Mientras la AFA-Reglamentos anunciaba un nuevo cambio de reglamento a la finalización de un torneo, por segunda semana consecutiva -hoy lunes se anularon dos de los cuatro descensos del Federal A de la temporada 2023, ya terminada-, la AFA-Selección vivía en París uno de esos días que confirman a la Argentina como la mayor potencia mundial del fútbol de las últimas décadas.

Es cierto, Brasil ganó cinco Mundiales en total y semejante colección de títulos la coloca en un escalón aún superior, inalcanzado. Pero si se cuenta desde 1978 hasta aquí, o sea los últimos 45 años, Argentina tiene derecho a reclamar el primer puesto de un eventual ranking del úlltimo medio siglo.

En ese lapso, claro, la selección ganó tres Mundiales, los de Argentina 1978, México 1986 y Qatar 2022. Pero no solo eso: de un total de 12 Copas del Mundo, llegó a cinco finales: perdió las de Italia 1990 y Brasil 2014. Por ahí también están Alemania (desde 1974, 3 títulos y 3 subcampeonatos) y Francia (dos títulos y dos subcampeonatos), pero los logros de Argentina no se limitan colectivamente a los Mundiales, y no porque además haya ganado dos oros en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y Pekín 2008.

En este tiempo, además -o sobre todo-, Argentina le aportó al mundo a Diego Maradona y Lionel Messi, los dos mejores jugadores de estos últimos 50 años. En verdad, aunque se trate de una polémica imposible, sólo Pelé les discutiría a ambos el eventual trono individual de todos los tiempos.

La presencia de tantos entrenadores argentinos en todo el mundo -siete de los 10 técnicos que dirigen en las Eliminatorias sudamericanas son compatriotas- le agregan a nuestro país otro punto a favor difícil de comparar.

La fiesta de este lunes en París, con Lionel Messi como mejor futbolista del año por octava vez –pero por primera vez como campeón del mundo-, el Dibu Martínez como mejor arquero de 2022 y hasta Julián Álvarez entre los siete mejores del año -un chico que jugó en River los primeros seis meses de la temporada pasada- confirma además que los Balón de Oro suelen pintarse de celeste y blanco: ningún país ganó tantas ediciones. También por ahí andaba Lautaro Martínez, que quedó entre los 20 mejores del año.

A las 8 títulos de Messi, yendo hacia atrás en la historia hasta las décadas del 50 y 60, se les suman los dos de Alfredo Di Stéfano (nacionalizado español) y Enrique Omar Sívori (nacionalizado italiano), ambos jugadores surgidos en nuestras canchas. Maradona, claro, habría ganado varios si el título no hubiera estado reservado solo a europeos hasta la década del 90.

En el día en que Maradona habría cumplido 63 años, no tiene sentido preguntarse cuál fue la mejor selección argentina de la historia. Al menos en la era del fútbol televisado, y a colores, el fútbol argentino tiene derecho a sentirse el mejor.