A 44 años de su muerte, el féretro con los restos del dictador Francisco Franco fue retirado de la Basílica del Valle de los Caídos en los hombros de sus familiares, quienes reivindicaron públicamente su figura al grito de «¡Viva Franco! ¡Viva España!», en una imagen que pasará a la historia.

Las labores de exhumación comenzaron a las 10.30 hora local (5.30 argentina) en el interior de la basílica donde estaba la tumba del dictador, resguardadas por cámaras de televisión que siguieron todo el operativo desde la puerta del recinto monumental, a donde se acercaron una veintena de nostálgicos del franquismo.

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(Foto: AFP)

Las pancartas con el lema «Franco Vive» y banderas preconstitucionales desplegadas muestran el descontento con la medida de un minoritario sector de la ciudadanía española que abiertamente defiende la figura del último dictador de Europa.

Los restos de Franco descansaban en un monumento público, junto a los de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la fascista Falange Española, y los de algunas de sus víctimas, lo que era considerado contrario a los principios democráticos.

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(Foto: AFP)

El traslado de los restos de Franco es una decisión del presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, que cuenta con el aval del Tribunal Supremo del país y se ampara en la ley de Memoria Histórica, que aprobó en 2007 el también socialista José Luis Rodriguez Zapatero.

Sánchez prometió exhumar a Franco cuando llegó al poder en junio de 2018, pero la medida recién se concreta ahora a raíz de la batalla judicial que el Gobierno tuvo que librar con los nietos del dictador, quienes se resistieron con el apoyo y complicidad de las autoridades de la Iglesia católica que gestionan la basílica donde se encuentra la tumba de Franco.

Finalmente, una veintena de nietos y bisnietos del dictador trasladaron en sus hombros el féretro en el trayecto desde la Basílica del Valle de los Caídos hasta el coche fúnebre que trasladó el ataúd al helicóptero que lo llevará al cementerio de El Pardo- Mingorrubio, su nuevo lugar de sepultura.

Pese a las advertencia del Gobierno en cumplimento de la Ley de Memoria Histórica no estaba permitido enaltecer la figura del dictador, pero los familiares de Franco lo vitorearon frente a la ministra de justicia española, Dolores Delgado, que actuó como notaria del Reino de España durante el acto.

Los restos el dictador fueron llevados en helicóptero bajo estrictas medidas de seguridad hasta el cementerio de El Pardo-Mingorrubio, donde su familia realizó de una misa antes de la reinhumarlo en un panteón de titularidad pública en el que ya se encuentra su esposa, Carmen Polo.

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(Foto: AFP)

Allí también llegaron unos 200 simpatizantes de la extrema derecha, a pesar de que el gobierno español prohibió concentraciones en el lugar.

El presidente del gobierno español celebró la medida y afirmó que la exhumación de Franco pone fin a una «afrenta moral». «Hoy España cumple consigo misma. Con esta decisión pone fin a una afrenta moral, como es el enaltecimiento de la figura de un dictador en un espacio público», dijo Sánchez en un discurso institucional.

«Pone fin a una anomalía en una democracia europea (…) nuestra democracia se prestigia, no solo ante nuestros ojos, sino ante los ojos del mundo», añadió.

Dictador. Franco encabezó en 1936 el golpe militar a la Segunda República española, lo que dio inicio a 3 años de una cruenta guerra civil y la posterior dictadura que lo tuvo hasta su muerte, en 1975, en el poder. Entre esos años, hubo más de 100.000 desaparecidos, miles de fusilados y unos 30 mil niños robados a sus familias.

Tras su muerte, el cuerpo del dictador fue llevado al Valle de los Caídos, un complejo monumental cuya construcción fue encargada por el propio Franco en 1940 y que fue realizada durante 20 años por miles de presos políticos forzados a trabajar allí.

Al lugar, coronado por una enorme cruz de 150 metros de altura, el ‘Caudillo’ hizo trasladar en 1959 los cuerpos de más de 30.000 víctimas de la dictadura, en nombre de una pretendida «reconciliación» nacional.

Entre ellos había combatientes del bando franquista pero también republicanos sacados de cementerios y fosas comunes sin informar a sus familias.

Desde su muerte en 1975, Franco estuvo en una tumba, siempre adornada con flores frescas, a los pies del altar mayor de la basílica.

La «contradicción» en España, una democracia con cuarenta años y un dictador ocupando un mausoleo en su homenaje, «con esta acción se resuelve», señaló el historiador Nicolás Sánchez-Albornoz, preso en su juventud en el Valle de los Caídos, a AFP.