En menos de un minuto, la Argentina ya pisó el área de Brasil y Firmino metió un caño en mitad de cancha. En menos de 15 minutos, erraron un penal por cada lado. Gabriel Jesús le erró al arco y se quedó con el grito atragantado cuando ya había desorientado a Esteban Andrada. Lionel Messi también falló, pero el rebote de Allison le quedó servido para volver con gol a la selección después de una ausencia de 132 días desde la roja y la guerra verbal contra la Conmebol en la Copa América ante Chile. En Riyad, Arabia Saudita, había amague de partidazo. 

Pero ese cuarto de hora fue lo mejor del juego en la penúltima presentación de 2019 del equipo administrado por Lionel Scaloni. Quedan noventa y pico de minutos frente a Uruguay, en Israel, como última prueba de cara a un 2020 con el calendario marcado por el comienzo de las Eliminatorias y la Copa América organizada por Argentina y Colombia. Quedan, también, algunas confirmaciones. La primera es el propio entrenador que se ganó el lugar entre la falta de candidatos, la buena relación con el plantel y el incipiente armado de un equipo. 

La victoria ante Brasil también ratificó a Leandro Paredes como el eje y motor del mediocampo. Eso sí, precisa estar rodeado de ayudantes -hoy Rodrigo De Paul, otras veces Marcos Acuña- para dominar su sector. Todo indica que ocupará ese lugar por un tiempo. Lo mismo ocurre con Lautaro Martínez a fuerza de goles y de convertirse en la primera barrera defensiva para cada rival. En Arabia Saudita, pudo anotar, falló en la definición y peleó cuanto pelota pasó por su radar.

Más allá de los nombres, Scaloni también parece haber encontrado el funcionamiento defensivo desde la conducción de Nicolás Otamendi y el comedido Nicolás Tagliafico. Hay también otros nombres que aparecen a medida que el equipo carretea para terminar de construirse: Lucas Ocampo o Nicolás Domínguez, por caso. 

La confianza colectiva fue acaso lo que le permitió dominar a Brasil en el segundo tiempo sin que el triunfo se pusiera en riesgo. La Argentina le sacó la pelota al equipo de Tite y pudo aumentar la diferencia en los pies de Ocampo, Messi y Martínez. Les faltó tiza. Lo que viene es Uruguay, el último rival de un año que empezó con una caída 3 a 1 ante Venezuela. Todo indica que esa imagen es solo parte del pasado.