El joven tunecino sospechoso de haber embestido con un camión una concurrida feria de Navidad en Berlín fue muerto este viernes durante un tiroteo con la policía cerca de la ciudad italiana de Milán, poniendo fin a una cacería humana por toda Europa, anunció el ministro del Interior de Italia.

Registros realizados luego del tiroteo demostraron «que la persona muerta, sin sombra de duda, es Anis Amri, el sospechoso del ataque terrorista» del lunes pasado en Berlín, dijo el ministro Marco Minniti en conferencia de prensa.

El grupo islamista radical Estado Islámico (EI) reivindicó el atentado en Berlín, que dejó 12 muertos y 56 heridos, un día después del ataque.

Amri, quien había estado preso en Italia durante cuatro años, fue parado por dos policías durante un control de rutina en el suburbio milanés de Sesto San Giovanni en horas de la madrugada.

El joven, de 25 años, extrajo una pistola de una mochila cuando se le pidieron los documentos y murió en el tiroteo subsecuente.

El policía que mató a Amri estaba en período de prueba, mientras que su compañero recibió un disparo en el hombro, fue llevado al hospital y, aunque su estado no reviste peligro, debía ser sometido a una operación, dijo Minniti.

No quedó claro cómo se las arregló Amri para llegar a Milán dado que Alemania había emitido una orden de captura europea en su contra el miércoles, dos días después del atentado.

El ministro italiano no quiso dar más detalles debido a que estaba en marcha una investigación, y lo único que se reveló es que el tunecino había llegado a Milán esa misma noche procedente de la ciudad italiana de Turín, adonde había arribado desde Chambery, en Francia, informó la agencia de noticias EFE.

Amri, que el jueves cumplió años, llegó con el tren de la 1 a la estación Central de Milán y después tomó el metro hasta la parada de Sesto San Giovanni.

Medios italianos afirmaron que el sospechoso del atentado en Berlín viajaba sin documentos, pero se desconoce si llevaba un teléfono móvil o qué contenía la mochila.

Amri desembarcó en 2011 en Italia como inmigrante y fue encarcelado durante cuatro años por delitos como amenazas, robo y agresión y a su salida de la prisión se le comunicó la expulsión del país, pero se le perdió de vista.

Autoridades alemanas dijeron que Amri usaba al menos seis nombres y tres nacionalidades distintos en sus viajes por Europa.

El joven abandonó Túnez luego de la revuelta de la «Primavera Árabe» de 2011 y de allí se fue a Italia.

Fue transferido varias veces de una prisión de Sicilia a otra por mala conducta. Registros penitenciarios muestran que molestaba a otros internos y que trataba de instigar motines.

Cumplió tres años y medio de los cuatro de pena que le dieron por haber prendido fuego un centro de acogida de refugiados y lanzar amenazas, pero al parecer no se detectó de que estaba empezando a radicalizarse.

Autoridades alemanas habían puesto a Amri en el radar porque lo consideraban una amenaza potencial desde mucho tiempo antes del atentado, e incluso se lo vigiló de manera secreta durante seis meses este año.

El gobierno alemán estuvo intentando deportarlo luego de que se rechazara su solicitud de asilo en julio pasado, pero no pudo hacerlo porque no tenía documentación de identidad válida y porque Túnez negó inicialmente que fuera tunecino.

Desde Berlín, el gobierno alemán mostró su alivio por la muerte Amri, así como su agradecimiento a las fuerzas de seguridad italianas por su actuación. «Todavía no ha habido una confirmación a escala de los dos gobiernos sobre lo ocurrido», indicó un portavoz del Ministerio del Interior, quien añadió que todas las informaciones apuntan a que se trata del sospechoso y que, por tanto, la primera reacción es de «alivio» por que tal persona no representa ya un peligro.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, por su parte, expresó el agradecimiento de su gobierno a las autoridades italianas. Desde el gobierno de la ciudad-estado de Berlín, su titular de Interior, Andreas Geisel, advirtió hoy de que, pese al alivio general, se mantenía la búsqueda de posibles cómplices.

Que el principal sospechoso haya caído en Milán «no significa que se suspenda la búsqueda de posibles cómplices» y que «se dé el caso por completamente aclarado», indicó el responsable de Interior.

El ministro del Interior italiano dijo que el policía que mató al sospechoso se llama Luca Scata, de 29 años y que se encontraba en período de prueba.

Scata patrullaba las calles de Milán con su compañero Cristian Movio, de 36 años, cuando este resultó herido en un hombro por un disparo del tunecino y tuvo que ser ingresado en un hospital de Monza donde será operado, aunque su vida no corre peligro.

«Hablamos de estos dos chicos como personas extraordinarias, muy jóvenes y que estaban simplemente realizando su servicio a la comunidad. Puedo interpretar el sentimiento de todo el país y decirles que Italia les agradece su trabajo», dijo Minniti.

La policía de Berlín expresó en su cuenta en Twitter, en italiano, su agradecimiento a los agentes de Milán que participaron en la operación.

Gracias y una pronta recuperación «ai colleghi feriti» (a los colegas heridos), apuntó el tuit, refiriéndose al agente en plural, aunque luego en la traducción al alemán se escribe correctamente en singular.