El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, supervisó en persona el disparo de un «nuevo tipo» de misil balístico intercontinental y aseguró que su país está preparado para una «confrontación a largo plazo» ante Estados Unidos, informaron este viernes los medios estatales norcoreanos. Pyongyang lanzó ayer por primera vez desde 2017 un misil intercontinental a pleno alcance, que llegó más alto y más lejos que cualquier proyectil probado previamente por este país con capacidad nuclear.

La prueba del «nuevo tipo de misil balístico intercontinental», el Hwasong-17, se llevó a cabo bajo la «guía directa» del líder, indicó la agencia KCNA. Kim aseguró que la nueva arma «desempeñará su misión como una poderosa disuasión ante una guerra nuclear» y «hará al mundo claramente consciente del poder de las estratégicas fuerzas armadas» de Corea del Norte, según declaraciones recogidas por este medio. Y agregó que el país tiene «unas formidables capacidades militares y técnicas imperturbables ante cualquier amenaza militar o chantaje» y está «completamente preparado para una confrontación a largo plazo con los imperialistas estadounidenses».

El Hwasong-17 es un gigantesco misil balístico intercontinental (ICBM) enseñado por primera vez en un desfile en octubre de 2020 y definido como «misil monstruo» por los analistas. Su primer ensayo provocó indignación entre los países vecinos y también en Estados Unidos, que decretó nuevas sanciones contra entidades y personas en Corea del Norte y Rusia, acusadas de «transferir artículos sensibles al programa de misiles».

Los medios estatales mostraron este viernes imágenes de Kim, con su habitual chaqueta de cuero negra y gafas de sol, caminando sobre la pista del aeropuerto frente al largo misil o celebrando con sus compañeros el disparo exitoso. «El misil, lanzado desde el aeropuerto internacional de Pyongyang, se desplazó a una altitud máxima de 6.248,5 km y voló 1.090 kilómetros durante 4,052 segundos antes de impactar con precisión una área predefinida en aguas abiertas» en el mar de Japón, dijo KCNA.

El ejército de Corea del Sur calculó que el alcance del misil era de 6.200 kilómetros, mucho más que el estimado para el Hwasong-15, que Pyongyang probó en octubre de 2017. El proyectil cayó en la zona económica exclusiva de Japón, lo que causó una furibunda respuesta de Tokio. KCNA asegura que el lanzamiento se hizo «en modo vertical en consideración de la seguridad de los países vecinos».

Los cancilleres de Corea del Sur y Japón, Chung Eui-yong y Yoshimasa Hayashi, mantuvieron este viernes una conversación telefónica en la que señalaron que el lanzamiento «no solo es una clara violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, sino también una violación de la moratoria sobre el lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales que Corea del Norte prometió a la comunidad internacional». Además, Seúl respondió con el disparo de misiles Hyunmoo-II, ATACMS, Haesong-II y JDAM para demostrar su capacidad de atacar con precisión cualquier sitio de lanzamiento y puestos de mando correspondientes en territorio norcoreano.

Corea del Norte ha hecho «un importante progreso cualitativo», sostuvo el analista de seguridad, Ankit Panda, citado por la agencia de noticias AFP. «Los norcoreanos están en el umbral de aumentar significativamente la amenaza hacia Estados Unidos», advirtió, señalando que este ICBM puede llevar varias cabezas explosivas y esquivar más fácilmente los sistemas de defensa antimisiles.

Seúl, Washington y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, denunciaron que el lanzamiento violaba las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que se reunirá de emergencia. A pesar de las fuertes sanciones internacionales por su programa armamentístico y nuclear, Corea del Norte ha desplegado una docena de ensayos en lo que va de año.

Pyongyang había suspendido oficialmente los ensayos de misiles de largo alcance y nucleares mientras Kim Jong Un participaba en negociaciones de alto perfil con el expresidente estadounidense Donald Trump, que colapsaron en 2019 y han estado estancadas desde entonces. Estos avances ocurren en un momento de inestabilidad internacional y regional por el conflicto en Ucrania y el periodo de transición en Corea del Sur hasta la toma de posesión del presidente electo Yoon Suk-yeol en mayo.