Juan Martín Del Potro ganó más que la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río: también pudo disfrutar del calor del público argentino, que valoró su esfuerzo para enfrentar a los mejores del momento. Después de la serie de lesiones y las intervenciones en las muñecas, el tenista argentinos recuperó su mejor nivel. Y las ovaciones.

La primera del día fue al subirse al avión. La presencia de Del Potro en un vuelo de Aerolíneas fue anunciada por el capitán por los altoparlantes y lo que siguió fue una ovación tanto de los pasajeros como de los tripulantes.


Ya en Buenos Aires, el argentino también fue ovacionado por la gente que lo esperaba en el aeropuerto internacional de Ezeiza. Delpo, feliz, mostró orgulloso su medalla, que colgaba de su cuello, y se subió a un auto para ir rumbo a su descanso. En las próximas horas lo espera una conferencia de prensa, a las 18 en el hotel Intercontinental, y mañana partirá rumbo a su refugio, Tandil, para descansar unos días.