El financista arrepentido Leonardo Fariña cambió de abogados en medio del juicio oral y público por la causa denominada “la ruta del dinero K”. Rodrigo González, quien lo defendía hasta la semana pasada y obtuvo el fallo de la Cámara Federal de Casación Penal que anuló la condena contra Fariña a cuatro años de prisión por evasión impositiva, presentó su renuncia por “motivos personales”.

González será reemplazado por los abogados Diego Bandín, quien ya lo asiste en el expediente que tramita ante la Justicia Federal de Dolores por presunta asociación ilícita cuya cabeza visible es el falso abogado Marcelo D’Alessio, y por Roberto Herrera, quien es también el abogado de Víctor Manzanares, el ex contador de Néstor y Cristina Kirchner.

Fuentes cercanas a Fariña explicaron que la desvinculación de Rodrigo González se produjo en “buenos términos” y que incluso fue comunicada personalmente por ambos al presidente del Tribunal Oral Federal Número 4, Néstor Guillermo Costabel, días antes de que efectivamente se produjera la desvinculación.

Rápidamente Fariña designó a sus nuevos abogados, quienes lo representarán en el juicio oral en curso, en el que está en la lista de imputados junto con el empresario Lázaro Báez, sus hijos Luciana, Martín, Leandro y Melina y los agentes financieros Federico Elaskar y Fabián Rossi (ex marido de la vedette Iliana Calabró), entre otros. En ese proceso Fariña ya declaró en un par de oportunidades, la última de ellas cuando estalló la denuncia por supuesto “coucheo” con el que habría sido adoctrinado para involucrar en causas de corrupción a ex funcionarios del anterior gobierno, entre ellos la propia ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El abogado Bandín fue designado para asistirlo en Dolores porque Rodrigo González también está imputado en esa causa y podían existir “intereses contrapuestos” entre ambos. La designación de Herrera, a quien no se le conocen vínculos profesionales con Bandín, fue sorpresiva.

Se trata del abogado que en abril pasado acompañó a Manzanares cuando decidió acogerse al régimen de imputado colaborador (arrepentido) en la causa de las fotocopias de los cuadernos. Su aporte fue considerado fundamental por el fiscal rebelde Carlos Stornelli y por el juez federal Claudio Bonadio para avanzar en la acusación contra ex funcionarios y en la elevación parcial a juicio oral de la investigación.

Herrera explicó el arrepentimiento del contador Manzanares: “Él cree y entiende de que tiene una responsabilidad activa y que cometió delitos, junto o para Daniel Muñoz (secretario privado de Néstor y Cristina Kirchner). Él incluso aparece en varias sociedades con Daniel Muñoz y por eso toma esta determinación de arrepentirse. Manzanares era el testaferro de Muñoz».

Ahora será el defensor de Fariña en el único juicio oral que por ahora sigue en pie.