Es miércoles a la mañana, todavía no se decretó la cuarentena total, y los docentes de la Escuela 12 del Distrito Escolar 19, en el Bajo Flores, cuelgan un cartel amarillo con letras negras, sobre las rejas de la entrada: «Familias: hoy se terminaron las viandas. Ya que el Gobierno de la Ciudad decidió enviar la mitad (375 para 800 niñxs). Les pedimos disculpas y continuaremos haciendo los reclamos pertinentes para que cada unx reciba su comida».

La suspensión de clases y la consiguiente necesidad de que miles de alumnos sigan alimentándose desnudó el exiguo y deficiente plan diseñado por el gobierno porteño para enfrentar la emergencia en materia escolar. Primero, decidieron que los concesionarios enviaran únicamente sándwiches para todos los días de la semana, incluso para niños y niñas de uno y dos años. Y después, las raciones empezaron a escasear, imposibilitando, como demuestra el cartel de la Escuela 12, la cobertura total de la demanda.

«El tema de las viandas empezó esta semana y viene siendo una complicación, sobre todo con los pibes y pibas más chicos –expresa a Tiempo Ariel Sánchez, secretario del área socioeducativa de UTE-CTERA–. Con el coronavirus suspendieron las viandas calientes y las cambiaron por viandas frías de muy mala calidad, y además inadecuadas para la edad, especialmente para el programa de primera infancia, que labura de chicos de 45 días a cinco años. A nenes de uno o dos años les mandan sándwiches de queso en figaza, una fruta y una barrita de pochoclo».

Los principales reclamos llegan desde el área de los Centros de Primera Infancia (CPI), que dependen de Desarrollo Humano y no de Educación. Se trata de instituciones que trabajan con niños de la primera edad de los sectores y barrios más vulnerables, en una suerte de «reemplazo» de los jardines tradicionales, ante la falta de vacantes imperante en el distrito.

En el CPI N° 1 del DE 19, también en Flores, la planilla de los docentes dice que deben recibir 13 «viandas calientes». Las entregadas por el concesionario Dassault SA-Hispan SA llegaron todas frías. En un video que circuló estos días se puede ver cómo los responsables del establecimiento le aseguran al representante de la empresa que no firmarán la planilla dando su consentimiento a algo que no está ocurriendo en la realidad: el refrigerio no está siendo caliente en las escuelas y jardines públicos de la Ciudad.


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Por el servicio de refrigerio, esa firma recibirá de parte del Estado porteño por el período 2018-2020 unos $ 613.823.488. Es la tercera que más gana. La segunda (Lamerich SRL) también estuvo envuelta en polémicas días atrás por la intoxicación de más de 110 alumnos y diez docentes en seis escuelas porteñas en las que tiene la concesión de los alimentos.

«Les trabajadores del Programa Primera Infancia del Área Socioeducativa denunciamos con bronca y angustia la decisión del Gobierno de la Ciudad que, en plena emergencia sanitaria, decide no nutrir a les alumnes, entregando en las escuelas un insignificante ‘refrigerio’ que consiste en dos rodajas de pan y dos fetas de fiambre. Sobre todo para nuestro programa, que acompaña a niñes de 45 días a cinco años en los barrios de la zonas más golpeadas de la ciudad y a les hijes de las alumnas madres de las escuelas secundarias, es inadmisible que nos envíen sándwiches de jamón para alimentar a bebés», expresaron desde el Colectivo de Trabajadorxs del Programa Primera Infancia. Y exigieron «la inmediata restitución de la comida caliente en viandas para que cada familia pueda alimentar a sus peques como es debido, en estos tiempos en que hay que cuidarnos más que nunca por el bien de todes».

Las fotos son elocuentes. Pebetes con una sola feta de queso o de paleta. Manzanas podridas. Barras de postre poco saludables en calorías. También se repiten otras carencias, como sucedió el miércoles: la sala de lactarios del Polo Educativo de Saavedra no recibió leche de ningún tipo. El miércoles, en conferencia de prensa, el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel, sostuvo que «las viandas que se otorgan en el Gobierno de la Ciudad, tanto en Educación como en el Ministerio de Desarrollo Humano, están preparadas y definidas junto a nutricionistas que nos asesoran y que garantizan que la alimentación que les llega a los chicos en las escuelas es la mejor que les podemos acompañar».

La asistencia alimentaria en los comedores

El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación dispuso un conjunto de medidas para reforzar las políticas alimentarias y de emergencia social ante la cuarentena nacional por el COVID-19. «Con ese objetivo, se reforzará la asistencia alimentaria a comedores escolares y comunitarios y se modificará de forma temporal el sistema de distribución de las 400 mil tarjetas Alimentar que aún no se distribuyeron para garantizar que el dinero llegue a las familias que necesitan fortalecer su nutrición. Como no lo pudimos hacer por las restricciones a la circulación, lo que se hará es cargar el monto de la tarjeta alimentaria en la Asignación Universal por Hijo, y así todos podrán tener su prestación alimentaria», indicaron desde la cartera que conduce Daniel Arroyo. El ministro aseguró que ampliarán las partidas presupuestarias «para hacer frente esta situación y avanzar hacia un sistema de viandas con puntos de atención en todas las escuelas y barrios vulnerables que respete las prevenciones del distanciamiento social”, y agregó que están trabajando con el Gobierno de la Ciudad y las provincias «para asistir a las familias en situación de calle».

Se estima que 3 millones de chicos comen en las escuelas argentinas, y otros cinco lo hacen en comedores y merenderos.