Comienza una semana definitoria para que el peronismo termine de armar de una vez su estrategia electoral. Mientras que Sergio Massa avisó este sábado que se queda dentro de la alianza, Daniel Scioli advierte que no se baja y La Cámpora salió a militar el territorio, los gobernadores piden un candidato  propio en la fórmula y todos miran a Axel Kicillof. Por lo pronto, fuentes del peronismo aseguraron a Tiempo que la definición sigue estando en manos de Cristina Fernández y que no va a seguir dilatando mucho más su pronunciamiento.

Es que, según cuentan fuentes con acceso al territorio, la dificultad de la dirigencia y la militancia está en que no tienen candidatos para promocionar ni en provincia ni en Nación. Es por eso que, para mover la militancia, tal como pidió Cristina en el final del discurso del 25 de mayo, la dirigencia necesita nombres. Y por ahora no los hay. «Es muy difícil ir a un acto, arengar y no poder decirle a la gente a quién votar», explicó a este diario un funcionario bonaerense con largo recorrido. Es que la opción de Axel Kicillof comenzó a tomar fuerza a partir del pronunciamiento de los gobernadores que pidieron inclusión federal en la fórmula y lista de unidad.

Si bien en estos días Cristina se corrió de la discusión electoral, algunos que la conocen aseguran que puede definir esta misma semana la estrategia y que ella prefiere candidato de unidad, tal como expresaron los gobernadores peronistas. La candidatura de Scioli complica las aspiraciones de Eduardo «Wado» de Pedro, que todavía no se termina de instalar. A su vez, los intendentes están desorientados y no quieren enfrentamientos intestinos en sus territorios. Los jefes comunales se reunieron esta semana con Kicillof, pidieron candidato único, pero no hubo comunicado como el de los gobernadores. «Cristina quiere evitar las PASO, trabaja para eso y lo va a lograr, empoderada junto los gobernadores y Massa», aseguró un funcionario nacional que recorre la provincia.

La exigencia de los mandatarios de incorporar a uno de ellos en la fórmula no cayó bien en el resto de la dirigencia que les endilgó que cada uno de ellos se manejó de manera discrecional en su territorio y se despegaron del cronograma nacional sin reproches. Uno de los que verbalizó esa queja fue Agustín Rossi, quien también advirtió que, si no dan los números, no tiene problema en bajarse.

El que sí está decidido a llevar adelante su decisión de pelear en una interna es Scioli que asegura que «está desbordado de avales» para su candidatura. Incluso, desde su espacio, cuentan que algunos gobernadores lo llaman y lo quieren de candidato. «Se sigue sumando gente a medida que se mantiene indeclinable», cuentan en el sciolismo y aseguran que tienen candidatos para presentar en todas las secciones electorales bonaerenses, en todos los municipios y en las provincias también. Por lo pronto, Scioli se mostró con Pablo Moyano y Juan Pablo Brey de Aeronavegantes y este viernes almorzó con Hugo Moyano. En la ciudad, sumó a la legisladora porteña Maia Daer, la hija de Héctor Daer, triunviro de la CGT. Desde su espacio sostienen que hasta el propio Jorge Capitanich, vocero del encuentro de los mandatarios, quien se pronunció en contra de la dispersión electoral entre varios candidatos, no descartó una eventual competencia de dos listas.

Se acercan las fechas límite

Lo que queda claro entre la dirigencia es que a días del cierre de alianzas que se producirá este miércoles y que revelará la cantidad de sellos partidarios que integren el frente electoral, poco o nada se sabe. Ni si quiera el nombre que llevará la alianza oficialista. Esta semana circuló un ensayo de nombre que reunía al cristinismo y al massismo, ese rumor quedó descartado por los propios integrantes de cada espacio. Por lo pronto Massa, después de días de amenazas con romper, avisó que se quedará dentro del gobierno y del armado oficialista, así que la marca del Frente Renovador quedará inscripta dentro de la alianza este miércoles 14, y nada sugiere que vaya a disolverse.

La coincidencia entre diferentes fuentes es que por el momento están a la espera de la definición pública de Cristina. Pero si bien los candidatos quieren contar con su bendición expresa, ninguno asume, hasta el momento, la consigna de «dejar de lado al FMI», tal como pidió el 25 de mayo ante la militancia en la plaza. El único que podría encarar semejante tarea es Kicillof, que cuenta con experiencia de negociación a cara de perro con los acreedores externos desde su época de ministro de Economía de Cristina. Sin embargo el gobernador cree que puede empujar desde abajo al candidato nacional. Con todo,  esa hipótesis se hace difícil de sostener si el peronismo pierde en la presidencial. Incluso, aunque se retenga la provincia, algunos dirigentes bonaerenses creen que gobernar el distrito más complejo del país durante el mismo periodo que un eventual gobierno de derecha en la Casa Rosada, también pinta un panorama oscuro. Es por eso que especulan que la candidatura de Axel Kicillof no sólo debe contar con el aval de la vicepresidenta sino con el apoyo de los gobernadores e intendentes, que esta semana ya se empezó a gestar. Sólo falta el acuerdo entre ambos dirigentes: el elegido y su jefa política.   «