A fines de abril, Octavio Migueles entró a trabajar a la empresa textil Somartex en Gregorio de Laferrere, La Matanza. Comenzó en negro, a prueba, bajo la promesa de ser regularizado al mes. Algo que no pasó. El miércoles 2 de junio, alrededor de las 15, él y su compañero Nahuel recibieron la indicación de seguir pintando con thinner el interior de un tanque. Pasadas las 18, cuando el resto de los trabajadores estaban por salir de la fábrica, advirtieron que Octavio y Nahuel seguían en el tanque, al que solo se accede desde la parte superior. Los fueron a buscar y los encontraron desvanecidos. Octavio llegó sin vida al hospital de Laferrere. Nahuel se recupera tras haber estado en coma. Familiares y amigos denunciaron que la empresa sólo los contactó para ofrecerles plata y exigen que avance la investigación judicial. Este martes se concentran en la puerta de la planta: quieren que el caso sea visible para que no haya más muertes por precarización laboral.

“Familia y amigos cuentan que laburaban en malas condiciones, con mucha precariedad. Eran polifuncionales: todos hacían un montón de tareas. Eso que hizo Octavio no la tenía que hacer él. Lo habían contratado como operario y lo mandaron a pintar a un tanque cerrado de dos metros con pintura en polvo. No había lugar donde pudiera tener ventilación y se asfixió, se desvaneció adentro del tanque”, relató Jonathan Verón, de la Red de Trabajadorxs Precarizadxs, Informales y Desocupadxs de la Zona Oeste, que acompaña el caso. “Hay algunas cosas que no cierran: según lo que cuenta la hermana, del celular de Octavio salió un mensaje no escrito por él comentando lo que había pasado, que se había desvanecido. Ahora el celular tampoco aparece”, contó. “La precarización laboral nos atraviesa de cuajo. Los que conformamos la red somos eso: changarines, desocupados. Octavio pudo haber sido cualquiera de nosotros”, lamentó.

“Parece que uno intentó sacar al otro (del tanque). Entre los compañeros les dieron respiración boca a boca, intentaron reanimarlos. Nahuel logró salir con vida. Octavio llegó sin vida al hospital de Laferrere. De ahí a los compañeros los mandaron a declarar a la comisaría, recién a las 12 de la noche le avisaron a la madre. Le dijeron que tenía que ir a reconocer el cuerpo: ahí empezó todo el infierno”, dijo Camila Fleitas, amiga de Octavio y sostén de la familia, que convoca a una tercera movilización este martes –frente a la planta de Ezeiza 6169- para reclamar avances en la investigación, a la que aún no pudieron acceder.

De acuerdo a lo que se pudo reconstruir hasta ahora, fue Octavio quien intentó sacar del tanque a Nahuel cuando ambos comenzaron a sentirse mal, algo que habrían manifestado a los encargados previamente. “Nos llegó que están dando información errónea: que dijeron que alguien ‘de arriba’ fue quien sacó a los chicos, pero eso no es verdad. Pensamos que se están ocultando muchas cosas. El celular de Octavio no aparece. Y la empresa llamó a las familias las primeras semanas ofreciendo un sueldo de por vida, una cantidad de dinero, que llegaran a un arreglo. La familia de Octavio se negó, dijo que querían justicia. Después desde la empresa no llamaron más”, remarcó Camila. Y agregó que desde una ART se contactaron también con los Migueles, algo que les resultó “raro”, porque él “estaba en negro”.

“La empresa es nueva, abrió en enero de este año. Cuando lo tomaron a Octavio le dijeron que iba a trabajar para el rubro textil, con máquinas de estampado. Cuando llegó se encontró con otra cosa, tareas de albañilería, mantenimiento. Ya venían teniendo descuidos: una semana antes estaba haciendo un trabajo de arreglo y se le cayó un fierro en la nariz y se cortó. Ninguno de los encargados lo llevó al hospital, le dijeron que se pegue con La Gotita”, relató la joven.

Según pudo saber el portal zonal No Ficción, en un allanamiento judicial realizado el jueves último secuestraron documentación y dispositivos electrónicos y las primeras pericias determinaron que la víctima se desvaneció al intentar rescatar a su compañero, quien tras recuperarse ya declaró en sede judicial. El procedimiento estuvo a cargo de la Fiscalía 3 de Gregorio de Laferrere y el fiscal Juan Pablo Tahtagian estuvo en la planta durante la medida. De acuerdo a la información recabada hasta el momento, los dos jóvenes trabajaban en el tanque con una ‘mascarita’ insuficiente para protegerse de la intoxicación en ese espacio cerrado. La causa podría recalificarse como “homicidio culposo y lesiones culposas”. Pero hasta el momento, según pudo saber Tiempo, no hay ningún imputado y continúa como “averiguaciones de causales de muerte”.