Miles de personas rechazaron este lunes en Puerto Príncipe y en otros puntos de Haití el despliegue militar de Estados Unidos y Canadá ante el aumento de inseguridad en el país por la actividad de bandas armadas, en el cierre de una serie de protestas convocadas bajo el lema «Abajo Ariel Henry, abajo la ocupación”.

Las y los manifestantes, convocados por el partido Pitit Desalin, se concentraron en el Campo de Marte, el parque más grande de la capital, y marcharon después hacia el aeropuerto.

Entre barricadas y gritos, pidieron la renuncia del primer ministro Ariel Henry por la «intervención» de las Fuerzas Armadas extranjeras, así como por el alto costo de vida y las malas condiciones económicas que vive el país.

La sucesión de crisis en que vive sumido Haití llevó a que la ONU detecte por primera vez en este país a personas en el peor nivel de inseguridad alimentaria, catalogado de «catastrófico», en particular en la barriada de Cité Soleil, en las afueras de Puerto Príncipe, bajo dominio total de los grupos armados criminales.

Estados Unidos y Canadá confirmaron ayer la llegada al aeropuerto de la capital de aviones militares con equipo para apoyar a las fuerzas de seguridad locales, según una nota del Departamento de Estado estadounidense.

Recalcaron que es una medida que busca apoyar a Haití en su lucha «contra los actores criminales que están fomentando la violencia e interrumpiendo el flujo de asistencia humanitaria que se necesita con urgencia, obstaculizando los esfuerzos para detener la propagación del cólera».

La situación de inseguridad se añade a la aparición de brotes de cólera que, sumados, provocaron una crisis de tal gravedad que el Consejo de Ministro de Haití aprobó una resolución en la que instaba a Henry a pedir ayuda a la comunidad internacional y sus Fuerzas Armadas para contener a las pandillas.

Hace un mes que las protestas se repiten en la capital, al punto que hubo una versión de renuncia de Henry, desmentida después por la oficina del primer ministro.

El Senado pidió dar marcha atrás con el pedido del Gobierno de un despliegue inmediato de tropas extranjeras para asegurar un corredor humanitario, en una resolución firmada por nueve de los 10 senadores cuyo mandato aún está activo.

En tanto, el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, dijo que aunque no aportaría militares a esa posible intervención en Haití, tampoco abriría las fronteras, por lo que prohibiría el paso a posibles refugiados.

Hace días, el portavoz de la Organización de Naciones Unidas, Stephane Dujarric, dijo que el secretario general, Antonio Guterres, estaba «preocupado» por la situación del país, e instó a la comunidad internacional y al Consejo de Seguridad a considerar urgentemente la solicitud del gobierno haitiano de enviar una fuerza armada internacional especializada.