“Los niños visten de azul y las niñas visten de rosa”. La frase pertenece a Damara Alves, flamante ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos en Brasil. Este tipo de reflexiones parecen exclusivas de la nueva (vieja) casta política que gobierna Brasil, a partir del triunfo del candidato de ultra derecha Jair Bolsonaro. Sin embargo, estos estereotipos están por demás arraigados en nuestra sociedad y así lo expone un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

“Tratándose del regalo de juguetes, la introducción de estereotipos desde la niñez es una característica clave del sostén cultural del patriarcado y de la legitimación de la división de tareas entre hombres y mujeres en la adultez”, explica el informe que, además de comparar qué se regala a los varones y qué a las mujeres, busca “comprobar la diferencia de precios y si efectivamente se observa la presencia del ‘impuesto rosa’ o pink tax, que encarece los productos orientados por el mercado al género femenino”.

Los juguetes más regalados a niñas están asociados a tareas de cuidado. Son el 40 por ciento del total. “La oferta de muñecos bebés (con todas sus variantes como accesorios para el baño, ‘aprender a hablar’, mamadera, etcétera) es la más repetida de todos los juguetes categorizados como ‘de mujer’ o ‘de niña’”. Este tipo de juguetes incluyen sets de cocina, planchas y fábricas de tortas y helados.

En el segundo puesto de juguetes más regalados a niñas, se ubican aquellos asociados a estereotipos de belleza. Son 32% del total. “Por ejemplo, una valijita con productos de peluquería y maquillaje. El mandato de femineidad nunca parece haber sido más claro: no sólo debemos ser madres y buenas cocineras, sino además no debemos olvidarnos de ser bellas”. Para las nenas, cocinar, cuidar y ser lindas.

En el caso de los varones, los regalos más habituales están relacionados a la actividad deportiva (30%) y a la violencia (26%). “Fundamentalmente pistolas, poniendo el eje en un debate que pocas veces se vincula con los estereotipos creados desde la niñez: la violencia de género o el mandato de masculinidad en torno al ejercicio de la violencia”. Para los varones, jugar al fútbol y matar gente.

El informe concluye: “Cuestionar los estereotipos es también cuestionar la desigualdad económica y otro tipo de problemáticas sociales sumamente relevantes como la violencia hacia las mujeres y su cosificación”.

Pink Tax

“El concepto de ‘impuesto rosa’ se utiliza para ilustrar el hecho de que, ante dos productos iguales, la versión femenina suele ser más cara”, cuenta el informe. El ejemplo clásico “es la maquinita de afeitar en su versión masculina o ‘genérica’ y la de color rosa orientada hacia las mujeres, notablemente más cara”.

En el mundo de los juguetes, el promedio entre los más vendidos “para niña” es de $ 1.128; en tanto, el promedio “para niños” es de $ 1.083. “A priori, aparece una diferencia de precio del 4% que no es sustancial”. Ahora bien, a la hora de comparar precios de productos similares, la versión “para niña” encuentra un precio más caro hasta en un 300%. “Aparecieron diferencias significativas que no parecieran explicarse por las características de los juguetes en sí”. La más significativa es del 300%, para trajecitos de Disney sin demasiadas diferencias, amén de la caracterización de “para niña” o “para niño”.

 “También es recurrente la diferencia de precio en el caso de las mochilas. Una versión de mochilas de jardín idénticas tiene en la versión femenina un costo 3% superior”. En la versión de mochila con carrito, con idéntica descripción, “resulta 56% más cara en la versión ‘para nenas’”.

CEPA realizó un relevamiento de 204 juguetes disponibles en 8 sitios de ventas de juguetes online, habiendo relevado los 30 primeros juguetes “más vendidos” por sitio web.

Bolsonaro tiene como postal de su propia imagen la reproducción de un hombre a punto de disparar un arma: los dedos índices apuntando al frente, con los pulgares hacia arriba y una sonrisa en el rostro. Cuántas veces se ha visto la misma imagen representada por niños que juegan, sin que a nadie le llame demasiado la atención.