Cataluña se alió con territorios europeos que tienen algún tipo de disputa con los estados centrales para reclamar a la Unión Europea protagonismo en la toma de decisiones relacionadas con los fondos para la recuperación post pandemia. Así se lo hizo saber mediante una carta a los máximos dirigentes europeos que firman 24 comarcas díscolas de Europa. Entre ellas figuran las regiones alemanas de Baden-Württemberg, Hessen y Baviera; las francesas Nueva Aquitania y Occitania; las italianas Bolzano-Bozen / Tirol del Sur, Lacio y Emilia-Romaña; las islas Baleares, el país vasco y Valencia, de España; Flandes y Valonia de Bélgica.

“La UE en estos momentos responde a la voluntad de los estados que la componen -explica a Tiempo Argentino, Bernat Solé, consejero (ministro) de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia del gobierno catalán- pero no da respuesta a las distintas realidades. Prueba de ello es que en estos momentos en que se están negociando los fondos de recuperación por la Covid, se tiene muy poco en cuenta la voz de los territorios. Por ello hemos impulsado una alianza de diferentes territorios a nivel europeo para hacer la presión suficiente y poder incidir en el diseño y la implementación de estos fondos. Si la UE quiere que sea este proyecto en el cual todos los ciudadanos se sientan identificados tiene que dar respuesta a estas realidades y Cataluña es una realidad política que debe recibir una respuesta”.

-Cataluña aparece como un leading case, porque cualquier decisión favorable a su reclamo independentista será base para las otras demandas. ¿Como se articularían esas cuestiones dentro de la UE?

-Es cierto que la posición más cómoda de la UE sea dar respuesta solo a los estados, pero la realidad es la que es y por eso queremos a través de esta alianza incidir en las altas instituciones europeas para que den respuesta a los territorios. Cada territorio tiene en el futuro voluntad política de ser lo que sea. Algunos quieren avanzar hacia una república; tros, una autonomía suficiente como para que no se planteen otro escenario. Impulsamos esta alianza como mensaje de que una Europa que solo mira a los estados no da respuesta a estas realidades.

¿Cuál es tu situación personal ante los procesos judiciales contra el independentismo?

-Nosotros siempre hemos defendido que el conflicto entre Cataluña y España se tiene que resolver por la vía política porque es político. La judicialización no nos lleva a ningún tipo de solución. Tenemos presos políticos, buena parte del gobierno de 2015 a 2017 en prisión o en el exilio y la judicialización de este conflicto continúa. Yo fui alcalde de un municipio (Agramunt) durante el 1-O (1 de octubre de 2017, cuando se hizo el referéndum ilegalizado por el gobierno de Mariano Rajoy) y por estar al lado de la gente, por preservar el orden la seguridad de los ciudadanos, estoy acusado de un acto de desobediencia esperando sentencia de un Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

-¿Que condena pesa sobre ese delito?

-En mi caso sería un año y medio de inhabilitación y 24.000 euros de multa. Se me acusa de haber cedido espacios para celebrar el referéndum y por participar en un acto explicando el derecho a voto.

-¿Cómo cree que sigue esta historia?

-Con este gobierno que se hace llamar el más progresista de la historia hemos entablado una mesa de negociación que hace meses no se celebra. Nosotros insistimos en que solo a través del diálogo podrá resolverse este conflicto, en una mesa donde se ponga a consideración el derecho a decidir el futuro de Cataluña teniendo en cuenta que 7 de cada 10 catalanes quieren hacerlo a través de un referéndum. Por otro lado, también es necesario poner sobre la mesa la amnistía de los presos políticos y 2800 personas que están encausadas. Esta mesa no se celebra desde hace meses. Todos los conflictos de todo el mundo tarde o temprano siempre se han resuelto a través del diálogo, siempre, y esto es lo que ponemos en valor desde Cataluña. Tarde o temprano tendremos que hablar, negociar.

-Pero el estado nacional es una monarquía.

-La voluntad de la ciudadanía, expresada mayoritariamente a través del parlamento, es que quiere avanzar hacia un modelo de país como la república catalana, y esto no se puede cambiar. Tenemos que vehiculizar esta manera de entender el futuro de nuestro país por los cauces políticos.

-En todo este período fue creciendo un sector muy fuerte de la derecha franquista. Uno tiene la impresión de que hay otro choque de trenes en perspectiva.

-Precisamente cuando no se es capaz de negociar y llegar a acuerdos es cuando más se polarizan las posiciones y la aparición de extremismos responde a la incapacidad de resolver los conflictos por la vía política. Tenemos que reconducir esta situación.

-El escándalo de la familia real sigue a pleno, con la situación fiscal del rey emérito Juan Carlos sobre el tapete.

-Lo que esta claro es que la situación en que la monarquía deja al estado español es tal que no puede demostrar que es capaz poner a todos los ciudadanos, sean de la condición que sean, en la misma línea de salida ante la justicia. Han tenido que ser otros estados, otros países, otra prensa internacional, que haya puesto luz a esta situación tan desagradable, tan injusta, como es este presunto fraude de la monarquía. Nosotros denunciamos esta situación y en el Parlamento se celebró un pleno para hablar de corrupción y los partidos españolistas en ningún caso han puesto el tema de la casa real y esto demuestra que cuando se habla de corrupción allí, en la casa real, se mira para otro lado. Un país que se quiera autodenominar democrático esto nunca tendría que ser posible.

– ¿Imaginan una Cataluña en una relación con Bruselas dentro de la Unión Europea, sin intermediarios?

-Nosotros imaginamos lo que la mayoría de la gente quiera. Evidentemente los lazos comerciales, sociales, culturales, históricos con España, con Francia son los que son y no queremos renunciar a ellos. Estas relaciones tienen que mantenerse porque entendemos que son un valor. En un mundo globalizado no tiene ningún sentido plantear un modelo de país totalmente aislado. En todo caso la voluntad de ir a la república catalana pasa por fortalecer estos vínculos, pero por otro lado, poder decidir en todo aquellos que los catalanes consideren.

-¿Hay alguna posibilidad de que la solución pase por alguna posición intermedia?

-No me corresponde decirlo porque es la ciudadanía la que debe decidirlo a través de las urnas. Por otro lado, por este episodio ya hemos pasado. En su momento algunos de los partidos de Cataluña defendieron el Estatut como un elemento que permitía establecer unas relaciones para resolver este conflicto político. El estatuto fue aprobado mayoritariamente por el pueblo de Cataluña en referéndum, también fue aprobado por mayoría en el parlamento y que en el congreso fue ninguneado. Ya hemos pasado por esto.