El presidente Mauricio Macri y el conjunto del Gabinete estaban exultantes tras anunciar que se había logrado firmar un documento único en el cierre de la cumbre del G20. Después de dos días en los que el gobierno temió que quizá ni siquiera hubiera un comunicado, como sucedió dos semanas antes en la reunión de un foro asiático, el hecho de que los mandatarios del G20 estamparan su firma en el papel fue considerado un motivo de celebración.

Pero el texto expresa más en lo que no dice que en lo que menciona abiertamente. El hecho de que la actual guerra comercial sea saldada en un solo renglón puede parecer una decisión sabia dadas las diferencias existentes entre Estados Unidos y China, los dos países que más enfrentados están en este tema aunque las peleas comerciales atraviesan a todas las potencias.

Pero, en rigor, se trata de una sumisión al hecho consumado de la propia guerra comercial, impulsada por la política de EEUU de aplicar tarifas a buena parte de las importaciones que ingresan a su territorio y empleando ese mecanismo para lograr preferencias comerciales o financieras para los grupos económicos de ese país.

El que el resto de los países que dicen defender el libre comercio no hayan podido poner una sola palabra sobre esta situación que amenaza con desmadrarse –al punto que algunos analistas vaticinan que derivará en una guerra monetaria y finalmente en un enfrentamiento militar- habla de una dificultad enorme para ponerse de acuerdo entre ellos y alertar sobre el peligro. Ante ese escenario, todas las demás palabras acerca del compromiso en el crecimiento económico equitativo y justo no tienen sentido.

En el mismo sentido se puede analizar el capítulo dedicado al cambio climático. Mientras de un lado, se expresa la preocupación por el calentamiento global, por el otro EEUU deja sentado que hará uso de «todas las fuentes de energía» para sostener su desarrollo económico.

Por otro lado, la alegría del macrismo por el cierre del G20 fue de la mano de un intento permanente de utilizar el evento como parte del respaldo internacional a su gestión.

Macri empleó el G20 para intentar mejorar su posición ante la población argentina, castigada por la crisis económica. Muchas veces se pregunta acerca de la influencia del G20 en «la gente»: la declaración final rebosa de expresiones en favor de la inclusión social, la protección de los desvalidos, la mejora de la situación social de los trabajadores, de las mujeres, de los jubilados. todas asignaturas pendientes en este gobierno.

Por último, Arabia Saudita será el anfitrión en 2020. Quizá alguno entienda que se trata de un respaldo al príncipe Mohamed bin Salman, acusado de ser el autor intelectual del asesinato del periodista Jamal Khashoggi. «