El ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro, compartió un encuentro virtual con más de 100 niñas, niños y jóvenes con disfluencia en el marco de un Congreso de Tartamudez, en Salta, que busca concientizar y sensibilizar sobre esta condición en el habla que posee el 1% de la población en todo el mundo. Muy emocionado, admitió que no sabe “si esto se puede superar”, pero remarcó: “Me empecé a superar cuando comencé a aceptarme”.

“Es medio difícil cuando uno es el protagonista, y más siendo padre. Me cuesta mucho”, dijo en medio de la emoción. Del otro lado, en la sede del gremio gastronómico Uthgra, lo escuchaban con atención niñas, niños y jóvenes como Gabriel Guerra, de 22 años. Fue uno de los impulsores del proyecto ya convertido en ley que creará un consultorio público con profesionales para chicos y chicas con tartamudez, iniciativa de la que la provincia de Tucumán fue pionera. En Salta, fue presentada por el diputado Omar Exeni, también con disfluencia.

“Ha sido algo muy emocionante. Pudimos compartir historias. Wado se emocionó mucho. Está muy interesado en ayudarnos. Quiere que esto llegue a toda la Argentina. Y nos contó su historia, lo difícil que fue para él. El bullying que tuvo en su secundaria. Le dije que me sentí muy inspirado cuando lo vi a él en la tele. Y más estando en un cargo en el Estado. Ha sido algo muy inspirador, que me llevó a hacer este proyecto con el diputado Exeni”, contó Guerra a Tiempo. “Yo también sufrí bullying pero siempre vi el lado positivo de esto y lo que me sacó adelante fue estar bien de autoestima, conocerme a mí mismo. Mi fonoaudióloga, Analía Corral, fue la que me sacó del abismo y me inspiró a hacer esto. No lo hago por mí, sino por los niños”.

Silvia Zurita, mamá de Gabriel, integra el Grupo de Ayuda de Tartamudez en Salta. La iniciativa legislativa en esa provincia surgió tras conocer el caso de Tucumán, la primera en tener un consultorio público para personas con disfluencia. “Surgió la idea de invitarlo a Wado porque para las provincias del interior tener a un referente a nivel nacional es importante y muchos jóvenes se sienten identificados con él”, contó. “Dijo que nos iba a apoyar y nos dio la primicia de que se va a presentar una ley a nivel nacional. Eso nos emocionó mucho más”, remarcó la mujer.

“En Salta no se hablaba de tartamudez. Mucha gente cree que son personas con discapacidad. Pero no. Tienen una característica en el habla y necesitan un apoyo desde la familia, lo profesional, la parte educativa. Se necesitan campañas de prevención porque tratarse desde temprana edad ayuda mucho”, dijo Zurita, miembro de una organización de 250 personas. En Salta se estima que hay más de 12 mil personas disfluentes. “A nivel nacional la estadística dice que son unas cinco millones de personas. Esto es un trabajo de todos. Los chicos con tartamudez sufren mucho bullying. Cuanto más la sociedad conozca de esto, va a ser una sociedad más inclusiva y ellos van a tener una calidad de vida mejor”, expresó Zurita.

Hace un mes, tras las elecciones legislativas, De Pedro emitió un mensaje que hizo referencia a su condición del habla. “Anoche leí en las redes muchas consultas sobre mi manera de hablar. Les comento que tengo disfluencia (o tartamudez) y todos los días trabajo para mejorar y superarme”, escribió el ministro del Interior en su cuenta de Twitter. Aludió así a la condición que lo acompaña desde niño, cuando presenció el secuestro y desaparición de su mamá y su papá durante la última dictadura cívico militar. Tras ese mensaje, dejó los datos de la Asociación Argentina de Tartamudez, para quien le interesa del tema. En menos de un día, se quintuplicaron las consultas a la institución.