Mientras el Grupo Internacional de Apoyo a Siria es incapaz de ponerse de acuerdo para imponer una tregua duradera en el país árabe, y la aviación del gobierno junto a la rusa continúa bombardeando zonas controladas por la oposición que causan la muerte a decenas de civiles, el presidente Bashar al Assad, acusó a Estados Unidos de no ser «auténtico» en su apoyo a un cese de fuego en Siria y de propagar «mentiras».

El viernes, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, mantuvieron una «breve» reunión sobre Siria en Nueva York que resultó «constructiva», pero no produjo los avances suficientes para renovar el alto el fuego en el país árabe, que comenzó el 12 de septiembre y sólo duró hasta el 19. Mientras se desarrollaba el encuentro, aviones sirios y rusos reforzaron sus bombardeos en el marco de una nueva ofensiva contra las zonas de la ciudad septentrional siria de Alepo controladas por la oposición. Al menos 70 personas murieron y decenas resultaron heridas en los bombardeos contra los barrios orientales en manos de los rebeldes y con unos 250 mil habitantes, según la Defensa Civil siria, un grupo de voluntarios que desarrolla labores de rescate.
Ese mismo viernes, Lavrov dijo que después de que el 12 de septiembre entrara en vigor el acuerdo sobre el armisticio en Siria, los insurgentes lanzaron 350 ataques contra las fuerzas gubernamentales. «¿Qué ha pasado después del 12 de septiembre cuando el acuerdo entró en vigor? –se preguntó el diplomático–. Pues que los terroristas del Frente al Nusra realizaron 350 ataques contra las tropas gubernamentales». En tal situación, indicó, «cualquier armisticio pierde sentido».

Ya en la noche del jueves, Kerry había declarado que según los resultados de la reunión que había mantenido el grupo (integrado por Alemania, Arabia Saudí, Australia, Canadá, China, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, España, los Estados Unidos, Francia, Irán, Irak, Italia, Japón, Jordania, Líbano, la Liga Árabe, las Naciones Unidas, Omán, la Organización de Cooperación Islámica, Países Bajos, Qatar, el Reino Unido, Rusia, Turquía y la Unión Europea) fracasó la reanudación del cese del fuego.

El 12 de septiembre se declaró en Siria una tregua que el Ejército gubernamental abandonó al cabo de una semana alegando numerosas infracciones por parte de los insurgentes, a las que hacía referencia Lavrov.

Durante los siete días que duró el armisticio hubo también dos episodios con fuertes repercusiones internacionales: un bombardeo de las posiciones del Ejército sirio en Deir Ezzor, que la coalición internacional liderada por EE UU dice haber realizado por un error, y el ataque, de autoría desconocida, a una caravana humanitaria en Urm al Kubra, cerca de Alepo.

El armisticio era el punto fundamental de un paquete de acuerdos entre EE UU y Rusia que estipulaba también garantizar el libre flujo de ayuda humanitaria, ante todo hacia Alepo, separar de los terroristas a grupos armados de la oposición «moderada» y, cuando la tregua se volviera sostenible, establecer un centro de implementación conjunto para coordinar los ataque aéreos rusos y estadounidenses paralelamente a la suspensión de vuelos de la Fuerza Aérea de Siria en zonas designadas.

Tras su “error”, EE UU acusó a Siria por el ataque del convoy de ayuda humanitaria, por eso Al Assad atribuyó a Washington no ser «auténtico» en su apoyo a un cese de fuego y de propagar «mentiras» cuando responsabiliza a Rusia y a su país por el ataque que le costó la vida a 12 trabajadores humanitarios.

Además, aseguró que el ataque de aviones de la coalición que lidera EE UU a una base siria, donde murieron 62 militares, fue demasiado prolongado y tuvo demasiados participantes para haber sido accidental, y acusó a Washington de no desear la derrota total del Estado Islámico.

El conflicto armado en Siria provocó entre 300 mil y 400 mil muertos desde marzo de 2011, según altos cargos de la ONU. «