El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se mostró hoy convencido de que logrará un «apoyo ciudadano más amplio» para un acuerdo definitivo de paz con la guerrilla de las FARC, después de haber recibido de los líderes de la oposición varias propuestas para modificar la letra del entendimiento que fue rechazado por la población en el plebiscito del pasado domingo.

Santos dedicó la mayor parte de la jornada de hoy a sostener conversaciones con los líderes de las fuerzas políticas que hicieron campaña por el No en el plebiscito, entre ellos los ex presidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, quienes públicamente se mostraron a favor de hacer modificaciones en los acuerdos de paz.

Después de las declaraciones de Santos y Uribe, las FARC dijeron en su cuenta oficial de Twitter: «La paz no se detiene. Al pueblo humilde de Colombia le queremos decir que cuente con nosotros. Siempre defenderemos sus derechos».

Al cabo de una reunión de casi cuatro horas con Uribe, el jefe del Estado hizo una declaración pública en la que llamó a los colombianos a deponer «antagonismos y rencillas» para llegar a la unidad nacional que evite que tantos años de negociaciones con las FARC terminen en un fracaso que hunda al país en la incertidumbre.

«Estamos muy cerca de lograr una paz estable y duradera con apoyo ciudadano más amplio. Si todos tienen esa voluntad y contribuyen a lograr el objetivo lo conseguiremos», afirmó.

Comentó que escuchó atentamente a quienes se opusieron a la letra del acuerdo de paz y escuchó todas sus inquietudes, tras lo cual señaló que todas esas objeciones serán tratadas con la delegación de las FARC que llevó a cabo las negociaciones en La Habana, donde se firmó el acuerdo el pasado 26 de septiembre.

Se mostró entonces favor de encontrar un camino que «fortalezca el acuerdo con las FARC».
Si bien Santos habló de fortalecer los acuerdos, antes Uribe fue más directo al señalar la necesidad de «introducir cambios» en los textos firmados en La Habana para buscar «un nuevo acuerdo» que involucre a todos los colombianos.

Los mayores reparos de los sostenedores del NO están vinculados con los beneficios que los ex milicianos de las FARC podrán gozar en los procesos judiciales por los delitos de los que son acusados, sus posibilidades de integrarse a la política desde cargos electivos y algunas compensaciones económicas.

«La justicia debe ser mejorada pero no sustituida», dijo Uribe en referencia a la creación de tribunales especiales prevista en los acuerdos para juzgar los delitos que se le achacan a la guerrilla. También pidió «alivio judicial, aunque no impunidad» para los militares que combatieron a las FARC.

Uribe aseguró que hizo sus propuestas de «ajuste» a Santos y que el presidente mostró su disposición de ponerlos en discusión con la cúpula de las FARC.

Además, el ex presidente, del Centro Democrático, pidió a las Naciones Unidas que acompañe esta «nueva etapa» de la democracia colombiana, porque el resultado del plebiscito rechazó los acuerdos pero «reafirmó el deseo de paz».

Las discusiones entre los líderes políticos de Colombia continuarán mañana a nivel de delegados en busca de fórmulas posibles para ofrecerles a las FARC, cuya cúpula tuvo un contacto ayer con negociadores del gobierno en La Habana.

Ayer, la canciller de Colombia, María Ángela Holguín, dejó en claro que la posibilidad de reabrir las negociaciones con las FARC depende de la cúpula guerrillera, que hasta el momento considera que el resultado del plebiscito no tiene «efectos jurídicos» sino políticos.

Otro pedido que hizo el presidente Santos es el de imprimir celeridad en las negociaciones, debido a que «la administración del cese del fuego conlleva sus riesgos». El jefe de Estado extendió la aplicación del cese del fuego hasta el próximo 31 de octubre, debido a que la tregua debía terminar el domingo, cuando se hizo el plebiscito.
“Decreté un cese el fuego que puede ser renovado y extendido para lograr el fin de la violencia y la tranquilidad de los colombianos”, expresó el mandatario.

Santos también se reunió con el ex presiente Pastrana y con líderes de fuerzas sociales, políticas y gremiales para analizar estos asuntos.