«Infestado de ratas». Así define la comunidad educativa de la escuela 20 de Almagro al estado actual de su colegio. Ante el inminente comienzo de clases y la falta de respuestas satisfactorias por parte del Ministerio de Educación porteño, anunciaron un ruidazo y volanteada que se llevará a cabo este miércoles al mediodía, en la puerta de la institución, ubicada en Pringles 1165. La situación refleja la desidia de un entramado de concesiones que realiza el Ejecutivo macrista desde hace años, tercerizando servicios básicos, como la limpieza en colegios.

El «Rosario Vera Peñaloza» no escapa a la realidad de numerosos establecimiento educativos en lo que a presencia de roedores se refiere, pero este verano el panorama se agudizó, sobre todo a partir de febrero, cuando comenzaron tareas de remoción de tierra en el predio lindero del Automóvil Club Argentino (ACA), abandonado hace 18 años tras un derrumbe que causó dos muertes. «El año pasado ganamos el proyecto para instalar ahí en ese predio una plaza para el barrio, pero por cuestiones de jurisdicciones y negocios se echó atrás. Después, ante la presión de los vecinos, el ACA empezó a construir de nuevo las oficinas que pararon en 2001. A raíz de eso se nos vinieron todas las ratas a la escuela», relata Fabia García Panelli, presidenta de la cooperadora. «La solución hasta ahora es paliativa: dejo trampa, me llevo rata muerta. Es todo lo que se está haciendo».

Apremiados por el comienzo del ciclo lectivo, tanto la Dirección como los padres empezaron a elevar los reclamos a Supervisión, de donde les respondieron que «no había muchas ratas» y que iban a «asesorar a Dirección». La cooperadora les insistió en que la Dirección no debía ser asesorada para actuar, si no que debía ser responsabilidad del propio Ministerio. Entonces se les respondió que el pedido iba a ser elevado al área de Primaria.

Al igual que en el resto de los colegios porteños, la limpieza y desinfección del Peñaloza está tercerizada. Por un lado, la firma MIG se encarga del mantenimiento, que a su vez contrata a otro empresa para las desratizaciones, las cuales fueron presupuestadas para realizar una cada primer viernes del mes. «En situaciones de plaga no sirve desratizar una sola vez por mes. Y el Ministerio no les da presupuesto para desratizar más veces. Por eso pedimos que vayan las autoridades e investiguen cómo está la escuela, que haya estudio ambiental, un diagnóstico para saber si las ratas vinieron para quedarse, si anidaron», enfatiza García.

Por otro lado, la cocina y el salón donde comen los alumnos están tercerizados a otra firma (Si-Al), que se encarga de la desratización en esa zona. «Denunciamos negligencia de este concesionario, porque dejó las trampas en diciembre, y las vino a retirar recién el 20 de febrero. Estaba lleno de ratas muertas que quedaron así todo el verano», subrayan los padres de alumnos.

A la «Rosarito» asisten 900 alumnos de jardín y primaria y más de mil adultos a los cursos nocturnos, que se especializan en cocina. Justamente el Centro de Educación no formal que el año pasado tuvo que suspender los cursos más de un mes, por la clausura del comedor ante la presencia de roedores.  

Ahora la forma de desratizar elegida por los encargados es la de colocar cajas con pegamento, con chizitos en el medio. Las autoridades argumentan que no pueden utilizar otros productos más efectivos, por la presencia de los chicos. Sin embargo, como sucede también con obras en distintos colegios que recién comenzaron estas últimas dos semanas, se desperdició todo el verano sin hacer ninguna tarea de limpieza profunda y desinfección estructural en el colegio, desaprovechando la ausencia de maestros y alumnos.

«El comienzo del ciclo lectivo es inminente y no hay todavía una inspección profunda –completa García–.  No queremos que arranquen las clases en estas condiciones, incluso mueren ratas en el piso, no en las trampas, así que estimamos que están comiendo cebos por fuera de la escuela; hay caca y pis de ratas por todo el establecimiento, así que lo que ellas defecaron puede contener veneno o generar enfermedades. Lo que pedimos es que el Ministerio se haga cargo».