Las sequías no sólo están generando un desastre ambiental, económico y social en la Argentina, sino que además se extienden por casi todo el territorio, desde el norte hasta el sur. En Chubut, la situación se profundiza por la actitud de productores rurales que desvían cursos de agua, derrochan y establecen diques clandestinos.

Uno de los cauces en estado crítico es el Río Chubut. La sequía y los canales clandestinos están generando escenas de escasez profunda y literal que impacta de lleno en la vida cotidiana de las poblaciones, como sucede en la Meseta Central.

El presidente del Instituto Provincial del Agua (IPA), Nicolás Cittadini, confirmó que presentó el proyecto al mandatario provincial: «la semana pasada se le llevó al gobernador un proyecto de decreto para modificar el valor de las multas, no con fines recaudatorios, sino disuasivos, para que nos hagan caso”.

Las sanciones están previstas en el Código de Agua. Según la ley, son múltiplos de módulos: el módulo es el valor del litro de diésel en el ACA Trelew que se actualiza con el precio del combustible, “aunque depende del tipo de infracción; si es derroche, conexiones clandestinas u obras hidráulicas”, aseguró el funcionario a la prensa, y reconoció que la multa máxima no alcanza a un millón de pesos: “Nos cuentan en la zona que algunos productores se nos rieron cuando les hicimos las infracciones”.

Ahora la idea oficial es triplicar el valor de todos los montos: “si son 100 módulos (un módulo equivale a un litro de gasoil) la multa pasará a 300 módulos”. Y desde el gobierno provincial plantearon otra posibilidad: “que no dejemos comercializar la hacienda a la gente que no acató ni las multas ni el corte de los canales clandestinos. Quedó pendiente otro encuentro con Producción porque no es nuestra área, ojalá no tengamos que llegar a esa medida, pero será otra opción”, agregó Cittadini. 

La situación de los canales y diques clandestinos no es nueva ni propia de Chubut. El año pasado fue noticia cuando el gobierno bonaerense encontró numerosos cauces “fabricados” para abastecimiento de campos en Sierra de la Ventana. En la provincia sureña encontraron varios canales en la zona de Los Altares y Los Plumas, aguas arriba del Dique Ameghino: “ya se los sancionó, había algunos que tenían lagunas”, describió Cittadini.

Derroche y vandalismo

El problema se profundiza porque toda la región vive un momento se sequía extrema. El Dique Ameghino, por ejemplo, tiene un déficit de más de 500 hectómetros cúbicos. Desde el IPA realizaron estudios en los que prevén que si la situación continúa así, con nulos aportes de lluvia y nieve, la producción para 2023 se verá comprometida. En el embalse quedan 500 hectómetros cúbicos (un hectómetro cúbico es un millón de metros cúbicos), un tercio de la capacidad óptima que suele ser de 1600 hectómetros cúbicos.

El aporte del río Chubut al embalse del dique fue el peor de la historia de la provincia desde que hay registro (a partir de 1944) y está erogando muchísima mayor cantidad de lo que está entrando.

“El Arroyo Genoa está seco literalmente hace un par de años, por el menor aporte de agua y porque hubo unos diez productores que han hecho sus propios canales con maquinaría propia”, denunció Cittadini. Y precisó: “fue el primer lugar donde intervenimos con sanciones, y como vimos que no respondían, tuvimos que alquilar equipos para intervenir nosotros y cortar algunos canales”. En la zona hallaron 150 canales clandestinos.

Clandestinidad

En Chubut existe la Compañía de Riego, de administración privada que entre otras funciones tiene la custodia y operación de compuertas y los 400 kilómetros del sistema de canales. Según Cittadini, el propio presidente de la Compañía (Esteban Parra) le admitió que “algunos productores fueron y le vandalizaron las compuertas por lo cual todo el río  completo (en la zona del Valle) quedó dentro del sistema de canales”. El problema ocurre de noche, aunque aún no colocaron custodia del Ministerio de Seguridad, el mismo que reprimió las jornadas de la Ley de Zonificación Minera. Los productores gozan de protección policial.

A raíz de esos robos, las bombas de las cooperativas que entregan agua a las comunidades de las zonas quedaron por debajo del nivel operativo, algunas se quemaron y tuvieron que dejar de potabilizar. «Nosotros somos autoridad de aplicación, le pedimos informes, nos juntamos una vez al mes y analizamos situaciones. Tenemos poder de policía, pero la idea no es sancionar a la Compañía, jamás sucedió, sino pedirles que controlen así como nosotros estamos controlando cada vez más fuerte canales clandestinos o captaciones de agua que no están declaradas o derrochan», insistió Cittadini. Y acotó: “De hecho nos han llegado fotos de chacras completamente inundadas que no están en producción o lagunas gigantes o en un montón de lugares, que en este contexto empieza a exacerbarse todo”.

A partir de las situaciones que encontraron, llamaron a que los productores se registraran para hacer un seguimiento oficial de cada caso. Se anotaron mil, pero otros dos mil siguen sin anotarse, operando en la clandestinidad. El presidente de la Sociedad Rural del Valle, Ricardo Irianni, repudió los diques clandestinos, pero cuestionó un supuesto despilfarro oficial: “¿Por qué se erogó tanta agua durante el invierno si con menos alcanzaba, sabiendo la crisis que se venía? Se usa un 50% más de agua de lo que necesitan las plantas para producir. El agua alcanza, hay que mejorar la producción».