Puerto Argentino

Abrir un canal de diálogo y «sanar las heridas» de la guerra son los principales objetivos de la delegación de Argentina que visita esta semana las islas Malvinas (Falkland, para Reino Unido), explicó a Sputnik el premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel, quien integra esa representación.

«Estamos en esta tierra que tanto nos duele y tanto queremos; desde aquí enviamos un gran abrazo a todo el pueblo argentino; vamos a tratar de abrir una instancia de diálogo, que aunque todavía no lo logramos, esperamos poder comunicarnos con los malvinenses y que vayan a visitarnos a Argentina; queremos abrir la posibilidad de sanar heridas», afirmó el activista en Puerto Argentino, al que los británicos llaman Stanley.

Tras una misa en una iglesia católica de las Malvinas, en la que participaron excombatientes y se pronunciaron oraciones por los caídos durante el conflicto bélico de 1982, Sputnik dialogó en exclusiva con dos de las figuras que encabezan la delegación argentina, que estará en las islas hasta el 18 de marzo.

«Todavía encontramos muchas resistencias aquí, debemos estar abiertos de mente y espíritu para poder comunicarnos y avanzar hacia una solución pacífica», dijo Pérez Esquivel.

Lo acompañaba Nora Cortiñas, titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, quien durante la ceremonia religiosa saludó a los isleños en la iglesia.

«Venir acá fue una decisión inteligente y muy política; además de lo emotivo que tiene el viaje, vinimos a reivindicar esta tierra como nuestra y a enviar un mensaje de que queremos ser partícipes cuando se tomen medidas tan drásticas como una guerra», expresó la histórica activista por los derechos humanos.

Pérez Esquivel y Cortiñas encabezan la delegación de la Comisión Provincial de la Memoria de Buenos Aires que visita las islas para buscar un canal de diálogo con los habitantes.

Otras 12 personas integran la delegación, entre ellos excombatientes y activistas por los derechos humanos.

El grupo llegó a Puerto Argentino el 11 de este mes y estará en el archipiélago hasta el 18.

Hasta el momento, el arribo de la comitiva no ha pasado desapercibido: hubo muestras de respeto y apoyo, así como también señales de rechazo, como avisos en las ventanas de algunos negocios.

«Al bajar del avión me hicieron sacar la boina, no entiendo el motivo pero así fue; seguiremos con esta boina que ya es parte de uno», señaló Pérez Esquivel.

El activista además indicó que pudo ver en las islas «mucho armamento».

«Aterrizamos en una base naval enorme; esperamos que se desmonte porque no se justifica semejante inversión, más de 180 millones de euros invierte Gran Bretaña en esta base que evidentemente no es para los desfiles», afirmó.

Por su parte, Cortiñas recordó a los «chicos caídos» en la guerra y a sus familias.

«Al igual que nosotros, esos padres tampoco saben dónde están enterrados sus hijos; sentí una gran emoción, agradezco en nombre de mi hijo y de los 30.000 desaparecidos, seguimos exigiendo saber cómo, cuándo y quienes los hirieron y donde están sus cuerpos», agregó.

En tanto, Pérez Esquivel afirmó: «Uno a Malvinas lo viene sufriendo desde el comienzo; sin embargo, es importante venir y tratar de entender esta realidad para encontrar nuevos caminos para tratar de dar solución a esto».

Buenos Aires reclama la soberanía de las islas Malvinas desde que Reino Unido las ocupó en 1833.

En abril de 1982, durante su última dictadura militar (1976-1983), Argentina intentó recuperarlas por medio de una guerra que culminó el 14 de junio con la derrota argentina y con casi 1.000 muertos entre ambos bandos.