Tal como prometió, sin pensar en que tendría que cumplir, Matteo Renzi tuvo que renunciar a su cargo de primer ministro de Italia tras la derrota el domingo pasado del referéndum que decidió una polémica reforma política que el dirigente impulsaba. Por eso, el presidente italiano Sergio Mattarella comenzó una ronda de consultas para formar un nuevo gobierno, en medio de una crisis política que puede ser agravada por la delicada situación que atraviesa el tercer banco del país.

Mattarella ya recibió en el Palacio del Quirinale a 17 grupos parlamentarios, incluida la xenófoba Liga Norte, para tratar de formar un nuevo ejecutivo tras la renuncia de Renzi consumada el miércoles, aunque el premier saliente continúa de manera interina.

El presidente ya se había reunido con su antecesor Giorgio Napolitano, con el presidente de la Cámara de Senadores, Pietro Grasso, y con la titular de Diputados Laura Boldrini.

Pero más allá de las cumbres, el país miró con atención al Banco Central Europeo, luego de que se anunciara, de manera informal, que la institución continental había rechazado una prórroga de la ampliación de capital al banco Monte Dei Paschi de Siena, el más antiguo del mundo y el tercero de Italia, lo que hizo desplomar sus papeles más de un 10% en la bolsa y agudizó la crisis del sistema bancario nacional.

El desplome de los papeles del MPS y la posibilidad de que Europa no otorgue ayuda financiera tienen un doble efecto para la crisis política que atraviesa el país: en primer lugar, se convertiría en la principal urgencia del próximo gobierno que deberá nombrar Mattarella, teniendo en cuenta que la administración Renzi tenía listo un decreto para disponer el salvataje público al banco.

Además, una eventual crisis del MPS y un eventual arrastre al resto del sistema disminuiría las chances del ministro de Economía de renzi, Pier Carlo Padoan, de ser elegido como próximo primer ministro para no comprometer su continuidad al frente de una cartera clave.

Los problemas para el MPS no son nuevos: se encuentra en un profundo proceso de reestructuración y saneamiento, tras ser el único banco que quedó por debajo de los valores mínimos exigidos a 51 entidades europeas evaluados por la Autoridad Bancaria Europea en julio pasado.

Las consultas políticas terminaron ayer con el encuentro entre Mattarella y el Partido Democrático (PD), del que Renzi continúa siendo secretario general y que, aun con divisiones internas, es el que tiene más bancas en ambas Cámaras. Tras los tres días de consultas, está previsto que hoy sea un día de «reflexión» de parte del presidente antes de anunciar mañana su decisión. «