y a comenzar a vivirlo hoy. Somos las que no han podido callar, las que heredamos las luchas de nuestras ancestras, de nuestras abuelas, de nuestras compañeras, hermanas secuestradas, masacradas, asesinadas, de quienes heredamos lucha, resistencias, sueños, propuestas, energías y amor.

Somos las que ya no queremos NI UNA MENOS, somos los que nos levantamos exigiendo ir a la universidad, derechos en el lugar de trabajo, voto para las mujeres. Las que buscamos a nuestros desaparecidos, las que levantamos la voz por nuestros esposos asesinados. Las que exigimos educación y salud. Las que no nos quedamos calladas ante las diversas violencias. Somos las que nos unimos en Guatemala y el mundo, las que hemos construido movimiento.

Somos las que hemos defendido la vida de nuestros territorios, las que defendemos el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y lo defendemos de todas las violencias. Somos las defensoras de derechos humanos y de la naturaleza. Somos las que levantamos la voz desde las comunidades. Las que protegemos los ríos, el conocimiento ancestral, las que tejemos la historia en nuestros güipiles, las que mantenemos el conocimiento y lo transmitimos de generación en generación. Somos las que desarrollamos espiritualidad. Somos las que somos.

Somos las feministas, las ancianas, las comadronas, autoridades locales, las que luchamos desde cargos de elección, las lesbianas, bisexuales, heterosexuales y transque no hemos asumido el destino impuesto de la maternidad, las que disfrutamos de nuestros cuerpos poniendo como principio la autonomía, el autocuidado y la libre determinación de la vida personal y colectiva.

Somos nosotras las que paramos, para y por la vida.

Visitá el sitio especial de Tiempo sobre el 8M: parodemujeres.tiempoar.com.ar

º Feminista, lesbiana y revolucionaria. Actualmente Diputada al Congreso de la República. Integrante del Colectivo Artesana y la Alianza Política Sector de Mujeres.

*Activista, comunicadora y analista feminista, integrante de la Alianza Política Sector de Mujeres, Asociación feminista La Cuerda y Voces de Mujeres.