Así como en la economía nacional hay distintos tipos de cambio, en la casa madre de nuestro fútbol también podrían convivir diferentes denominaciones. Por ejemplo, la AFA Selección, para todo lo concerniente al equipo de Lionel Messi y el resto de los campeones del mundo, y la AFA Reglamentos, para la organización de los campeonatos locales.

Al final de un lunes de alivio por las elecciones que frenaron, al menos hasta el balotage del 19 de noviembre, el avance de la ultraderecha, la AFA comunicó la eliminación del tercer descenso de la actual temporada de la Primera Nacional, la segunda categoría. Hasta hace un tiempo, las reglas de juego solían escribirse antes de los torneos –un gol valdrá uno, un triunfo dará tres puntos, el primero saldrá campeón, los últimos perderán la categoría-, pero la AFA Reglamentos se especializó en cambiar esos acuerdos ya firmados.

A veces las modificaciones ocurren durante el torneo –en junio, cuando ya se habían jugado 21 fechas de la Liga Profesional, la AFA redujo de tres a dos los descensos– y a veces, como ahora, a su finalización. Tras más de 30 fechas de la Primera Nacional, y con Villa Dálmine y Flandria ya “definitivamente” descendidos, faltaba definir el tercer equipo que perdería la categoría.

De tres equipos –Almagro, San Telmo y Tristán Suárez-, uno más debía bajar a la segunda división. Los tres se salvaron “en el escritorio”, no en el campo de juego, y publicaron su alegría en redes sociales. El caso de Tristán fue más colorido porque recordó, con orgullo, que nunca perdió la categoría: «La historia sigue, 0 descensos».

Según la casa presidida por Claudio Chiqui Tapia, el motivo de este cambio sobre la marcha tiene que ver con la necesidad de readecuar la competencia para 2024 con la participación de 38 equipos –este año fueron 37-. «A fin de readecuar el formato, se modifica el reglamento con la eliminación del tercer descenso, generando así un equilibrio con número par de equipos participantes», informó la AFA.

Pero más allá de las razones que no pueden decir los comunicados -en este caso favoreció a Tristán Suárez, club apoyado por Gastón Granados, flamante intendente electo de Ezeiza, donde la AFA tiene su magnifíco predio, y a San Telmo, cuya dirigencia mantiene una larga afinidad con Tapia-, en el fondo se trata de otro capítulo de la radiación que desprenden las competencias domésticas, utilizadas por los dirigentes para la construcción de su autoridad.

En esa doble cara de la AFA, la de darle nacimiento y proyección a un seleccionado que tiene fundamentos para ser elegido como el mejor de la historia argentina, pero también la que hace y deshace reglamentos a su antojo, la lista de anomalías es larga: campeonatos de 28 equipos (Primera División) y de 37 (Nacional, desde el año próximo 38), actuaciones arbitrales que soplan en la misma dirección de los intereses superiores y reglamentos que cambian en medio o al final de la temporada -se agregan copas, se anulan descensos, se cambian formatos-, como si los torneos fueran de las autoridades y no del fútbol.

Ocurre desde diciembre de 2018, cuando, ya terminada la primera rueda y en medio del receso de verano, la AFA comunicó que la Primera B Metropolitana -la tercera categoría- pasaría de un ascenso y una plaza para una final contra un equipo del Federal A a cinco ascenso directos. Entre los favorecidos estuvo Barracas Central, el equipo de Tapia. Si entonces se habló de “escándalo” por cambiar el reglamento en medio del torneo, ahora ya no hay capacidad de sorpresa.

Las casas de apuestas, tan presentes en nuestro fútbol, podrían incluirlo en su amplio menú: ¿Cuál será el próximo cambio de reglamento durante o al final de un torneo? ¿En los próximos días se eliminará uno de los dos descensos de Primera División y se agregará un tercer ascenso del Nacional para convertir en una Liga y Copa de la Liga de 30 equipos a partir de 2024?

¿Tiene sentido ver partidos como anoche, Vélez 0-Banfield 1, y del resto de los equipos que pelean el descenso, como Huracán, Colón, Gimnasia, Tigre, Unión y Sarmiento, o volverá a actuar la AFA Reglamentos, esa casa madre del fútbol que descansa en la autoridad plenipotenciaria de la AFA Selección? En el país de los campeones del mundo, el escritorio puede valer tanto tanto como la pelota: los dirigentes juegan a la par de los futbolistas.