De entre los grupos empresarios que mantenían una relación distante con el presidente Alberto Fernández, esta semana se desmarcó la influyente Asociación Empresaria Argentina (AEA), integrada por los dueños de las empresas más grandes del país.

En el almuerzo de fin de año de la entidad, el miércoles pasado, el mandatario reconoció la gravedad de la situación fiscal y pidió el acompañamiento de los presentes con gestos concretos para poner a funcionar la economía y serenar las antinomias sociales.

La asociación respondió a través del supermercadista Alfredo Coto, que saludó públicamente la sanción del proyecto de Ley de Solidaridad. El mismo día por la tarde Fernández visitó también la Cámara de Comercio (CAC), otra de las entidades tradicionales a la que no vio durante la campaña electoral.

La semana, que había empezado tensa por la férrea oposición de las patronales ruralistas a la actualización de las retenciones, se equilibró. Un día antes la banca extranjera reunida en la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA) había dado señales de un optimismo (moderado pero optimismo al fin) sobre el futuro de la tasa de interés y su posible impacto en la recuperación económica.

En todos esos casos los empresarios remarcaron como asignatura fundamental el pago de la deuda externa. El jueves, el titular del Banco Central, Miguel Pesce, se encargó de confirmar en una visita al Club Americano, que el gobierno tiene voluntad de pagar y renegociar en forma simultánea.

La tregua

Después de la visita de Fernández a AEA, uno de los principales dirigentes de esa entidad, Alfredo Coto, le dijo a Radio La Red que las medidas «no hacen gracia pero hay que ayudar», por lo que aseguró «un aporte de nuestra parte» en el marco de una situación «compleja».

Fue la primera respuesta de un integrante de la mesa chica de AEA al pedido presidencial de acompañamiento. En su caso concreto, Fernández pidió un freno de los aumentos de precios por seis meses «para que esto se estabilice de una vez».

Pero más allá de un gesto, Coto hizo una aprobación pública de las razones del Ejecutivo: «Tenemos una necesidad de dólares urgente y son impuestos que hay que poner para salir de esta coyuntura», expresó.

En contacto con Tiempo, otro dirigente de la misma entidad se reconoció como «muy consustanciado y esperanzado con la propuesta» de la administración nacional.

Este ida y vuelta va a continuar mañana con una visita del presidente a la consultora Accenture, que lidera Sergio Kaufman, miembro de AEA pero también dirigente del Instituto para el Desarrollo Empresario de la Argentina (IDEA), otro importante foro del sector privado al que Fernández todavía no atendió.

Incompleta

El Foro de Convergencia Empresarial (FCE) quedó para el final y el coordinador de ese espacio, Miguel Blanco (Swiss Medical Group), descargó una batería de críticas al paquete de medidas del oficialismo. En diálogo con este medio repudió que «el ajuste recae exclusivamente sobre el sector privado» y acusó al Ejecutivo de promover «una solidaridad incompleta».

Además, la ley que discutió el Congreso sobre el cierre de la semana «no crea las condiciones para recuperar la actividad y el empleo y creemos que no va a dar resultado». La reactivación, sumó, «no va a llegar por la vía del consumo sino por medio de la inversión privada».

Los asesores del empresariado acompañaron el desarrollo del debate. Economistas como Salvador Di Stefano, muy escuchado en el agro, definió al gobierno como una «coalición pro gasto» que «se propone saquear al sector privado en su conjunto».

Otro analista muy tenido en cuenta por las corporaciones, Orlando Ferreres, sorprendió este viernes cuando consideró que la emergencia económica «es un paquete fuerte que va a andar muy bien. Todo indicaría que con estas medidas no vamos a tener déficit fiscal». En una entrevista difundida por Radio Led, proyectó que «entre diciembre de 2019 y diciembre 2020 puede haber un crecimiento, chico pero crecimiento al fin», y habló también de «bastantes expectativas de que la demanda se recupere y empiece a mover la ocupación y baje la pobreza» en el corto plazo, en un contexto de inflación que no bajaría mucho.  «

AGRO

La Mesa de Enlace bajó la protesta comercial que tenía preparada a cambio de la segmentación de las retenciones. Espera la letra chica.