El Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) alertó este martes que más de 3.500 menores palestinos murieron en más de tres semanas de bombardeos israelíes en la Franja de Gaza y que el enclave se ha convertido «en un cementerio para miles de niños y niñas».

La Franja de Gaza es ya «un infierno para cualquier persona» pero, de forma particular, «se ha convertido en un cementerio para miles de niños y niñas» desde el comienzo de los bombardeos israelíes, dijo Unicef en un comunicado.

La nota del organismo de la ONU volvió a «suplicar», a través de un portavoz, James Elder, «que se ponga fin a la matanza», lo que pasa también por la necesidad de que haya «un alto el fuego humanitario inmediato».

Las cifras ya son «escalofriantes» y crecen «significativamente» cada día, dijo Elder, informó la agencia de noticias Europa Press.

Agregó que, para los niños, las amenazas «van más allá de las bombas y los morteros», ya que sufren por ejemplo la falta de agua.

Hamas dijo este martes que al menos 3.554 chicos y chicas figuran entre al menos 8.525 palestinos muertos en Gaza en bombardeos lanzados por el Ejército israelí desde que milicianos del grupo islamista mataron a más de 1.400 personas y tomaron unos 240 rehenes en Israel el 7 de octubre.

«La muerte de niños y niñas -especialmente lactantes- por deshidratación es una amenaza creciente», dijo el vocero Elder, poniendo como ejemplo el caso de los hijos de una compañera de la propia agencia, Nesma.

Sus dos hijos, de cuatro y siete años, piden «agua normal», como contraposición al agua salada, que «es la única opción ahora mismo», contó.

«Me rompe el corazón ver a los niños a mi alrededor esforzarse por conseguir un vaso de agua limpia y no encontrarla», dijo Nesma en el comunicado de Unicef.

Además, un conflicto como el actual «se dejará sentir durante generaciones» e implicará traumas de por vida, dijo Elder.

«Antes de esta última pesadilla», ya había más de 800.000 niños, tres cuartas partes de la población infantil gazatí, necesitados de apoyo psicosocial y de salud mental, señaló.

La hija de Nesma se autolesiona y se arranca el pelo, pero ahora mismo ella siente que no puede permitirse el «lujo» de pensar en la salud mental de mis hijos.

«Me repito a mí misma: Nesma, mantenlos vivos. Y cuando todo esto termine, les proporcionaré apoyo mental y atención médica'», dijo la mujer en el comunicado de Unicef.