El 9 de junio de 2021, en el Museo del Bicentenario, se llevó adelante el Encuentro Empresarial Argentina–España. Alberto Fernández tomó la palabra ante la atenta mirada de su par de la nación española, Pedro Sánchez. Acaso para congraciarse con su invitado, pronunció una cita que le trajo dolores de cabeza: «Los mexicanos salieron de los indios, los brasileros salieron de la selva, pero nosotros los argentinos llegamos de los barcos». La frase original, que se le atribuye al escritor Octavio Paz, es diferente («Los mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos de los barcos»); es posible que Fernández la haya confundido con la letra de «Llegamos de los barcos», canción que su idolatrado Litto Nebbia escribió en 1982.

Además de señalarle lo fallido de la cita, se le marcó al expresidente el ninguneo de los argentinos que se reconocen indígenas o descendientes de pueblos originarios: 1.360.730 según el último censo. El mito de la «nación blanca», que hizo trastabillar a Alberto Fernández, se apoya en las oleadas inmigratorias europeas que recibió el país en la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Sólo desde España, entre 1857 y 1955 llegaron a Argentina más de dos millones de inmigrantes. 

«Argentina es el país extranjero donde reside el mayor número de ciudadanos españoles: 494.766«, precisa Martín Miméndez Casaleiro, secretario del Consejo de Residentes Españoles (CRE) de Buenos Aires. El dato sirve para explicar la cantidad de instituciones de esa colectividad en nuestro país. Actualmente hay 463 en actividad, distribuidas en cinco demarcaciones consulares: Buenos Aires (241), Bahía Blanca (69), Córdoba (39), Mendoza (33) y Rosario (81). «Y estamos trabajando para inscribir a otras 140», se entusiasma Miméndez Casaleiro.

Son varias las colectividades que tienen un club afiliado a la Asociación del Fútbol Argentino: Deportivo Armenio, Sportivo Italiano, Deportivo Paraguayo. Pero la española sobresale por una particularidad: es la única que cuenta con dos equipos.

Un grupo de españoles de la zona oeste del Gran Buenos Aires fundó el 24 de junio de 1934 el Centro Social y Recreativo Español, en Haedo, cuando aquella era todavía una zona de estancias. Surgido durante un periodo de efervescencia política en España, mientras allí se encontraba vigente la Constitución Republicana y en los albores de la Guerra Civil, el club exhibe el color azul en su escudo, lejos del tradicional amarillo y rojo de la bandera española. «Centro», como se le conoce, no se interesó en participar en fútbol profesional durante décadas. Recién en 1959 se afilió a la Asociación del Fútbol Argentino. Desde entonces jugó más de sesenta temporadas en Primera D, categoría que no pudo abandonar, salvo en las cinco ocasiones en que, por quedar último, fue desafiliado por un año. La fusión que la AFA decidió en 2023 entre las dos últimas categorías del Ascenso metropolitano hizo que Centro llegara a la C.

La historia de Deportivo Español es más conocida por haber tenido un período prolongado en la Primera División del fútbol argentino, primero a fines de la década del 60 y luego entre 1984 y 1998, cuando incluso llegó a clasificarse a competencias internacionales. Luego, sin embargo, entró en un tobogán que hoy lo tiene en la última categoría profesional de la AFA.

Deportivo Español y la colectividad

Su fundación se produjo el 12 de octubre de 1956 en el Centro Betanzos de la ciudad de Buenos Aires. A diferencia de otras instituciones de la colectividad, el «Deportivo» buscaba incluir a inmigrantes de todas las regiones de España. En plena dictadura franquista, supo ser plural también en lo político: monárquicos y republicanos firmaron el acta fundacional. Su primer presidente, Luis Soler Camino, era un periodista oriundo de Santander, de marcada tendencia republicana. Sin embargo, en la elección de los colores del escudo no prevaleció el morado (color republicano) ni tampoco el rojo y amarillo (colores asociados a la monarquía española), sino una combinación del rojo característico de la camiseta de la selección española de fútbol, con el celeste y blanco argentino.

«El Deportivo vino a ocupar un lugar que estaba vacante», retoma Miméndez Casaleiro, socio e hincha de la institución del Bajo Flores. «Faltaba un club de la colectividad en la Capital Federal, donde estaba la mayor parte de la inmigración, y que además tuviera una plaza en AFA». En efecto, Deportivo Español, a diferencia de Centro, se afilió inmediatamente y comenzó a jugar en Primera D en 1957. Un año después fue campeón y ascendió a la C. Por ese motivo no se cruzó en la última categoría con Centro Español, que en 1959 hizo su debut en AFA. Y no se cruzaron nunca, hasta este lunes 1 de abril, cuando por la décima fecha del Torneo Apertura de la Primera C inauguren el historial entre ambos.

Los recorridos de los dos clubes tienen otro punto de contacto: la tercerización del fútbol profesional masculino. Matías Lescano nació, al igual que Deportivo Español, un 12 de octubre. Tiene 37 años y es arquero de Berazategui, el actual puntero de la Primera C, que en las nueve fechas iniciales del Apertura ganó todos los partidos que disputó. Lescano jugó en los dos equipos que la colectividad española tiene en AFA. En 2010 llegó a Centro, donde recuerda haber compartido plantel con Jonathan Herrera y Gonzalo Bravo, hoy jugadores de Primera División en Deportivo Riestra. Ese año, Centro había decidido entregarle a Sergio Sack el gerenciamiento del fútbol profesional. «A la sede del club sólo íbamos a comer», recuerda Matías desde la Universidad Nacional de Avellaneda, donde cursa la Licenciatura en Actividad Física y Deporte.

Centro Español tuvo cancha propia hasta 1970, en Perón y Güemes, donde hoy se emplaza un mayorista de alimentos. Al no contar con un estadio que le pertenezca, durante el gerenciamiento los jugadores entrenaban en una quinta de González Catán que era propiedad de Sack. El gerenciador le había prometido al club, por contrato, la construcción de un estadio con tribunas y vestuarios. En 2014, Centro Español seguía en la D y el estadio brillaba por su ausencia. La gerenciadora decidió, además, vender a Herrera y Bravo sin la autorización de la institución. Fue el detonante: el día anterior a cumplir 80 años de vida, Centro Español finalizó el gerenciamiento de Sergio Sack por incumplimiento de contrato y volvió a hacerse cargo del fútbol profesional a través de su comisión directiva. Actualmente, construye su cancha en la antigua base aérea de El Palomar.

Lescano también defendió el arco de Deportivo Español, entre 2020 y 2022. Recuerda que fue «muy jodida» la época de la pandemia: «Yo me encargaba de repartir alimentos a mis compañeros, en ese tiempo algunos no tenían ni para comer». En 2021 aterrizó en el club del Bajo Flores una suerte de gerenciamiento velado a través del grupo Generación Zoe, que también hizo pie en Chacarita y Atlas, entre otros clubes del Ascenso. Lescano se sincera: «A nosotros nos benefició la llegada de Zoe porque veníamos de un momento durísimo y durante ocho meses tuvimos el sueldo al día. Esa era nuestra realidad, no te voy a mentir».

La aventura, sin embargo, terminó mal para el dueño de Zoe, Leonardo Cositorto, que desde 2022 está preso en el penal de Bouwer, en Córdoba, acusado de estafas y asociación ilícita, a la espera del juicio oral previsto para este año.

Más allá de sus experiencias con los gerenciamientos, la posición de Lescano sobre el rol de los clubes es clara. «Soy una persona muy activa dentro de los clubes. Cumplen una tarea fundamental, me interesa que sean asociaciones civiles sin fines de lucro», dice Matías, que participó de la movilización a Plaza de Mayo por el aniversario del último golpe de Estado en Argentina.

«Hay colegas que se meten en la vida de los clubes, a otros sólo les interesa cobrar en tiempo y forma. No se fijan si hay gerenciamiento, si la comisión directiva se presenta o no, si se realizan actividades. A mí me gusta involucrarme en la parte social», reflexiona, y concluye: «Centro tiene vida social desde siempre, el Deportivo la tuvo y ahora la tiene que recuperar«. Mientras nto, este lunes se tocan los extremos de una misma colectividad. «