En la Villa 31, ubicada en el barrio porteño de Retiro, dos hombres a bordo de una moto asesinaron a balazos a Federico Jesús Frías, de treinta y un años, los proyectiles de 9 milímetros le impactaron en la zona del tórax y el pecho. La víctima vivía en la manzana 7 del Barrio Güemes. Por este terrible hecho y otros, los vecinos están aterrados, temen por las infancias y sus vidas.

Sucedió durante la madrugada de este lunes. Tras lo ocurrido, la Policía de la Ciudad desplegó un operativo en el cruce de las calles Ulla Ulla y 11 de Mayo que se extendió por distintos sectores. Allí hallaron el cuerpo de Frías sin vida, quien tenía antecedentes penales pero desde que salió en libertad, según algunos vecinos, “se dedicaba a trabajar dignamente, el pibe había dejado de hacer esa cosas”.

Circularon varios videos a los cuales este diario tuvo acceso, en los cuales se puede observar la escena del crimen, se ve a los familiares y a los vecinos desesperados corriendo de un lado para el otro, se escuchan los alaridos de una mujer y gritos. Está muy claro que se trata de un ajuste de cuentas, lo que se desconoce es el motivo, salvo lo que se sabe del boca en boca en la 31, sobre que la víctima días antes “le robó a una persona  del bario en la terminal de colectivos y se la tenían jurada, acá las cosas se arreglan así”.

Salud mental

Otra versión que circuló apunta a que el muchacho padecía consumos problemáticos, “se ponía violento y le insistía a los vendedores para que le den la dosis, entonces estos los mandaron a matar, hay una conexión muy aceitada entre los que roban, los que matan por encargue, los que venden drogas y los policías”. 

Los vecinos cuentan que en el lugar hay bandas que se dedican a distintas cosas y frecuentemente ocurren tiroteos, “pero muy pocas veces se visualizan esos hechos, esta vez se dio a conocer, pero acá esto pasa seguido, ahora mismos hay más heridos además del hombre que mataron”.

Desde la institución policial explicaron, “estamos realizando una investigación”, pero que hasta el momento “es un caso muy prematuro para arrojar un resultado”. También contaron que tienen conocimiento, “sobre las distintas bandas del barrio, están los paraguayos, los peruanos y hay otros grupos más chicos que también operan”.  

“Estamos aterradas, permanecemos encerradas en nuestras casas porque sentimos mucho miedo, tenemos que llevar a los chicos al colegio, no lo hacemos porque si salís no sabes si te matan o te pasa cualquier otra cosa”, denunció una mujer del barrio que prefirió no dar su nombre por temor a represalias, en diálogo con Tiempo. Continuó alertando que “son bandas que se dedican a distintas cosas y chocan por distintos motivos”.

Villa 31, zona en conflicto

“El sector más complicado en este momento es el de Barrio Güemes, nadie quiere entrar ni pasar por ahí porque está muy jodido el asunto”, detalló la vecina. Siguió relatando que “la gente está pasando por donde están los Bomberos Voluntarios para el ingresar y egresar; por miedo de quedar en medio de una balacera”.

“Los distintos ataques ocurrieron durante el domingo, lunes y martes, al muchacho lo mataron a sangre fría, estaba sentado tomando una bebida”, reconstruyó la mujer. También dijo saber que  varias personas “resultaron heridas pero la televisión no habla sobre eso, solo cuentan que hubo un homicidio, acá todos tienen conocimiento de lo que pasa, pero nadie quiere hablar por miedo a ser asesinado”.

“Una amiga me dijo por teléfono que hay un niño que está herido de bala, pero yo no sé si es verdad porque no salgo de mi casa hace varios días, de eso tampoco se habla en los medios, nosotras estamos encerradas con nuestros hijos chiquitos”, alertó la mujer. Además imploró “tenemos miedo, necesitamos ayuda y seguridad, solo queremos vivir en paz”.

“Ahora, el actual problema es entre los de la zona donde está el antiguo edificio del correo y el Barrio Güemes, las docentes están al tanto de que nosotras no vamos a salir con los chicos para llevarlos al colegio”, explicó la vecina. También aseguró que “no salimos ni a comprar, nos las arreglamos con lo que tenemos en nuestras casas y nos comunicamos por un grupo de wasap por si necesitamos algo o tenemos una urgencia”, agregó. 

La Policía recorrió la zona pero no hubo resultados. En el caso interviene la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°58, que ordenó un análisis de las cámaras de seguridad y verificar si hay algún testigo del homicidio.

La narcocriminalidad                         

Cabe destacar que la narcocriminalidad es la traducción de las conductas vinculadas al crimen organizado en materia de narcotráfico y otros delitos asociados. Pero muchas veces, personas inocentes son asesinadas en los tiroteos. Es por eso que se creó la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), a través de la Resolución PGN N° 208/13.

“Yo que vivo cerca de la escena del crimen, escuché muchos disparos durante casi tres días, también gritos, niños llorando y distintos ruidos, hace varias noches que no podemos dormir tranquilos”, contó sobre la terrible situación que atraviesan. Los policías “conocen a todos acá, pero se meten hasta ahí nomás, no hacen nada, siempre pasa lo mismo”.

La vecina explica que el problema de consumos problemáticos es muy fuerte en la zona y de la mano va el narcotráfico. “Vimos en la televisión que dicen que no se trata de un problema de drogas, eso es mentira, porque acá todos hacen de todo un poco para poder sobrevivir, roban, venden estupefacientes, se matan entre ellos, muchas veces asesinas a personas ajenas a esos problemas y negocios, inocentes”, aseguró.

villa 31
Foto: Captura video

“Está todo mezclado, chorros, consumidores, sicarios, narcos y policías”, denunció la mujer. Quien los diferencia como “los hacen sus cosas en el barrio y los que van a otros lados, yo vivo acá hace muchísimos años, esto pasa siempre, hay veces que se calma un poco y después sigue”.

“Necesitamos que las máximas autoridades nos brinden una solución, porque la Policía también está metida en todas los negocios que hay acá en el barrio, ellos están metidos en el asunto y son quienes deberían cuidarnos”, reclamó la mujer. Finalizó pidiendo y alertando “por favor que alguien haga algo para brindarnos una solución, esto no va a quedar así, porque los otros muchachos se van a vengar por el crimen, muchos de los oficiales son parte del problema”. 

Libros sobre narcos-policías

Hay libros de distintos autores que se han encargado de trabajar la problemática de los policías involucrados en el narcotráfico y la narcocriminalidad. Algunos de ellos -entre muchos otros- son Marcelo Sain, con su libro «Por qué preferimos no ver la inseguridad», en el año 2017. Este trabajo muestra en forma clara y precisa cómo funciona el negocio entre un gran sector de la Policía y los narcotraficantes en distintos puntos del país.

Por otro lado está la obra de la periodista Candelaria Schamun, “Cordero de Dios”, publicada en 2013. Es una investigación que trata el caso de Candela Sol Rodríguez, la niña de 11 años  que fue secuestrada y posteriormente asesinada. Aquí también queda al descubierto la trama de relaciones entre policías, narcotraficantes y quienes son contratados para matar. Cristian Alarcón, periodista y escritor, es el autor del prólogo.

La narcocriminalidad es un mecanismo de corrupción criminal que funciona hace varias décadas en todo el país. A pesar de haberse demostrado repetidas veces como se tejen las redes entre chorros, sicarios, narcos y policías, continúa funcionando cada vez con mayor frecuencia, en forma totalmente indiscreta sumando víctimas fatales con el pasar del tiempo y con total impunidad. Esta modalidad mafiosa se ha instalado en la sociedad como un problema estructural.