Otro bar histórico de la ciudad de Rosario cerró sus puertas de forma definitiva, esta vez Natalie, que funcionó por 58 años en la intersección de las calles Rioja y San Martín. Se suma a los casi 40 bares que cerraron la localidad rosarina en la última década, según publicó la web Rosario 3.

Natalie era un clásico donde no solo se disfrutaba de un buen café sino que albergaba momentos importantes de un sinfín de parroquianos que preparaban exámenes finales, se comprometían en matrimonio entres sus mesas e incluso conformaban sociedades comerciales. Hasta Fito Paéz lo frecuentaba y así lo contó en sus memorias, según publicó el portal Punto Biz.

Nostalgia y adiós a un clásico

Los clientes sienten mucha nostalgia y nos dan el pésame entre lágrimas, pero nuestra familia está muy feliz de ponerle fin a este ciclo de 58 años por decisión propia y de la mejor manera”, aseguró a Punto Biz Cecilia Sabbá, hija de los fundadores del bar, quien trabajó allí hasta su cierre. Asimismo, declaró que estaban felices de haber tomado la decisión sin haber acumulado deudas y habiendo sobrevivido a una pandemia. “El bar nos dio todo lo que podíamos pedir, pero ya era hora de que mi hermano y yo hagamos nuestro propio camino”, aseguró.

“Hubo épocas en que el local explotaba de gente, recuerdo que se armaban filas en la calle. En una de esas rachas florecientes, mi papá fue el primero en instalar equipos de aire acondicionado, algo que para los bares de Rosario era inédito”, rememoró.

También estuvo presente durante la última jornada Marta Calabressi, cocinera, alma máter y fundadora de Natalie. Ella tenía 15 años cuando emprendió, junto a su marido Gabriel Sabbá, la puesta en marcha del negocio. La idea floreció en una familia de gastronómicos. Es de resaltar que uno de los hermanos fue fundador de otro clásico de la ciudad rosarina: el bar Imperial, emplazado en Corrientes y Santa Fe.

La decadencia de la pospandemia

Cecilia Sabbá aseguró que el principal deterioro del negocio se dio después de la pandemia, de la mano de la decadencia del centro rosarino. “La zona cambió mucho cuando sacaron todas las sucursales bancarias y trasladaron las líneas de colectivo a calle San Juan. Ya hace años que Rioja no es la misma”, señaló.

Si bien la reapertura de La Favorita renovó el movimiento en la zona, no alcanzó para torcer el rumbo. “La alternativa era invertir en una renovación total de las instalaciones y relanzar el lugar, pero honestamente no era el deseo ni de mi hermano ni el mío”, confesó. Sabbá contó que decidieron hablar con su madre y, a partir de allí, decidieron poner en venta el fondo de comercio. “Me contacté con un abogado y un escribano y todo se resolvió muy rápido. En un mes lo habíamos vendido”, aseguró. Atrás quedaron las 50 mesas de fórmica, las antiguas sillas thonet y el piso de terrazzo.

En la última década cerraron casi 40 bares

De acuerdo al sitio Rosario 3, en junio de 2022 ya eran casi 40 los bares y espacios culturales que habían cerrado sus puertas en la última década, sobretodo después de la pandemia del Covid-19. Según lo expresado por ese medio, el crecimiento de emprendimientos comerciales en nueva zonas se dio en detrimento del centro y el microcentro rosarino, que fueron perdiendo su brillo en los últimos años y sobre todo durante la pandemia. Entre los bares céntricos que cerraron sus puertas en ese tiempo se cuentan al Bar del Mar, OUI, Jekill and Hyde y Bracco

Uno de los más recordados es el Savoy Grand Café (San Lorenzo y San Martín). “Luego de 12 años en funcionamiento, su administrador, Marcelo Burgués, confirmó la noticia a finales del 2021. A pesar de ser un lugar que no presentaba problemas económicos como muchos de sus pares, no fue ajeno al paso del tiempo y fue quedando demodé frente a otros propuestas comerciales”, publicó Rosario 3.

Posteriormente, los dueños del hotel Savoy aceptaron el ofrecimiento de que el establecimiento fuera una nueva sede del Rock & Fellers, una icónica marca de la guitarra que una apuesta a revitalizar un área estratégica. Según trascendió a la prensa, se trataría de un plan integral del municipio para generar un polo de consumo que le de movimiento y mayor seguridad al centro.

Otros espacios esparcidos por la ciudad no resistieron los embates de la crisis y pusieron un punto final. Este es el caso de La Bartolina, Le Bal, Quilombo 27 y Combo Club, que se suman a una larga lista de muchos otros que cerraron.