Tras casi un mes de protestas, los manifestantes salieron este sábado nuevamente a las calles en distintos puntos de Irán en repudio a la muerte de una joven bajo custodia de la policía de la moral, apoyados por Estados Unidos, que dijo «estar al lado de los ciudadanos, de las mujeres valientes de Irán».

Mahsa Amini, una joven kurda iraní de 22 años, murió el pasado 16 de septiembre tras haber sido detenida por esta fuerza policial en la capital, Teherán, por incumplir el estricto código de vestimenta que obliga a las mujeres desde los siete años a cubrirse la cabeza y el pecho con un velo.

La indignación provocada por su deceso desató la mayor ola de manifestaciones y violencia en la república islámica desde las protestas de 2019 contra la subida de precios de la nafta.

Aunque las autoridades bloquearon las redes sociales más populares, los activistas lanzaron un llamamiento en línea bajo el lema «¡El principio del fin!» para protestar masivamente este sábado, cuando las movilizaciones entran en su quinta semana pese a una sangrienta represión.

Los manifestantes salieron a las calles de la ciudad de Ardabil (noroeste), mientras que los comerciantes hicieron huelga en Saqez, la ciudad originaria de Amini, en la provincia del Kurdistán, y en Mahabad, también en el noroeste, según el sitio 1500tasvir, que sigue las protestas.

«¡Libertad, libertad, libertad!», gritaban unas mujeres jóvenes en un centro educativo en Teherán, al tiempo que hacían ondear sus velos al aire, consignó la agencia de noticias AFP.

Un grupo defensor de los Derechos Humanos, Hengaw, con sede en Oslo, informó también de protestas en Marivan y Ney, en el Kurdistán iraní (oeste), donde unas chicas de instituto «corearon eslóganes contra el gobierno».

Igualmente, había manifestaciones este sábado en las universidades de Teherán, Ispahan y Kermanshah, según videos publicados en Internet.

En respuesta, el Consejo Islámico de Coordinación del Desarrollo, encargado de organizar manifestaciones oficiales, urgió a la gente a expresar «su enfado revolucionario ante los sediciosos y los alborotadores».

Los manifestantes recibieron anoche el apoyo del presidente estadounidense, Joe Biden, quien aseguró que Washington está «al lado de los ciudadanos, de las valientes mujeres de Irán».

«Irán debe poner fin a la violencia contra sus propios ciudadanos que simplemente ejercen sus derechos fundamentales», expresó.

El presidente iraní, el conservador Ebrahim Raisi, acusó en varias ocasiones a Estados Unidos de estar detrás de las protestas y querer desestabilizar su país.

Las movilizaciones en Irán han dado lugar a manifestaciones de solidaridad en ciudades de todo el mundo, así como a sanciones de Estados Unidos contra los funcionarios iraníes implicados en la represión.

También la Unión Europea (UE) anunció que se dispone a imponer sanciones a los responsables iraníes, una medida que deberían adoptar los cancilleres del bloque en una reunión este lunes.

Ante esta situación, el jefe de la diplomacia iraní, Hossein Amir-Abdollahian, pidió a la UE que adopte una «visión realista» frente a las manifestaciones.

Irán es un país «pilar de una estabilidad y una seguridad duraderas en la región», recordó el ministro durante una conversación telefónica ayer con el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.

Borrell, por su parte, había insistido ayer en Twitter en «el derecho de los iraníes a manifestarse pacíficamente y defender los derechos fundamentales».

Quienes se manifiestan son sobre todo jóvenes, estudiantes y mujeres, que protestan contra el Gobierno, queman sus velos y no dudan en enfrentarse a la policía.

La represión de las protestas ha dejado ya al menos 201 muertos, incluidos 23 menores de entre 11 y 17 años, según la ONG Iran Human Rights, con sede en Noruega.

Dos miembros de las fuerzas de seguridad murieron por disparos de bala en Fars, lo que eleva a una veintena los miembros de las fuerzas del orden muertos desde el inicio de las manifestaciones, según informaron ayer medios oficiales.

Télam