La imagen de Ernesto «Che» Guevara es una de las más icónicas de la cultura popular del siglo pasado, carácter que con el tiempo devino paradoja. Su rostro no sólo sirvió para ilustrar panfletos, afiches y literatura revolucionaria, sino que se convirtió en póster, remera, tapa de disco de rock, película o estrella de comedia musical, extendiendo su popularidad dentro del territorio del siglo XXI. Un fenómeno que en los últimos años produjo una serie de libros ilustrados que abordan su figura desde variados puntos de vista. Historietas y mangas (el cómic japonés), relatos de ficción y biografías ilustradas, algunos de ellos para adultos pero otros dedicados a lectores infantiles, forman parte de esta tendencia.

Publicado hace algunos años por el sello La Marca Editora, Che, la estrella de un revolucionario propone un acercamiento a la figura del argentino que se hizo famoso como uno de los principales nombres de la gesta revolucionaria cubana, pero pensado para niños. Trabajado a partir de textos breves a cargo de los argentinos Constanza Brunet y Guido Indij, y de las coloridas ilustraciones del coreano Ju Yun-Lee, este libro de tapas duras consigue eludir la rigidez propia del relato histórico para concentrarse en el desarrollo de breves párrafos que destacan sobre todo los fines altruistas del pensamiento guevarista. Relato ante todo humanista, Che, la estrella de un revolucionario se concentra sobre todo en la forma en la que el joven Che descubre las inequidades de una realidad injusta y decide poner su vida al servicio de intentar construir un mundo mejor. 

Dirigido a lectores adolescentes, la novela gráfica Che, del coreano Kim Yong-Hwe, aborda el relato biográfico pero entrelazándolo con personajes de ficción pertenecientes al imaginario más pop del cine moderno, como Darth Vader de La Guerra de las Galaxias o el señor Smith de la saga Mátrix. A partir de este recurso Kim crea un universo metafórico para contar de forma entretenida y actual la vida del Che, consiguiendo mayor empatía entre los lectores jóvenes. En las antípodas de esta forma original de abordar el relato biográfico se encuentra Una biografía gráfica del Che. Vida y leyenda de Ernesto Guevara, publicada por Ediciones B. De perfil clásico tanto en lo histórico/biográfico como en su forma de entender el lenguaje de la historieta, este trabajo del guionista estadounidense Sid Jacobson y su compatriota, el ilustrador Ernie Colón, recorre la vida del Che sin apartarse de la versión más conocida de su vida y sin profundizar demasiado.

Pero hay otras dos obras pensadas para el público adulto que compiten entre sí tanto como se complementan, no sólo por su calidad narrativa, sino por el prestigio de sus autores. Se trata en primer lugar de Vida de Ernesto Che Guevara, un clásico publicado originalmente en enero de 1968, pocos meses después del asesinato del Che en Bolivia. La misma fue escrita por Héctor Germán Oesterheld, autor de El Eternauta, obra fundacional de la historieta argentina, e ilustrada por Alberto y Enrique Breccia, padre e hijo, figuras insoslayables del arte de las viñetas. Trabajada con maestría en blanco y negro, se trata de la versión más comprometida políticamente con los acontecimientos que componen el relato de vida del Che y a la vez la más poética, tanto en lo textual como en lo gráfico. Reeditada recientemente por el sello Doedytores, Vida de Ernesto Che Guevara es sin dudas una pieza de colección.

Si de grandes nombres se trata, el de Julio Cortázar destaca de inmediato. En su cuento «Reunión», incluido en el libro Todos los fuegos el fuego (1966), el escritor comienza con una frase de Guevara como epígrafe, para luego imaginar una versión del desembarco en Cuba con el que da comienzo la etapa final de la Revolución. Cortázar tomó como referencia algunos de los escritos del Che y el cuento marca uno de los primeros indicios del giro político que el escritor terminaría dando. La versión publicada por Libros del Zorro Rojo incluye el texto completo del cuento y los dibujos de, una vez más, Enrique Breccia, quien vuelve a aprovechar la potencia de los claroscuros, una técnica realmente oportuna para dibujar a Cortázar. Por su belleza y calidad, esta versión de Reunión diseñada por Libros del Zorro Rojo resulta ideal para terminar el recorrido por esta galería de Che Guevaras dibujados para grandes y chicos. «