En este escenario el movimiento sindical y el cooperativismo precisan derrotar el fetichismo de la idea de la superación y el éxito del emprendedorismo. Tenemos que terminar con la falacia de vender que las personas pueden por sí solas obtener éxito. Eso afecta objetivamente a la conciencia social de la clase trabajadora, desarma la capacidad de la organización colectiva, alcanza al movimiento sindical, baja las afiliaciones con el descrédito de la organización colectiva, y disminuye la potencialidad de la organización de las cooperativas y de las empresas autogestionadas.

Necesitamos volver a afirmar la idea de que existe una porción de la sociedad que vive exclusivamente de su trabajo, independientemente de si el trabajador es un gerente o un trabajador de una fábrica. Y el que vive del trabajo precisa, para avanzar en esa sociedad, a la organización colectiva de la clase. Ante el avance de la economía informal y el desempleo, este cooperativismo clasista puede ser una opción de organización colectiva de la clase. Y para eso no podemos darnos el lujo, en un escenario de resistencia, de tener divisiones con el movimiento sindical combativo.

Los cooperativistas y el movimiento sindical precisamos disputar la política. No debemos creer que, porque gestionamos nuestras cooperativas o los sindicatos de base, no tenemos nada que ver con lo que está sucediendo en la política nacional. Eso es lo que los sectores empresariales y trasnacionales quieren de nosotros, que nos quedemos en la micropolítica. No estoy diciendo que no es importante estar desarrollando nuevas culturas políticas a nivel micro, a nivel local. Digo que no podemos quedarnos solo con eso. Y ante esto, dos principios cooperativos deben y pueden ser instrumentos eficaces de la disputa política:

La gestión democrática

Los partidos políticos precisan reinventarse para volver a dialogar con las juventudes. Y en esto, el cooperativismo, tiene mucho para contribuir.

La noción de intercooperación

No podemos más creer que existe un sector que es la vanguardia consciente. Hoy, es la capacidad de la intercooperación entre movimientos sociales, sindicatos, movimientos cooperativos, movimientos de juventudes, universidades, estudiantes, la que hará posible forjar una unidad de la clase trabajadora”.

*Presidente de la Central Cooperativa Unisol Brasil, movimiento de gran influencia en su país que surgió de fábricas recuperadas y después se fue extendiendo al área rural y otros sectores.