La camiseta, los jugadores, la historia. El orgullo de los hinchas también se zambulle en la cancha. La casa del club, el hogar de la pelota. El rincón de esa tribuna donde se cumplen los mejores festejos, se celebran las más sentidas alegrías o, por el contrario, las lágrimas denotan los fracasos deportivos de todo tipo. Los estadios tienen su historia. Muchas veces, los nombres hablan de ello.

Imposible reunir en una nota a todos los estadios, los amores, los rincones… Sólo proponemos una acotada recorrida por algunos de ellos.

Desde los nuevos nombres que se dan por las tendencias de apelar al naming, utilizado por los clubes que, bajo la premura de dinero, eligen acaudalados contratos, aún a cambio de ir en contra de la opinión popular, cambiando el nombre de sus reductos. Un accionar, cuánto menos, polémico. Que el nombre de nuestra casa (nuestra cancha) pase a ser el de una compañía de seguros o un hipermercado no siempre produce orgullo partidario… Pero, la mayoría de las veces, permite edificar estadios y modernísimos o, al menos, reformarlos.

Por otro lado, proponemos un fugaz juego con las aproximaciones políticas de sus nombres, los que responden a historias de ídolos, presidentes, u otras curiosidades.

Para qué más palabras. Que ruede la pelota…

Ellos dos

Boca. Imposible no comenzar con La Bombonera, que se llamó oficialmente Camilo Cichero hasta los 2000, con el propósito de homenajear a quien fue el encargado de poner la piedra fundacional. El cambio posterior fue adoptado por el presidente de entonces, Mauricio Macri: decidió renombrarlo como Alberto J. Armando, otro emblemático titular de la entidad en los ‘60/’70, que intentó revolucionar el negocio del fútbol. En ese sentido lanzó un proyecto para elevar un estadio fabuloso en la Ciudad Deportiva que Boca controlaba en la Costanera Sur porteña. Prometió inaugurarlo el 25/5/1975; las crisis económicas truncaron la idea. Se mantuvo la actual cancha pese a las alocadas ideas macristas. La Bombonera que Román Riquelme promete ampliar.

River. Más cercano al apartado del patrocinio económico, el 5/4/2022, el presidente del club, Jorge Brito anunció un convenio de más de u$s 20 millones por 7 años, la cadena de hípermermercados Chango Más. Así, el estadio pasó a llamarse Mâs Monumental haciendo alusión a su naming partner. Gran entrada de dinero: el club justificó el acuerdo comunicando que “los ingresos servirán para financiar parte de la remodelación del Monumental”. Sí, la cancha se convirtió en la más moderna e imponente de Argentina, comparable con las mejores del mundo. Aunque la renovación le quitó los colores del club de las butacas. Hoy es una megacancha en blanco y negro. Fútbol moderno…

Mi presidente

San Lorenzo. Al icónico Gasómetro de Avenida La Plata se lo llevó la dictadura. Había sido inaugurado en 1916, fue testigo de choques memorables, Selección incluida. El ex presidente de la institución en la década del ‘30, Pedro Bidegain, fue trascendente en el desarrollo del memorable estadio. La tragedia de la demolición fue en 1981. Pero 12 años después, el club edificó la actual cancha en Soldati. El Nuevo Gasómetro para los hinchas, El Cenicero para sus detractores por sus rincones. El real nombre es Estadio Pedro Bidegain.

GELP. El Estadio Juan Carmelo Zerillo, mejor conocido como El Bosque, la casa del Gimnasia y Esgrima, lleva el nombre de quién fue su presidente entre 1929/31, con el título amateur de Primera División ’29 como mayor logro.

Lanús. La Fortaleza no tuvo nombre oficial hasta el 2004, cuando se determinó que se llamaría Ciudad de Lanús-Néstor Díaz Pérez, dirigente encargado de enderezar la historia del Grana, que venía de épocas complicadas.

Vélez. Lo mismo ocurrió con el dirigente que la modeló con una de las instituciones más importantes de la Argentina e impulsó la construcción de la actual cancha (luego remodelada para el Mundial 78): así El Fortín pasó a llamarse José Amalfitani.

Arsenal. Una historia con parecidos ribetes podría decirse del Estadio Julio Humberto Grondona, quien no sólo fundó a Arsenal sino que fue clave en la construcción del llamado Viaducto de Sarandí.

Por las provincias

Santiago del Estero. El Único Madre de Ciudades fue erigido en 2020 para ser presentado en 2021, con vistas a la Copa América que iba a jugarse ese año, truncada por la pandemia. Tampoco será sede del Mundial 2030, otro objetivo de su construcción. Se eligió su nombre en homenaje a la ciudad de Santiago del Estero.

San Luis. Su homónimo puntano, el Único de Villa Mercedes, conocido como Único de La Pedrera, fue inaugurado en 2017 con un partido amistoso entre amigos de Martín Palermo y Fernando Cavenaghi aunque su utilización más notoria luego sería la de los espectáculos musicales (acogiendo a Maluma, La Renga, La Bersuit, Tini Stoessel), además de los fútbol de torneos federales.

Ídolos por siempre

Independiente. Tras la remodelación del famoso Doble Visera y luego de una encuesta virtual, la propia gente del Rojo eligió el nombre Libertadores de América, incluso por sobre el de Bochini por un margen de tan solo el 2%. Pero llegado el 2021 y en un acto memorable y extraño para el fútbol actual, el Rey de Copas decidió homenajear al máximo ídolo rebautizando al recinto como Estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini. Un acto de justicia.

Newell’s. Definitivamente, otro caso curioso. Tal vez por la historia de amor que representa, comparable con el del Rojo. Se lo conocía como El Coloso del Parque Independencia. Hasta 2009 careció de denominación. Luego se llevó a cabo una encuesta en la que se impuso el nombre de uno de los mayores ídolos del club, y de buena parte de los hinchas argentinos. Por el 90% de los votos la cancha se llama Estadio Marcelo Bielsa, homenaje en vida al actual técnico de la Selección uruguaya.

Córdoba. Es utilizado por equipos cordobeses y ocasionalmente por la Selección. Construido para el Mundial 78. Un año después de lo sucedido en Newell’s, Juan Schiaretti, quien gobernaba la provincia en aquel entonces, renombraró al Chateau Carreras (la zona donde fue erigida la cancha) como Estadio Mario Alberto Kempes, emblemática figura del deporte nacional y cordobés.

Mendoza. El Estadio Víctor Antonio Legrotaglie, escenario de un asesinato de un hincha de Godoy Cruz, hace pocos días. Inaugurado el 25/3/1934, El Templo lleva el nombre del jugador más emblemático en la historia de Gimnasia y Esgrima de Mendoza. Un verdadero crack que hoy va por los 86 años. Su hermana es vicepresidenta del club.

El Estadio

Tiene la historia grabada en cada milímetro de su cemento. Inserto en el Parque Battle y Ordoñez, a metros de la mítica 18 de Julio, a pocas cuadras de la Plaza de la Independencia. En pleno Montevideo. El icónico Centenario fue construido para el Mundial del ’30, fue consagrado Monumento Histórico del Fútbol Mundial: sede de mundiales, de sudamericanos, de cientos de partidos emblemáticos. Para los uruguayos, puro orgullo, simplemente se lo denomina como El Estadio. No hay otro igual.

Con el bombo y la marchita

El legado peronista, por fuera de las polémicas, patrocinios y refundaciones. Son varias las instituciones que, para homenajearlos, decidieron bautizar a sus estadios bajo el nombre de algún referente peronista. El Cilindro de Avellaneda, un caso icónico: Racing encaró la construcción del estadio pero, con dificultades para finalizar la obra, en agosto de 1946 gestionó ante el gobierno nacional, un préstamo de 3 millones de pesos. Luego se decidió nombrar al estadio como Presidente Perón y nombrar socio honorario al mandatario y otros distintos funcionarios. La Academia mantiene aún hoy con orgullo esa denominación.
Otro ejemplo, el de Instituto de Córdoba. Su cancha se llamaba Monumental. Para remodelarlo solicitaron una serie de subsidios así como por la concesión de un préstamo de $ 1.500.000 para la finalizar la construcción: a partir del 15/8/1951 se llama Juan Domingo Perón.
Al de Sarmiento de Junín se lo conoce como El Cemento. También por su nombre verdadero: Estadio Eva Perón. Un caso similar. El Verde recibió dos préstamos por parte del gobierno: uno por $ 250.000 y otro por 650.000 que luego fue ampliado a $ 1.250.000), que facilitaron la realización. Se inauguró en junio de 1952: Eva, gravemente enferma, no puedo conocerlo.
La contracara. Si bien el reducto sabalero es conocido como El Cementerio de los Elefantes, se denomina Brigadier General Estanislao López. No siempre fue así. En 1952, posterior a la afiliación a la AFA y debido al incesante apoyo del gobierno peronista en la construcción de las primeras tribunas, el estadio adoptó el nombre de la primera dama de aquel entonces, Eva Perón. De todas formas, tras el golpe de estado de 1955 se renombró la cancha bajo el nombre del caudillo santafesino. Se mantiene esa denominación.

En Europa sí se consigue

El estadio de Bayern Münich lleva el nombre Allianz Arena: los bávaros aceptaron llevar el hombre de la empresa constructora en su estadio tras al acuerdo para la construcción. Lo llevarán al menos por 12 años más. El del Borussia Dortmund, construido para el Mundial ’74, en cambio, a pesar de haber sido conocido como Westfalenstadion, hoy es oficialmente el Signal Iduna Park, luego de que la aseguradora pagase varios millones de euros para actualizarlo.
El Manchester City, por su parte, es una sociedad anónima como la gran mayoría de los principales clubes europeas. De ese modo, en 2011 fue de los primeros en llegar a este tipo a acuerdos comerciales: 12 millones de libras anuales con Etihad, empresa aeronáutica, para que su estadio lleve ese nombre hasta el 2031.
Otro caso emblemático es el del Atlético Madrid, de los pocos que han llevado más de un nombre patrocinado. Construido en 1994, ubicado en el barrio madrileño de Las Rosas, perteneció a la comuna y se lo conocía como La Peineta, mientras el club mantenía su estadio, el Vicente Calderón. En diciembre de 2016, pasó a denominarse Wanda Metropolitano, tras un acuerdo con la empresa china. En 2017 fue transferido por la comuna al Aletic, que en 2022 firmó un acuerdo de patrocinio por 50 millones de euros con la promotora inmobiliaria y la cancha pasó a llamarse Civitas Metropolitano.

¡Diegoooo… Diegoooo…!

A pesar de no haber generado mucho ruido, Argentinos Juniors es el pionero del naming en el fútbol nacional. Con un cambio de nombre en 2018 (Estadio Autocrédito Diego Maradona) y otro en 2022 (Estadio Bumeran Diego…), los de La Paternal fueron los primeros en patrocinar el nombre de su hogar. Al igual que su colega riverplatense, Cristian Malaspina, el presidente del Bicho, defendió el negocio. Y lo definió como “una oportunidad única”.
Por supuesto no es el único que lleva el nombre del más grande de todos los tiempos. El Estadio Único de La Plata pasó a sumar el nombre por decisión del gobernador de la provincia, Axel Kicillof, a escasas semanas del fallecimiento de Diego. Al mismo tiempo, los napolitanos, tan fanáticos del Diez como los argentinos, le cambiaron el nombre al emblemático Estadio San Paolo. Desde entonces la cancha del Napoli también se llama Diego Armando Maradona.

O mais grande

Brasil tiene varios estadios icónicos. Ninguno como El Maracaná, sede de dos finales de Copas del Mundo, entre miles de batallas épicas. Formalmente se llama Jornalista Mário Filho, en honor al fundador del Jornal dos Sports. Llegó a albergar a 140 mil personas, pero las sucesivas reformas lo dejaron en 88 mil. Mantiene su nombre a pesar de mil intentos. No como el Morumbí de San Pablo que es uno de los estadios más importantes del continente: a pesar de su rica historia y del repudio popular, pesó más el dinero y, desde principios de este 2024, pasó a denominarse MorumBis, tras un acuerdo con la multinacional Mondelez, por una suma cercana a los 15 millones de dólares por los próximos tres años. También en San Pablo, el Sociedade Esportiva Palmeiras tuvo su estadio Palestra Italia hasta 2010: le demolieron y construyeron un modernísimo Estadio Allianz Parque, patrocinado por la poderosa aseguradora internacional.