El 7 de diciembre de 2016, Viviana Luna salió de su casa en Potrerillos, Mendoza, para ir a una entrevista de trabajo. Avisó que luego iría a la casa de una amiga. Nunca llegó a destino ni se volvió a tener noticias de la mujer, de 45 años. Cinco años después, sus hijos e hijas reclaman igual que el primer día: que se sepa qué pasó, dónde está, que se la siga buscando. La última novedad del caso no tiene que ver con su paradero, sino con la detención de un adiestrador canino contratado por la familia, acusado de manipular prueba en un operativo de búsqueda.

“No queremos que se cumplan más aniversarios sin tener respuesta. Que la justicia se mueva, que le ponga la misma dedicación para encontrar a una desaparecida que le pusieron para ir a buscar a Viedma a un adiestrador de perros. Que se muevan de la misma manera, con las mismas ganas. Pedimos que se haga justicia, poder tener la verdad”, reclamó Matías Julián, uno de los hijos de la mujer, en diálogo con Tiempo.

El detenido es Marcos Herrero, conocido por participar en distintas búsquedas de personas desaparecidas. En algunos casos, su participación contribuyó a encontrar respuestas. En otros, sembró dudas. La familia de Viviana le había pedido a la Justicia que lo convocara para realizar nuevos rastrillajes. Ante la respuesta negativa, se dedicaron durante seis meses a realizar actividades para juntar fondos y contratarlo de manera privada.

Herrero viajó a Mendoza y en septiembre pasado sus perros encontraron restos humanos en un hotel abandonado en Potrerillos. Pero luego la Unidad Fiscal de Homicidios del Ministerio Público Fiscal informó que pertenecían a un hombre. Allí, también habría aparecido un papel con nombres de figuras de la política y el poder en la provincia. Tras su detención y la acusación de manipular evidencia sin autorización e incluso plantar prueba, todo ese material quedó bajo un manto de duda.

“Nos sentimos un cero a la izquierda porque fuimos los que hicimos todo el trabajo para esos rastrillajes, la justicia se llevó las cosas y no nos volvieron a contactar. Nos enteramos, al igual que todo el mundo, por los medios. No nos notifican de nada de lo que pasó en los últimos rastrillajes, aunque según lo que dice la justicia no está vinculado a mi mamá”, lamentó Matías. Y criticó que la causa siga caratulada como ‘averiguación da paradero’. Este martes, a las 16, la familia convoca a concentrar frente a la Fiscalía 11, a cargo de Claudia Ríos.

Viviana Luna estaba separada del padre de sus cuatro hijos. El día anterior a su desaparición, había vuelto a Potrerillos desde la ciudad de Mendoza, donde estaba viviendo con su hermana. La familia contó que ella estaba triste por la falta de trabajo y que tenía una relación con un hombre de Guaymallén, con quien “no se llevaba muy bien”. Esa persona fue investigada, sin que se hallaran pruebas en su contra. También se pesquisaron cartas que habría escrito la mujer, en tono de despedida, pero sus hijos e hijas dudan de su autenticidad.

“Si se suicidó, ¿dónde está el cuerpo? No se puede haber suicidado y enterrado 20 metros bajo tierra –dijo en relación a una de las hipótesis que maneja la justicia-. Le hicieron algo. No sabemos por qué. Pero sabemos que no se fue por voluntad propia y que algo le hicieron». Y reiteró: “Pedimos que no se cumplan más años sin respuesta. Que no nos sigan decepcionando como lo hicieron por cinco años. ¿Cómo voy a confiar en la justicia, si en cinco años no hicieron su trabajo como corresponde? Nunca nos brindaron ni siguiera un psicólogo”.

El reclamo de la familia Herrero

Mientras la familia de Viviana Luna reclama verdad y justicia como hace cinco años, otra familiar pide ayuda: la de Marcos Herrero, el adiestrador canino detenido. Su hija difundió un pedido de colaboración para recaudar 150 mil pesos y pagar un abogado que lo represente en Mendoza.

“Queremos que mi papá salga de ese lugar y que llegue sano y salvo con mi familia. Y más sabiendo que él no ha hecho nada grave, lo único que ha hecho es ayudar”, escribió en redes sociales.

El hombre, acusado de manipular prueba en el caso Luna, fue entre otras cosas el perito cuyos perros encontraron sangre de Facundo Castro Astudillo en un móvil policial. Matías Julián, uno de los hijos de Viviana, remarcó que Herrero aceptó viajar a Mendoza a pedido de su familia cuando aún no habían logrado reunir todo el dinero para pagarle. Y cuestionó las “vueltas y trabas” que puso la Justicia cuando reclamaban que se lo convoque para las búsquedas.