Israel relanzó este martes su política de colonización de territorios palestinos con la aprobación de un proyecto para construir 2.500 viviendas en Cisjordania, cuatro días después de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y pese a la advertencia del Consejo de Seguridad de la ONU y las críticas de la comunidad internacional.

El anuncio de la expansión de las colonias fue dado a conocer por el gobierno israelí a través de un comunicado en el que se detalló que el primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa Avigdor Lieberman aprobaron levantar las nuevas viviendas.

«Estamos construyendo y seguiremos construyendo», dijo Netanyahu.

Por su parte, Lieberman celebró volver a tener «una vida normal en Judea y Samaria», nombre bíblico de la parte norte de Cisjordania.

La nueva expansión se da en medio del recambio presidencial en Estados Unidos, cuyo flamante presidente prometió trasladar la sede diplomática de su país desde Tel Aviv a Jerusalén, una decisión que, según advierten los palestinos y otros críticos, podría intensificar la violencia en Medio Oriente.

El anuncio israelí sobre las viviendas desató condenas en la comunidad internacional.
«Es lamentable que Israel siga con esta política, a pesar de la continua preocupación internacional y de las objeciones que se han planteado constantemente a todos los niveles», señaló el Servicio de Acción Exterior de la Unión Europea (UE) en un comunicado.

Asimismo, la ONU, rechazó las «acciones unilaterales» realizadas por el gobierno israelí que ponen en riesgo la solución de los dos Estados, es decir la creación de un Estado palestino independiente, la fórmula de resolución del conflicto que apoya la mayoría de los países del mundo.

En los últimos meses, la ONU ha sido blanco de las criticas israelíes luego de que el Consejo de Seguridad del organismo aprobara, con la inusual abstención de Estados Unidos, una resolución que declara ilegales las colonias judías en Cisjordania.

Estados Unidos es un aliado tradicional de Israel, pero durante las últimas dos administraciones demócratas, el presidente Barack Obama endureció sus críticas a la política expansionista israelí y pocos días antes de irse, sentó posición con la abstención en la ONU.

Sin embargo, la llegada de Trump a la Presidencia de Estados Unidos vuelve a inclinar la balanza a favor de los intereses israelíes.

El anuncio de la expansión de las colonias llega dos días después de que Netanyahu y Trump mantuvieran una conversación telefónica en la que acordaron una reunirse en Washington, en febrero.

La medida aprobada es para construcciones en las colonias de Ariel (900 unidades); Maale Adumim (90), Efrat (21), Elkana (18) Inmanuel (166), Migrón (86), Beit El (20), Oranit (150), Givat Zeev (100), según informó el diario israelí Haaretz.

El ala más dura del gobierno israelí cree que la expansión de las colonias es insuficiente.

El líder ministro de Educación y líder de Hogar Judío, Neftali Bennett, consideró que con la llegada de Trump al poder, Israel tiene que abandonar la solución de los dos Estados y ofrecer «no una Autoridad Palestina, como existe ahora, sino una Autonomía Palestina».

«¡Palestina (ya) existe! Está claro que un segundo Estado palestino, más allá de Gaza, no va a ocurrir», subrayó el líder del partido de los colonos antes de instar al gobierno a «aprovechar los nuevos elementos de la coyuntura», en referencia al recambio de autoridades en Estados Unidos, informó la agencia de noticias EFE.

Por su parte el líder del Consejo de Yesha, Oded Revivi, uno de los tres líderes colonos que fueron invitados a la asunción de Trump, el viernes pasado, consideró que la construcción de «ciudades israelíes» en Cisjordania es «una respuesta a la paz» porque «permite a israelíes y palestinos vivir y trabajar juntos».

El anuncio de hoy sigue a la aprobación, el domingo, de la construcción de 566 viviendas en Jerusalén este, suspendidas en diciembre por Netanyahu para evitar un nuevo choque con la administración Obama.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP), del presidente Mahmud Abbas, calificó de «provocación y desafío» la medida y culpó a la comunidad internacional por su indiferencia.

El portavoz de Presidencia de la ANP, Nabil Abu Rudeina, agregó que la decisión supone un «obstáculo» para restablecer la seguridad y la estabilidad y «promueve el extremismo y el terrorismo».

Por su parte la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) tachó las nuevas construcciones de «crimen de guerra y flagrante violación de las leyes y convenciones internacionales», especialmente de la reciente resolución 2334 aprobada por la ONU.

Poco antes de que se conociera la medida, Abbas se reunió con el cónsul general de Estados Unidos en Jerusalén, Donald Blome, para discutir «los cambios en Washington».

Según el comunicado oficial difundido por la ANP en su sede de la ciudad cisjordana de Ramallah, Abbas reafirmó su pleno compromiso con la paz y su determinación por trabajar juntos y fortalecer las relaciones bilaterales.