Una infección respiratoria fue la explicación oficial sobre la hospitalización del papa Jorge Mario Bergoglio, que tuvo que suspender este miércoles su agenda de trabajo para esta semana. El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, anunció que Francisco fue internado en el hospital Policlínico Agostino Gemelli para realizarse «algunos controles programados con anterioridad», aunque fuentes extraoficiales confiaron que el exarzobispo porteño de 86 años tendría una bronquitis que lo tendrá hospitalizado por «algunos días», hasta que se recupere.

La primera noticia se conoció en Roma de manera verbal. Bruni fue a la «Sala Stampa» del Vaticano e informó a los periodistas que «en los últimos días el papa Francisco se ha quejado de algunas dificultades respiratorias y esta tarde ha acudido al Policlínico A. Gemelli para someterse a algunos controles médicos. El resultado de los mismos mostró una infección respiratoria (excluida la infección Covid 19) que requerirá algunos días de tratamiento médico hospitalario adecuado».

En los últimos dos años Bergoglio visitó dos veces el hospital donde se atiende. Primero fue por una diverticulitis que implicó una intervención quirúrgica prolongada. Afrontó una internación de diez días durante julio de 2021 y dejó el sanatorio luego de que le extirparan más de 30 centímetros de su intestino grueso. La internación también implicó un post operatorio donde transitó los efectos de la anestesia y desde entonces habría decidido evitar por todos los medios posibles otra visita al quirófano.

En mayo del año pasado volvió al hospital, pero para ver al traumatólogo por un problema en la rodilla derecha. Algunas fuentes extraoficiales indicaron que Bergoglio tiene un problema en los meniscos por el avance de un cuadro de artritis, aunque el diario Il Corriere de la Sera contó el año pasado que fue operado de la cadera derecha en 1994 y los problemas en la rodilla serían una secuela de esa intervención realizada en Buenos Aires. El jesuita siempre disfrutó caminar y, al parecer, durante estos 29 años ha enfrentado un progresivo deterioro de su rodilla que, desde que fue ungido papa, se aceleró por su sobrepeso. Para evitar otra intervención quirúrgica prefirió usar una silla de ruedas en lugar de caminar. Cuando recorre trayectos cortos lo hace de a pie, pero con bastón.

Los problemas respiratorios de Bergoglio han sido materia de especulaciones sobre su salud desde hace años. En 1957 fue operado por una infección pulmonar y le extirparon una parte del pulmón derecho. Esa operación que tuvo a los 21 años fue poco conocida y la versión que circuló fue que le habían sacado todo ese pulmón, aunque sólo se trató del «lóbulo superior».

De ese antecedente surgen las incógnitas sobre la salud de Francisco. Hace dos semanas, en la serie de entrevistas que concedió a medios argentinos por los 10 años de su papado, el papa contó que el tema llegó hasta el cónclave que lo eligió pontífice el 13 de marzo de 2013. Poco antes de esa jornada uno de los cardenales que iba a votar le preguntó si le faltaba un pulmón, porque era una de las dudas que impulsaban sus detractores respecto a su salud para poner en duda su capacidad para conducir el Vaticano.

La nueva internación de Bergoglio sucede en la vísperas de Semana Santa y quizás por eso Bruni fue muy cuidadoso para anunciar que la suspensión de la agenda por ahora será hasta el viernes pero no hay una precisión concreta sobre la fecha de alta médica. Este miércoles el vocero papal contó que Francisco «está conmovido por los numerosos mensajes recibidos y expresa su gratitud por la cercanía y las oraciones».

La visita hospitalaria que más conmovió a Francisco fue la de 2021. Tras los 10 días de internación le escribió una carta al director del hospital. Lo hizo luego de protagonizar una multitudinaria despedida del sanatorio. El texto que mandó el 15 de julio de ese año salió desde la residencia de Santa Marta y refleja la intensidad del tratamiento que afrontó.

«Pude comprobar personalmente lo imprescindible que es la sensibilidad humana y la profesionalidad científica en el cuidado de la salud. Ahora llevo en mi corazón muchos rostros, historias y situaciones de sufrimiento. Gemelli es realmente una pequeña ciudad de Roma, donde miles de personas llegan todos los días, depositando sus expectativas e inquietudes», escribió Bergoglio.

En ese hospital «además del cuidado del cuerpo, tiene lugar también el cuidado del corazón, y oro para que así sea siempre, a través de un cuidado integral y atento de la persona, capaz de infundir consuelo y esperanza en los momentos de prueba. Lo que cada uno de ustedes realiza no es sólo un trabajo delicado y exigente. Es una obra de misericordia que, a través de los enfermos, entra en contacto con la carne herida de Jesús», expresó el pontífice argentino antes de agradecerle a todo el personal médico del Agostino Gemelli que este miércoles volvió a recibirlo para construir una nueva recuperación.